sábado, 15 de enero de 2011

De los fieles seguidores de Poncio Pilatos

Ángel Juárez Masares

Hay individuos que pasan por la vida arrastrando una gran palangana donde se lavan permanentemente las manos, porque “no se la juegan “ por nada.
Otros en cambio, cargan una gran mochila llena de compromisos que van asumiendo, porque cuando lleguen al final del camino quieren haber dejado alguna huella.
Lo primero es cómodo. Lo segundo justifica la existencia.
Quienes hacemos “Humbral” sabemos lo que pesa esa mochila. Que quizá ganamos más enemigos que amigos, porque -como ya lo hemos dicho- en nuestra sociedad se confunde el “disentir”, con “poner palos en la rueda”.
Pero es la posición y el compromiso que hemos asumido, y que ha quedado claro a través de nuestra crítica al cortometraje “Tierra de libertad”, sobre el cual no abundaremos en más detalles porque lo que teníamos que decir ya lo dijimos.
No obstante la nota sobre la muerte de los árboles a orillas del Río Negro, nos ha dejado en claro que ningún Organismo o Institución quiere tomar cartas en el asunto y “se pasan la pelota” olímpicamente. Es decir son fieles adeptos a la palangana.
Sobre los eucaliptos de nuestro Parque Guernika, la Oficina Municipal de Parques y Jardines dice que la responsabilidad es compartida con Hidrografía, pero el encargado de la misma dice no tener directivas de hacer nada al respecto, ni de sacarlos ni de protegerlos. 
Parques y Jardines depende de la Dirección de Arquitectura, pero su titular -el Maestro carpintero- Sr. Abdul Nebú, dice que no es responsabilidad de Arquitectura ese tema, sino que es de Hidrografía.
Hidrografía dice que ellos tienen ingerencia y responsabilidad en señalizar el río y en quitar obstáculos del curso en alguna zona de la costa, pero no en esa.
En conclusión, en caso que se caiga un árbol al agua nadie lo va a sacar.
La tendencia es que se pudra y que se lo lleve la corriente.
El MGAP está afiliado a la idea de preservar el monte indígena, pero a las especies foráneas las ignoran.
Claro, a esta altura del asunto no se puede evitar pensar: La cantidad de atados de leña que se transformaron en brasas en las pasadas fiestas de navidad y fin de año (y los asaditos que vendrán) ¿no son de especies autóctonas “protegidas”?...

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