Los festejos del Bicentenario realizados durante todo el
año pasado sirvieron que algunas
expresiones culturales se manifestaran, para que el público accediera a grandes
espectáculos al aire libre, y también generaron críticas. Una de ellas es
recogida en la revista Políticas editada
por Presidencia de la República ,
donde el reconocido letrista y murguista Raúl Castro realiza algunas
apreciaciones al respecto.
Raúl Castro, director de la murga Falta y Resto
Una expresión
discriminada
Raúl Castro es uno de los símbolos del Carnaval uruguayo,
con “mas de treinta años de tablados encima”, según dice.
En la siguiente entrevista afirma que el Estado uruguayo
no le presta a esta fiesta la atención que debería, y que se la discrimina
“consciente o inconscientemente”.
¿Como se ve
la organización del Carnaval desde una murga?
—El Carnaval tiene un lugar mágico en el teatro mundial, que
es DAECPU, que ha sido capaz de mantener vivo el festival de comedia musical
mas largo, intenso y participativo del mundo, mas allá de la dictadura, de los
avatares económicos del país, de la exclusión y discriminación que respecto al
Carnaval se han hecho desde las esferas de la cultura.
¿DAECPU
realmente representa a las agrupaciones?
—Sin duda, porque son los directores responsables los que
están representados allí. Puede ser que no esté representada puntualmente la
corriente de pensamiento que uno tiene, pero uno no puede ser tan soberbio de
pensar que la política de la
Institución que integra tiene que ser la de uno.
¿Qué
importancia le da al certamen del Teatro de Verano?
—La competencia es importante en tanto no te gane la
cabeza. Yo creo que lo esencial que tiene el Carnaval es ir a los tablados
populares. Es el único momento en que el arte va a la gente. Es una
manifestación cultural maravillosa, masificante,
muy profunda. En cualquier lugar del mundo se le daría un
lugar central, mucho mayor que el que se le da acá. En Uruguay hay mucha
discriminación. De otra manera no se explica por que no hubo ninguna murga en
la fiesta del bicentenario. Tal vez sea una discriminación inconsciente, que a
veces es mas difícil de superar que la consciente.
¿También de
parte de la Intendencia ?
—No. La
Intendencia toma de lo popular y administra, que es lo que
tiene que hacer. Si hay un aspecto criticable en Montevideo, y es el de la
selección de los jurados. Creo que debería ser por concurso de oposición y méritos.
Hoy la Intendencia
se maneja con un criterio que no es el mas transparente.
¿Cuánto
cuesta sacar una murga?
—¿Una murga “para entrar en la liguilla”, como dicen los
carnavaleros? Entre 25 mil y 30 mil dólares, sin contar las retribuciones del
personal, los murguistas, que se van pagando después con los jornales de los
tablados. Te estoy hablando de esa guita fija para vestuario, escenografía, pago
de técnicos, letristas, músicos que compongan melodías propias, transporte.
Hoy por hoy es el Carnaval de las marcas, pero lo heroico
es que se estuvo cien años remando. Para mi el gobierno, desde el Ministerio de
Cultura, debería quintuplicar, decuplicar el apoyo al Carnaval, que mueve a mas
de 15 mil personas
directamente. Un gobierno sano es aquel que permite y
provoca que la gente opine de él; y si es desde lo artístico, todavía mas catártico.
Démosle mas bolilla, para que haya mas tablados, y que en lugar de haber
sesenta conjuntos haya cien, y en vez de veinte tablados, cuatro, cinco veces
mas.
Las murgas reflejan la opinión de la gente. Yo vengo de murgas
que eran la voz de Uruguay. Obviamente, en su gran mayoría las opiniones no son
condescendientes ni oficialistas.
Apenas el gobierno muestra la hilacha, los letristas
estamos prontos para romperle la cabeza, porque es nuestra función. Pero eso es
lo que tiene que incentivar un gobierno inteligente: ser criticado y reírse de
si mismo.
¿Hoy la
critica es menos notoria en las letras de las murgas que bajo gobiernos
anteriores?
—Si, este gobierno no es tan criticado como los anteriores
porque no es tan criticable, al menos no en la medida de un Sanguinetti o un
Lacalle. A mi lo que siempre me ha condicionado es tratar de reflejar el
sentimiento popular.
Muchas veces he tenido que decir cosas que han sonado
duras a determinados tipos que quiero mucho, y lo tuve que decir porque la Falta es una cosa y Raúl
Castro otra.
¿A Danilo
Astori, por ejemplo?
—Claro. En 2005, cuando ganó el Frente Amplio, nosotros
le dedicamos la despedida a Raúl Sendic. Danilo fue al ensayo en el club
Paysandú y me dijo que no entendía por qué le dedicaba la despedida a Sendic en
el momento que había ganado el Frente. Discutimos una larga noche. El se fue discrepando
para su casa. Y salió la despedida a Sendic y él la aplaudió porque era la Falta , pero entendía que podía
haber otro simbolismo. A veces le he dado palos a Astori. Este año, por
ejemplo, le voy a dar un par de palos, pero los va a aguantar porque él sabe
que para que la Falta
esté bien tiene que dar palos cuando hay que decir cosas.
¿Como sería
su Carnaval ideal?
—Multiplicaría la fiesta en todas las ciudades del
Interior. Lograría mayores apoyos económicos para los tablados, sobre todo para
que hubiera mas escenarios. El gobierno debería exonerar de impuestos, como lo
hace en otros rubros, a las empresas que colaboren con el Carnaval. Haría una
murga en cada clase de escuela y liceo, para que todos los muchachos tuvieran
que cantar en coro lo que les paso en el año. La murga es una propuesta ideológica
donde uno aprende a tener su lugar y que ese lugar no vaya mas allá del lugar
de su compañero. Y nosotros estamos en un mundo en el que el mensaje que viene
desde la televisión y desde el Norte, es el de un artista central con un coro
de músicos atrás. La murga representa, en cambio, al barrio que se subió al tablado;
nos tuvimos que poner de acuerdo para cantar esta letra.
Y eso se puede lograr en todas las agrupaciones y
colectivos que traten de cantar en común, juntos. Estamos fuera del
bicentenario pero estamos en la gente. Viste como es.
* Extraída de la revista Políticas, editada por
Presidencia de la
República.
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