viernes, 27 de mayo de 2011

Historia del “agua tónica Paso de los Toros”

Ángel Juárez Masares


Muchas veces ocurre que algunos productos conocidos internacionalmente tienen su origen en lugares geográficamente insignificantes -con respecto a su repercusión posterior- y en algunos casos de manera insólita y casual.
Tal es el caso del “Agua Tónica Paso de los Toros”, que nació en la ciudad homónima el siglo pasado.
Su creador, Don Rómulo Mangini, era un comerciante que en 1927 adquirió a Don Santiago Tabachi la fábrica de soda y gaseosa que instaló un año después en el local de la calle Treinta y Tres, en el local del ex comercio de Russo y Pessano.
En 1925 amplió sus actividades con la instalación de una fábrica de jabón. Al año siguiente inició la fabricación de bebidas sin alcohol, de naranja y limón, apareciendo luego el producto que la daría justa fama. Se trataba de la bebida conocida como Agua Tónica, que en esa época era importada de Inglaterra y en la que se destacaba la marca “Bull Dog”.
El origen del “Agua Tónica Paso de los Toros” tiene una historia muy particular. Desde principios de siglo residía en el pueblo un inglés llamado Jorge Jones, amante de la buena vida y un exquisito bebedor.
En las cotidianas tertulias del Club 25 de Agosto, a las que eran asiduos concurrentes Mr. Jones y Don Rómulo Mangini, cuentan que una noche el inglés –sentado frente a una “Bull Dog”- le preguntó a Mangini por qué no fabricaba ese tipo de bebida. La lógica respuesta de Mangini fue que no conocía la fórmula, ante lo cual Mr. Jones le dijo que él sabía cuales era los elementos que componían la bebida, pero ignoraba las proporciones.
De esta conversación resultó que a los pocos días Mangini le dio a probar al buen catador que era Mr. Jones, la primera muestra de una posible Agua Tónica. No era la requerida.
Sin embargo las muestras se fueron sucediendo durante un tiempo, hasta que un día el inglés dio su categórico fallo: “esta sí es la auténtica Agua Tónica inglesa”.
Don Rómulo Mangini inició así la fabricación a pequeña escala de la nueva bebida, que bautizó como “Príncipe de Gales”, con la inscripción escrita en inglés y una corona encima. El nuevo producto tuvo una inmediata aceptación en el medio y poblaciones vecinas, y su producción aumentó rápidamente, convirtiéndose en el principal rubro del establecimiento, lo que llevó a Mangini a cesar la fabricación de jabón y concentrarse en la línea de bebidas sin alcohol. Como homenaje al pueblo donde había triunfado cambió su nombre foráneo por “Paso de los Toros”.
Así nació este producto que hoy ha llevado el nombre de la ciudad fuera de fronteras. Cabe agregar que el crecimiento vertiginoso de las ventas, obligó a Mangini a buscar capitales que no podía obtener en el medio, formándose con inversores duraznenses la Sociedad Anónima “Paso de los Toros”.
Con moderna maquinaria y Don Rómulo al frente del directorio llegaron a trabajar en la Empresa alrededor de cuarenta operarios, y casi cien mujeres durante la zafra de la naranja.
Al mismo tiempo se instaló una planta productora en Montevideo, en la Avda. Millán.
Tras el fallecimiento de Don Rómulo Mangini, la planta de Paso de los Toros se cerró, perdiéndose una importante fuente de trabajo para la ciudad.
Lo que pretendemos que no se pierda es la historia pintoresca de aquel desafío del inglés de fino paladar, y la tozudez de Don Rómulo Mangini para encontrar las medidas exactas de esa bebida que hoy vemos en los exhibidores del supermercado, y de la que quizá muy pocos conozcan su génesis.



Fuente: “Historia de Paso de los Toros” de Pedro Armúa Larraud

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