sábado, 17 de agosto de 2013



Falú, también recordado en Uruguay por sus anécdotas con Osiris Rodríguez Castillos y Alfredo Zitarrosa


Por Guillermo Pellegrino


En su dilatada trayectoria artística, Eduardo Falú hizo varias giras por Uruguay, país donde siempre fue muy respetado y en el que supo cultivar relaciones de amistad profundas, como fue la que edificó a lo largo de los años con Osiris Rodríguez Castillos, de quien versionó el famoso Cielo de los tupamaros y Tata Juancho, entre otras obras.
En sus presentaciones, el guitarrista salteño solía mencionar con gran admiración y respeto la obra musical y poética de Osiris, que a pesar de hoy estar bajo espacios de sombra es una de las más sólidas de la canción popular de raíz folclórica de América Latina.
Del mismo modo Osiris, hombre poco propenso al elogio, alabó invariablemente la calidad artística de Falú, quien en una oportunidad, luego de grabar la pieza instrumental  Tiempo del jacarandá, le pidió a Osiris que le pusiera le pusiera letra. El poeta oriental accedió, y el resultado fue una zamba de gran belleza.
En pos de dignificar la confianza y el aprecio que los unió, Falú le dio algunas importantes manos a Osiris en momentos que la economía lo apremiaba, ayudándole a conseguir con presteza un dinero de SADAIC para poder sobrellevar el inicio de su exilio en España; o cuando lo ayudó en su intención de editar algunos de sus discos en tiempos oscuros. “Me ha conmovido la actitud de Eduardo al ofrecer proporcionarnos dicho contacto”, le escribió Osiris desde España al productor argentino Daniel Randazzo. “Ello condice con la imagen de un amigo que admiro y distingo profundamente”.
También es recordada una situación vivida por Falú y Alfredo Zitarrosa, en momentos que este era locutor de radio El Espectador, de Montevideo, y solía presentar a los artistas que llegaban a actuar a la Fonoplatea.
En una oportunidad, en momento que se disponía a anunciar al folclorista argentino, a Zitarrosa le hicieron señas de que no estaba en el estudio. Falú se había quedado conversando animadamente con amigos uruguayos en el Bar Barruchi (que quedaba a pocos metros de la emisora), y se le había pasado la hora. Mientras bajaron raudamente a buscarlo, Alfredo tuvo que sacar a relucir sus dotes de improvisador, para que el público no notara el bache.
El 8 de agosto de 1997, Falú fue protagonista de una extensa entrevista que publicó el suplemento cultural de El País, de Montevideo, en la que dejó varios conceptos interesantes relativos a la guitarra, y a la evolución y difusión del folclore.
“La guitarra da para una cantidad de efectos sonoros (…) Uno puede escuchar una misma guitarra que no suena igual con distintos intérpretes. Hay algunos que la tocan y tienen un sonido metálico porque tocan con uña, nada más. También están los que tocan con las yemas de los dedos y logran un sonido más poderoso, más redondo. Depende de quién y de cómo se toque, salen versiones muy distintas”.
“No hubo creaciones innovadoras, realmente importantes. Hace unos años hubo muchas canciones que fueron muy populares y cantadas por la gente. Zamba de mi esperanza, La López Pereyra, Zamba de la Candelaria, que las cantaban hasta los perros… Pero claro, ahora es casi imposible que haya canciones tan populares, si en los medios casi que no hay difusión del folclore”.
“En un momento llegamos a crear un movimiento que se llamó DECUNA (Defensa de la Cultura Nativa) a través del cual realizamos diversas actividades para defender nuestra cultura: festivales, transmisiones, enseñanza de folclore en los colegios, etc. Esto fue en pleno gobierno militar. En algún momento pensamos que al Ministerio de Educación le podía llegar a interesar nuestra propuesta, pero nos equivocamos; jamás le prestaron atención. Se hablaba mucho de defensa de la soberanía (Argentina tenía, por ese entonces, serios problemas limítrofes con Chile). No se daban cuenta que defender la soberanía era también defender nuestra cultura popular. Es por eso que hoy la juventud no reconoce a la gente que ha sacado los recursos líricos de su tierra”.



Extraído de: http://www.clarin.com




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