viernes, 25 de mayo de 2012

Opinión

 La diaria aventura de descubrir la verdad
     


Angel Juárez Masares
  
Dice Elena Poniatowska que “el periodismo -como la droga- es algo difícil de abandonar”, y es muy posible que así sea. Más de 20 años en los medios me dejaron adicto a leer todo lo que se escribe, dice, y se muestra. Entonces leo, escucho, y veo, tantas verdades como mentiras.
A primera hora repaso los diarios profundizando en los temas que despierten interés; en ocasiones hago un esfuerzo para escuchar algún informativo local tratando de saber qué pasa en el entorno, y a la noche recorro los canales de noticias. No me referiré a  los contenidos y al tratamiento de la información, esta vez quiero hablar de los receptores, pues un mínimo de atención a los comentarios de la gente sobre determinado tema, nos brinda una aproximación bastante certera de la personalidad de quien escribe, y en este sentido las redes sociales son una buena herramienta para tener un panorama de cómo las personas procesan las noticias. Se desprende de ello que muchas veces se escucha lo que se quiere oír, y se lee lo que se quiere interpretar sin en llegar al fondo del asunto, o por lo menos a una aproximación medianamente objetiva de los temas.
Es verdad que el tratamiento de la noticia está “contaminado” por  intereses políticos; que la independencia de las grandes Empresas periodísticas no existe, y que “llegar al fondo del asunto” no es tarea menor. La división entre “prensa oficialista”, y “prensa opositora” obliga al lector- televidente-radioescucha a practicar un ejercicio mental depurativo que le permita tener –al menos- esa “aproximación medianamente objetiva de los temas” de la que hablábamos antes.
El asunto de “la coima” por el dragado del Canal Martín García es un ejemplo claro de la manipulación que suelen hacer los propios lectores de la “información” que reciben. En los días posteriores a la difusión de esa noticia, las redes abundaron en comentarios que denotaban un desconocimiento absoluto del asunto. La confusión reinó hasta que “el clásico” entre Peñarol y Nacional desvió la atención y el dragado del Canal Martín García pasó a ser historia.
La maraña de información cruzada, permeada, o dirigida deliberadamente a confundir la opinión pública, está ahí. Tarea de cada ciudadano sería entonces buscar la mayor aproximación a la verdad, y para eso no queda otra alternativa que leer y escuchar desde la campana mas potente al cascabel mas insignificante. Suele ocurrir que el periódico de menor tiraje, o esa “entrevista” radial y televisiva  aporta esas “aproximaciones” que buscamos.
Huelga aclarar que no pretendemos establecer conductas porque cada uno es dueño de hacer uso de su libre albedrío de la misma forma que nosotros ejercemos esa alternativa.
No obstante sería buena cosa tener una visión responsable de los asuntos que tienen que ver con la sociedad, porque de esa actitud dependerá el futuro de los pueblos.
Dice Descartes: “A lo lejos veo una torre, y la veo como redonda; pero si me acerco, descubro que es cuadrada”.
Se puede concluir con cierta certeza, que antes de pretender sacar provecho partidario de los diversos temas que hacen a la sociedad en su conjunto, muchos opinólogos deberían acercarse a la torre…  no sea cosa que resulte ser cuadrada…

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