Duras, Austen y el alma de la
escritura que perdura
POR SILVANA BOSCHI
Esta semana la novela
Orgullo y prejuicio , de Jane Austen, cumplió 200 años desde su publicación. La
más famosa de las obras de esta escritora inglesa, quien mostró en un lenguaje
formal pero ágil la
Inglaterra rural y clasista de finales del siglo XVIII y XIX,
sigue convocando lectores: cada año se venden en Gran Bretaña unos 50.000
nuevos ejemplares de este libro, además de las descargas gratuitas, ya libre de
los derechos de autor.
La cifra hace pensar en
que, más allá de la famosa crisis del libro y de la saturación que están
provocando los medios digitales, donde tecno-democráticamente todo el mundo
escribe, habla y opina, y cada frase es subida al instante al ciberespacio, la
literatura en serio es otra cosa. Y cuando aparece, se reconoce y perdura.
Duras, Austen y el alma de la escritura que perdura |
“No sé qué es un libro.
Nadie lo sabe. Pero cuando hay uno lo sabemos. Y cuando no hay nada, lo sabemos
como sabemos que existimos, no muertos todavía”. La frase es de Marguerite Duras
(foto), la escritora nacida en la
Indochina francesa en 1914, autora de El amante entre otros
grandes textos. En su libro Escribir , Duras –fallecida en 1996– dejó algunas
definiciones.
“Escribir. No puedo. Nadie
puede. Hay que decirlo: no se puede. Y se escribe. Lo desconocido que uno lleva
en sí mismo: escribir, eso es lo que se consigue. Eso o nada. Se puede hablar
de un mal del escribir. Hay una locura de escribir que existe en sí misma, una
locura de escribir furiosa, pero no se está loco debido a esa locura de
escribir. Al contrario. La escritura es lo desconocido. Antes de escribir no
sabemos nada de lo que vamos a escribir. Y con total lucidez. Es lo desconocido
de sí, de su cabeza, de su cuerpo. Escribir no es ni siquiera una reflexión, es
una especie de facultad que se posee junto a su persona, paralelamente a ella,
de otra persona que aparece y avanza, invisible, dotada de pensamiento, de
cólera, y que a veces, por propio quehacer, está en peligro de perder la vida.
Si se supiera algo de lo que se va a escribir, antes de hacerlo, antes de
escribir, nunca se escribiría. No valdría la pena. Escribir es intentar saber
qué escribiríamos si escribiésemos.” Sobre la lápida de Duras, en el cementerio
de Montparnasse, hay tan sólo dos letras grabadas: M.D. La novela de Austen se
imprimió originalmente sin su firma. Dos talentos sin tiempo y sin ostentación.
Extraído de: http://www.revistaenie.clarin.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario