La viuda de Saramago plantea
llevar el legado español del escritor a Lisboa
Pilar del Río asegura que
a veces piensa en desmontar la casa-museo sobre su marido en Tenerife
Indignada. Este es el estado en
el que se encuentra Pilar del Río, viuda del Nobel José Saramago (Portugal,
1922- Lanzarote, 2010) e impulsora en el municipio lanzaroteño de Tías -lugar
donde murió el escritor- del museo dedicado a Saramago. Del Río se siente
indignada por el poco afecto que demuestran los canarios por su marido y por el
inmovilismo que dice ver en una sociedad como la española. "¿A alguien le
interesa que el espíritu de Saramago siga en Lanzarote?", se pregunta
antes de reconocer que hay veces en que se plantea desmontar la casa-museo
levantada en Tías y trasladar todas las pertenencias del escritor a Lisboa,
donde está la
Fundación Saramago.
El Gobierno luso le ha
dado no pocos tirones de orejas a la viuda del Nobel por conservar gran parte
del legado del escritor fuera de Portugal. "No pido dinero, solo afecto y
orgullo de los canarios por tener la oportunidad de disfrutar de estas
instalaciones", subraya.
Enclave sin señalizar
Pilar del Río lamenta que
sean los canarios los que menos visiten el complejo cultural que ha levantado
"con mucho esfuerzo, creando puestos de trabajo y pensando en los
demás" y critica que no exista ni la preocupación por poner en los mapas
este enclave para el que no existe ni señalización de llegada en las
carreteras. "Yo me he puesto a trabajar, a crear este espacio, a ofrecer
empleo, pero me pregunto qué han hecho los demás", reflexiona mientras
coloca una y otra vez los libros de la Biblioteca Saramago
que se encuentran boca abajo.
"Es algo que no
soporto", explica esta mujer llena de energía y sin pelos en la lengua
para la que volver a la casa en la que vivió con su marido no es duro a pesar
de la ausencia. "Lo duro es vivir, no morir", añade.
Escritora, periodista, traductora
y lectora "empedernida", Pilar del Río no se cansa de hablar de su
marido, "un clásico y contemporáneo" al mismo tiempo que hizo del
"humanismo" su bandera. La Academia sueca distinguió de hecho en 1998 a Saramago por su
habilidad para plasmar en sus obras esa humanidad y compasión "con
palabras maravillosas", destaca sin olvidar que el poso comunista del
escritor refleja una ideología que persigue siempre la "liberación"
de las personas.
"El comunismo, con
todos sus defectos, sirvió, entre otras cosas, para que hoy en día tengamos un
horario laboral, descansos, sindicatos y capacidad de defensa", argumenta
para refutar a "esos jóvenes que ahora denostan" los postulados de
Marx o a las personas que se sientan de brazos cruzados ante lo que ella considera
"atropellos" del poder. Del Río nunca se quedaría quieta y callada.
"¿Por qué aguanta la gente?", se pregunta antes de responderse:
"Si es por miedo, puedo asegurar que el miedo se vence y la calle se puede
tomar".
El problema, continúa, es
que "mucha gente se conforma con unos mesecitos de paro" y evita así
tener que hacer un esfuerzo por defender su dignidad. "¿Son los políticos
los responsables de esta hecatombe que sufrimos?", inquiere, convencida de
que "no podemos hablar sólo de políticos corruptos porque me gustaría
recordar que a esos políticos no los ha puesto ahí un dictador, sino que los
han elegido los ciudadanos", subraya Del Río.
Por lo tanto, "todos
somos responsables" de la situación actual, continúa al tiempo que resalta
otra de las características de la obra de Saramago: su empeño por ridiculizar
al poder, a los reyes y a la
Iglesia "con una enorme compasión por la
naturaleza".
Extraído de: http://www.levante-emv.com/cultura
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