Günter
Grass envuelto en una nueva polémica
El premio Nobel de Literatura alemán acusó a la
canciller Angela Merkel de "menospreciar escandalosamente" a los
escritores al no haber contestado aún la carta enviada por dos autores alemanes
y aseguró que si fuera más joven "acamparía frente a la Cancillería en
busca de una respuesta".
El escritor reaccionó ante una misiva enviada a Merkel
por los autores Juli Zeh y Ilija Trojanov -y firmada por otras 67.000 personas-
que recoge sus preocupaciones por el espionaje masivo de Estados Unidos.
“Dos escritores que valoro enormemente, se mostraron
preocupados por el espionaje masivo de nuestra potencia protectora
estadounidense. Escribieron una carta cortés y bien formulada a la canciller
alemana, que fue firmada en Internet por 67.000 personas”, recordó el alemán en
una entrevista publicada hoy por la revista alemana Focus.
“Sin embargo, hasta hoy no ha habido respuesta de la
canciller. Con este silencio menosprecia escandalosamente a los escritores y a
los que los apoyaron”, criticó.
“Ahora hay que continuar presionando e insistir en una
respuesta de la carta. Si fuera más joven acamparía ante la Cancillería y
esperaría hasta recibir una respuesta”, agregó, ofuscado, el autor de “El
tambor de hojalata”.
Durante la larga entrevista con la publicación alemana,
el escritor alemán -que en el pasado ya acusó de “cobardía política” a Merkel
por su reacción al espionaje estadounidense y por no querer dar asilo al
informante Edward Snowden, que destapó el escándalo- también habla sobre sueños
y miedos ante la muerte, la época nazi y su compromiso con el Partido
Socialdemócrata alemán (SPD).
“En pequeña medida, de manera pasiva como estudiante
que no quiso preguntar y que no quería saber, contribuí al dominio de Hitler.
Por ello veo corresponsabilidad, pero no complicidad”, afirmó Grass.
El escritor sacudió en el pasado a la opinión pública
alemana cuando confesó que a los 17 años, en 1944, había formado parte de las
Waffen-SS, cuerpo de seguridad especial del régimen nazi.
Comprometido con la vida política y crítico de la
actualidad mundial, Grass señaló que la mayoría de los escritores que se han
mantenido al margen de la política lo hacen porque han vivido en paz en un
estado del bienestar y “nunca han experimentado en sus propias carnes lo que la
política puede significar”.
Su compromiso político le llevó a ser declarado
“persona non grata” en Israel tras considerar a ese país “un peligro para la
paz mundial” en un poema titulado “Lo que hay que decir”.
“He criticado a Israel no sólo en forma poética, sino
también en discursos o ensayos y nunca se armó revuelo alguno. Para mí fue una
sorpresa esta vez la carga explosiva que puede tener un poema. Creo que es
falso querer trazar una línea de separación entre la literatura y la política”,
indicó.
Extraído de: http://www.diariodecultura.com.ar/
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