UMBERTO ECO, ENTRE LA SEMIÓTICA Y LA CULTURA MEDIEVAL
Semiólogo y escritor
italiano nacido el 5 de enero de 1931en Alessandría (Piamonte), Umberto Eco Se
doctoró en Filosofía en la
Universidad de Turín. Su tesis versó sobre El problema
estético en Santo Tomás (1956), y su interés por la filosofía tomista y la
cultura medieval se hace más o menos presente en toda su obra, hasta emerger de
manera explícita en su novela El nombre de la rosa (1980). Desde 1971 ejerce su
labor docente en la
Universidad de Bolonia, donde ostenta la cátedra de
Semiótica.
Se pueden definir dos
presupuestos clave en la amplia producción del autor: en primer lugar, el
convencimiento de que todo concepto filosófico, toda expresión artística y toda
manifestación cultural, de cualquier tipo que sea, debe situarse en su ámbito
histórico; y en segundo lugar, la necesidad de un método de análisis único,
basado en la teoría semiótica, que permita interpretar cualquier fenómeno
cultural como un acto de comunicación regido por códigos y, por lo tanto, al
margen de cualquier interpretación idealista o metafísica.
teniendo en cuenta este
planteamiento, se puede comprender el porqué de la variedad de los aspectos
analizados por Umberto Eco, que abarcan desde la producción artística de
vanguardia, como en Obra abierta (1962), hasta la cultura de masas, como en
Apocalípticos e integrados (1964) o en El superhombre de masas (1976).
A la sistematización de la
teoría semiótica dedicó, sobre todo, el Tratado de semiótica general (1975),
publicado casi al mismo tiempo en Estados Unidos con el título de A Theory of
Semiotics, obra en la que el autor elabora una teoría de los códigos y una
tipología de los modos de producción sígnica.
Durante los años del auge
del estructuralismo, Eco escribió, enfrentándose a una concepción ontológica de
la estructura de los fenómenos naturales y culturales, La estructura ausente
(1968), que alcanza su óptima continuación en Lector in fabula (1979). En esta
última obra, efectivamente, se afirma que la comprensión y el análisis de un
texto dependen de la cooperación interpretativa entre el autor y el lector, y
no de la preparación y de la determinación de unas estructuras subyacentes,
fijadas de una vez por todas.
Algunos conceptos básicos
del Tratado, en cambio, fueron estudiados nuevamente, discutidos y, en
ocasiones, modificados por el propio autor en una serie de artículos escritos
para la
Enciclopedia Einaudi y recogidos después en Semiótica y
filosofía del lenguaje (1984). El concepto de signo, especialmente, abandonando
el modelo propio "de diccionario" por un modelo "de
enciclopedia", ya no aparece como el resultado de una equivalencia fija,
establecida por el código, entre expresión y contenido, sino fruto de la
inferencia, es decir, de la dinámica de las semiosis.
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