sábado, 15 de enero de 2011

La comarca y sus historias

Otro cuentito medieval 

Angel Juárez Masares

había una vez en una pequeña comarca, un Señor feudal que reinaba sobre su pueblo desde un coqueto y antiguo palacio.
Pero un día cayó en la cuenta que las responsabilidades de gobierno eran demasiadas para una sola persona, y decidió organizar estos asuntos creando “Diricterios” (algo entre dirección y ministerio, porque en esa época ninguna de las dos cosas se había inventado).
El hombre sentóse entonces a pensar, y de pronto sintióse iluminado. Fue así que llamó al aldeano más experto en cosechar el trigo, y lo puso al frente de las finanzas. Mandó buscar al mejor carpintero de la región, y le ordenó ordenar las casas y calles del poblado. Hizo lo propio con un herrero que trajo de los confines de su reino, y lo mandó dirigir a los artistas.
Para lograr que los viajeros y caminantes que cruzaban sus dominios se quedaran unos días gastando sus monedas en lupanares y tabernas, llamó al primero que cruzaba por la calle (porque ya estaba cansado).
Para leer los “bandos” oficiales de Palacio subido a una escalera, contrató al bufón de un circo que pasaba (aunque no sabía el pobre Señor como “trepaba”).
Y como no podía ser de otra manera, al agricultor aventaba las monedas en un cedazo; el carpintero nunca pudo levantar una casa sólida; el herrero pretendía meter corcheas y semifusas en la fragua, y el hombre destinado a la atención de los viajeros se tomaba el vino que debía venderles, y amanecía en los lupanares que debía ofrecer.
Por otro lado el bufón pregonaba cada vez más alto en la escalera, y la gente común que pagaba sus impuestos se preguntaba:
El Señor feudal…¿es tan incrédulo que no sabe cómo le manejan sus bienes?...¿O en realidad es tan inteligente que aprovecha el caos en su beneficio?.





Moraleja:
Si el caos en sustancia contiene “orden”, de nada vale preocuparte por boludeces (y menos medievales).

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