Opinión
La diaria aventura
de descubrir la verdad
Angel Juárez Masares
Dice Elena Poniatowska que “el periodismo -como la droga-
es algo difícil de abandonar”, y es muy posible que así sea. Más de 20 años en
los medios me dejaron adicto a leer todo lo que se escribe, dice, y se muestra.
Entonces leo, escucho, y veo, tantas verdades como mentiras.
A primera hora repaso los diarios profundizando en los
temas que despierten interés; en ocasiones hago un esfuerzo para escuchar algún
informativo local tratando de saber qué pasa en el entorno, y a la noche
recorro los canales de noticias. No me referiré a los contenidos y al tratamiento de la
información, esta vez quiero hablar de los receptores, pues un mínimo de
atención a los comentarios de la gente sobre determinado tema, nos brinda una
aproximación bastante certera de la personalidad de quien escribe, y en este
sentido las redes sociales son una buena herramienta para tener un panorama de
cómo las personas procesan las noticias. Se desprende de ello que muchas veces
se escucha lo que se quiere oír, y se lee lo que se quiere interpretar sin en
llegar al fondo del asunto, o por lo menos a una aproximación medianamente
objetiva de los temas.
Es verdad que el tratamiento de la noticia está
“contaminado” por intereses políticos;
que la independencia de las grandes Empresas periodísticas no existe, y que “llegar
al fondo del asunto” no es tarea menor. La división entre “prensa oficialista”,
y “prensa opositora” obliga al lector- televidente-radioescucha a practicar un
ejercicio mental depurativo que le permita tener –al menos- esa “aproximación
medianamente objetiva de los temas” de la que hablábamos antes.
El asunto de “la coima” por el dragado del Canal Martín
García es un ejemplo claro de la manipulación que suelen hacer los propios
lectores de la “información” que reciben. En los días posteriores a la difusión
de esa noticia, las redes abundaron en comentarios que denotaban un
desconocimiento absoluto del asunto. La confusión reinó hasta que “el clásico”
entre Peñarol y Nacional desvió la atención y el dragado del Canal Martín
García pasó a ser historia.
La maraña de información cruzada, permeada, o dirigida
deliberadamente a confundir la opinión pública, está ahí. Tarea de cada
ciudadano sería entonces buscar la mayor aproximación a la verdad, y para eso
no queda otra alternativa que leer y escuchar desde la campana mas potente al
cascabel mas insignificante. Suele ocurrir que el periódico de menor tiraje, o
esa “entrevista” radial y televisiva
aporta esas “aproximaciones” que buscamos.
Huelga aclarar que no pretendemos establecer conductas
porque cada uno es dueño de hacer uso de su libre albedrío de la misma forma
que nosotros ejercemos esa alternativa.
No obstante sería buena cosa tener una visión responsable
de los asuntos que tienen que ver con la sociedad, porque de esa actitud
dependerá el futuro de los pueblos.
Dice Descartes: “A lo lejos veo una torre, y la veo como
redonda; pero si me acerco, descubro que es cuadrada”.
Se puede concluir con cierta certeza, que antes de
pretender sacar provecho partidario de los diversos temas que hacen a la sociedad
en su conjunto, muchos opinólogos deberían acercarse a la torre… no sea cosa que resulte ser cuadrada…
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