sábado, 26 de marzo de 2011

Ya superamos las  15 mil visitas, o sea que  más de 2 mil personas por mes leyeron HUM BRAL en estos 7 meses de existencia.
Hace 7 meses reproducíamos el editorial de HUM BRAL N° 1, de marzo de 1990 donde decíamos que queríamos “Contribuir a la descentralización mental de todos los que se la pasan pensando que Montevideo es lo mejor, lo inigualable, lo más completo y complejo, mostrando que somos lo que somos porque somos, y demostrando que podemos ser como quisiéramos si hacemos lo que debemos hacer, en vez de andar haciendo frases como ésta, que será completa y compleja pero es inigualablemente de lo peor”. Y  al parecer no estábamos tan equivocados, en 47 países saben de la existencia de HUM BRAL:  Uruguay, Argentina, Perú, Chile, Brasil, Paraguay, Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia, Costa Rica, Honduras, Guatemala, República Dominicana, El Salvador, Panamá, Cuba, México, Puerto Rico, Estados Unidos, Canadá, Noruega, España, Francia,  Italia, Portugal, Reino Unido, Austria, Suiza, Alemania, Países Bajos, Grecia, Rusia, Bélgica, Letonia, Hungría, República Checa, Polonia, Turquía, Siria, Australia, Eslovenia, Israel, Corea del Sur, Hong Kong, India, China.
Este sábado lanzamos otra propuesta: la Biblioteca HUM BRAL, un blog anexo que servirá para aportar otro punto de vista, otra perspectiva y un nuevo espacio como pretexto para la lectura. Allí incluiremos cuentos, relatos, poemas de nuestros creadores, de los departamentales y nacionales, de los grandes maestros de la literatura universal y nuestros modestos textos. Esperemos que sirva para la reflexión, el disfrute  y el simple hecho de solazarse con un texto.
El editorial de nuestra última edición recoge un impresionante discurso de Federico García Lorca, con el cual coincidimos totalmente: “yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. 
Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. 
Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social”.
Lejos de grandes pretensiones simplemente pretendemos provocar en un lector la chispa de cuestionar, interrogar, interpelar o debatir con el mensaje que  alguien dejó plasmado en un texto. Con eso nos sentiremos cumplidos.

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