sábado, 14 de abril de 2012

La RAE publica en Internet su Diccionario histórico

Los filólogos y aficionados a conocer el pasado de las palabras pueden consultar en la red, desde el pasado viernes 30 de marzo, los recursos básicos utilizados para elaborar el Nuevo diccionario histórico del español, entre ellos los diez millones de papeletas del antiguo fichero de la Real Academia Española (RAE).
Esta gran obra, que reconstruirá la evolución del léxico español a lo largo de los siglos y que sólo estará disponible en Internet, podría alargar sus plazos si continúan los recortes presupuestarios.
En 2011, el equipo responsable contó con un tercio de los 800.000 euros (1.067.774 dólares) que se le asignaban anualmente, lo que obligó a prescindir de parte del personal. “En estos momentos no tenemos constancia de que nos vayan a mantener ni ese tercio”, afirma José Antonio Pascual, director del Nuevo diccionario histórico.
“El proyecto no se parará nunca”, aseguró, sin embargo, Pascual. “Irá más despacio y habrá que realizar una buena gestión y buscar nuevos fondos”.
Además de los diez millones de fichas, están ya disponibles en la página web de la Academia (en la entrada “Fundación Rafael Lapesa: NDHE”), el Corpus del Nuevo diccionario histórico (CDH), el antiguo Diccionario histórico de la lengua española (1960-1996) y el Mapa de diccionarios.
Los diez millones de fichas, disponibles ya en Internet, fueron redactadas sobre todo entre 1930 y 1996, fechas en que la Academia afrontó la redacción del Diccionario histórico. El Corpus del Nuevo diccionario histórico (CDH), por su parte, cuenta con unos 53 millones de “presencias o de registros” de todos los períodos del español.
De ellos, 32 millones pertenecen a textos españoles de la Edad Media y de los siglos XVI al XX, y los veinte millones restantes a obras americanas. El corpus vale para las palabras más frecuentes de la lengua española, que son de 40.000 a 50.000, y en los próximos meses, añade Pascual, saldrán “otros dos corpus más amplios”.
Pero quien quiera ver ahora mismo, por ejemplo, qué significado tenía “nación” en el pasado, verá que, entre otros, figura el de nacimiento o lugar de origen: “Yo soy de nación aragonesa”, se decía.
Y si uno busca “espingarda” se encontrará con multitud de ejemplos, entre ellos “estas dos batallas del prínçipe y del obispo yvan forneçidas de grande número de espingardas”, de 1480.
En la red están también el antiguo Diccionario histórico que la RAE editó entre 1960 y 1996 y que sólo llegó a las letras “a-apasanca” y “b-bajoca”, y seis ediciones representativas del diccionario académico: 1780, 1817, 1884, 1925, 1992 y 2001.
En el futuro estarán todas las ediciones de esta obra esencial de referencia y habrá “una especie de llamada que remita al fichero de la Academia y explique por qué se añadieron algunas acepciones”, comenta Pascual.
Así, la palabra “sarnilla” que se utiliza en Honduras para aludir al “piojillo de las aves”, “no se sabe por qué está ahí, pero, si se relacionan todos los diccionarios con el fichero antiguo, averiguaremos quién la propuso y cuándo”, señala Pascual.
Dentro de dos meses saldrán ya “200 palabras definidas de una forma clara para que se vea cómo va a ser el Nuevo diccionario histórico”, y “en el horno” tienen “otras dos mil”.
Para esa primera entrega se han seleccionado voces relacionadas con armas e instrumentos, y aparecerán familias de palabras: alabarda, alabardero; sable, sablista, sablear...
El Nuevo diccionario histórico se puso en marcha en 2005 y lo que estaba previsto era, en una primera fase de quince años, ofrecer la historia de unas 40.000 a 50.000 palabras.

Fuente: EFE

En el siguiente enlace podrán accederse al Nuevo diccionario histórico del español  http://www.frl.es/Paginas/default.aspx

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