viernes, 1 de abril de 2011

De lo bien que les iba a los ladrones en el medioevo, y de cómo a los guardianes de la aldea eso “les importaba un huevo”


Angel Juárez Masares

Erase una vez que era una pequeña comarca bañada por un lago como río, donde las gentes vivían felices (no comían perdices porque había veda de esta especie) y trabajaban la tierra (dicen que era fértil) al amparo de un Señor Feudal que a todo decía que sí, aunque en realidad nada le importaba demasiado.
Pero hete aquí que –quizá sin darse cuenta- la aldea comenzó a verse invadida por oscuros personajes que querían vivir sin trabajar. Fue así entonces que las gentes de bien empezaron a perder sus cosas, pero sobre todo los carruajes de dos ruedas, que eran los más apreciados por quienes querían vivir sin trabajar.
Los habitantes de nuestra aldea protestaron indignados ante tal atropello, mientras el señor Oveja amplificaba sus reclamos desde la plaza pública todas las tardes (aunque a veces se enojaba porque otro bicho le hacía competencia, en la misma plaza, pero un rato antes).
“Quien quiera recuperar su carruaje que ponga cinco monedas de oro”, pregonaba nuestro adalid de la justicia desde el ágora, fomentando así la “desaparición” de los carruajes.
Por otro lado toda la aldea estaba enojada con el Jefe de la Guardia, pero como la costumbre era colocar en ese puesto a caballeros que en realidad ya había “colgado las espadas”, a ellos les importaba un huevo lo que pasara en la comarca.
De ese modo no sólo se “perdían” carruajes misteriosamente, sino que las viejitas que iba a cobrar sus moneditas al BPS (Bolsa Para Seniles) eran asaltadas impunemente por los chicos malos.
También podía verse a estos mozos los días de guardar a media tarde, voceando por calles y plazas: “Hay Mariajuanaaaaa!! (NdR. Era éste un yuyito que aliviaba el dolor de cabeza pero tenía “efectos secundarios”).
Claro…esto lo sabía toda la aldea menos el Jefe de la Guardia…¿Y por qué no lo sabía el Jefe de la Guardia?....!Porque también a él todo le importaba un huevo.

Moraleja:
             Si quereis  vivir sin trabajar haz como el Jefe de la Guardia o como el pregonero, simula que te importa el pueblo, pero siempre y ante todo, ponte vos primero.

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