El escritor y filósofo italiano
sostuvo en España que la educación superior debe acotar su acceso. Sus dichos
despertaron la polémica.
En 1977, el semiólogo, escritor y
filósofo italiano Umberto Eco escribió Cómo se hace una tesis, un libro que ha
servido de consulta para miles de estudiantes universitarios alrededor del
mundo. Siguiendo esa lógica, “Cómo administrar una universidad” podría ser el
título de la conferencia de prensa que Eco brindó el miércoles en Burgos,
España, en la que aseguró que esas instituciones deben ser “para una elite”.
El italiano, nacido en Alessandría en
1932, tiene dos argumentos centrales para semejante afirmación. El primero, el
“excesivo número de alumnos” con el que cuentan esas instituciones, según
destaca el autor del clásico Apocalípticos e integrados. El segundo, “la
sustitución del papel del docente en manos de Internet”. Para el escritor,
estos son los motivos por los que las universidades deberían reservarse para
pocos. Eco recordó que “las mejores épocas universitarias” fueron en momentos
en los que esas instituciones nacidas en la primera Edad Media –la más antigua
de Occidente es la de Bologna, en la que Eco fue profesor– abrieron sus puertas
a un número acotado de estudiantes.
Eco, que ayer fue investido como
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos, sostuvo en su disertación
que “el exceso de alumnos entorpece la actividad académica y aboca a las
universidades a la crisis”, y agregó que “la progresiva influencia de las
nuevas tecnologías ha modificado la relación de los alumnos con los profesores,
especialmente desde la explosión de Internet, desde donde se puede acceder a
mucha información, lo que en parte sustituye al docente”.
Las afirmaciones del escritor
abrieron la polémica en Argentina, un país que dentro de su región se destaca
por la masividad de sus universidades gratuitas.
“Me llama la atención que Eco se haya
puesto tan reaccionario, es obvio que no vamos a pensar como él”, aseguró la
poeta y lingüista Ivonne Bordelois. Mariano Narodowski, profesor de la Escuela
de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y ex ministro de
Educación porteño, aseguró que “hoy la Universidad se enfrenta al desafío de la
masividad” y que en ese sentido Eco plantea “el dilema masividad —excelencia” y
que “la única forma de resolverlo es que todos puedan cursar estudios
superiores pero respetando el mérito”. Según el ex funcionario, “bien
administrada, la masividad esconde un tesoro: el aumento de la masa crítica de
talento y excelencia”.
Guillermina Tiramonti, politóloga y
ex coordinadora del Area Educación y Sociedad de FLACSO, tampoco estuvo de
acuerdo con Eco: “Uno puede pensar una Universidad diversificada en la que haya
lugar para todos; puede formar a diferentes sectores sociales con diferentes
orientaciones, pero abarcando a todos, porque el ideal es conseguir que la
mayoría de la población acceda”, sostuvo. Y agregó que “el problema de las
universidades no es Internet, sino que no están haciendo el uso debido”.
No es la primera vez que Eco, autor
de El nombre de la rosa, levanta polvareda. Esta vez, fue gracias a su idea
elitista de la Universidad.
Extraído de:
http://www.revistaenie.clarin.com/
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