Una ventana al pasado de la vida en el interior del país
Felipe Bellocq, estudiante de la maestría en Patrimonio Documental de la FIC, trabaja en la recuperación de películas rodadas por el cineasta Carlos Alonso durante la década del 30 del siglo pasado.

“El gran film del Uruguay: preservación y activación de la Colección Carlos Alonso como patrimonio audiovisual” es el título del trabajo de Felipe Bellocq, estudiante del posgrado en Patrimonio Documental: Historia y Gestión de la Facultad de Información y Comunicación (FIC). Recientemente Bellocq presentó un adelanto de su trabajo final de maestría ya que fue seleccionado, junto a otros dos trabajos realizados por estudiantes de grado y de posgrado de nuestra Facultad, para exponer en las 32° Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM).
Por este motivo conversamos con el investigador sobre su trabajo, que se encuentra en proceso de realización y que incluye un documental con material digitalizado del archivo del cineasta Carlos Alonso (1886-1953) que por primera vez podrá ser visionado públicamente.
En la década del 30, Alonso filmó acompañado por sus dos hijas adolescentes en todos los departamentos del país. En 40 latas de cintas de nitrato y otras tantas de acetato, el archivo del cineasta es considerado por los investigadores como el registro documental más antiguo, numeroso y extenso del Uruguay y su gente.
Las cintas estaban alojadas en el Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra (ANIP) del SODRE. En 2019, con un fondo de la Universidad de California, el colectivo Cine Casero, que Bellocq integra, comenzó la primera etapa de trabajo sobre los nitratos de la colección. “La situación con la que nos encontramos cuando comenzamos a trabajar era bastante precaria desde varios puntos de vista”, señaló el investigador a la Unidad de Comunicación de la FIC. “La preservación audiovisual y el patrimonio audiovisual en Uruguay es un tema que todavía no está resuelto al 100%, que tiene muchas carencias, tanto a nivel de los procesos de trabajo (sobre todo históricos, en el sentido de que era una colección, por ejemplo, que no contaba con una documentación rigurosa asociada respecto a su historia archivística) como también a nivel de infraestructura, recursos humanos y políticas claras de gestión”.
Los materiales estaban en una situación de alta vulnerabilidad; primero hubo que delimitar qué había, se hizo una inspección de todos los elementos con énfasis en el estado de preservación de las latas de nitrato, para lo cual fue fundamental la colaboración de varias instituciones, contó Bellocq. Entre ellas, el ANIP, Cinemateca Uruguaya (donde está la bóveda especializada para la conservación de nitratos), el Laboratorio Tecnologías Innovadoras para la Preservación Audiovisual de la FIC y el Archivo Dina Pintos de la Universidad Católica del Uruguay.
¿Qué hay en las latas?
Felipe Bellocq (FB) - Hoy en día podemos decir que lo que hay en las latas es el registro audiovisual más antiguo, numeroso y abarcativo en términos territoriales de todo el país, lo cual es algo no menor. Son documentales que hizo Alonso en esta gira que lo llevó por todo el interior del Uruguay, filmando, como él decía, las bellezas de nuestro país, así como el progreso en cada localidad. Entonces encontramos registros cotidianos de esas comunidades, sus principales instituciones públicas, sus principales emprendimientos, algunos aspectos también geográficos o naturales, dinámicas de trabajo… Es como ver una ventana hacia la vida en el pasado en el interior de nuestro Uruguay.
¿Es posible destacar algún fragmento de la colección?
FB- A título personal se me hace difícil destacar algún fragmento o alguna imagen por sobre otra, además de que todavía no hemos podido ver el 100% de las imágenes en movimiento porque no se culminó la digitalización. Quizás sí se destaca la diversidad de cosas que están registradas, creo que es de lo más interesante, además de que tiene una factura técnica excelente. El fotógrafo consignado es Emilio Peruzzi, que era de los fotógrafos más prolíficos de esa época y con una calidad exquisita.
¿Cuál es el valor de rescatar estos materiales y traerlos a la memoria?
FB- Creo que es un acto de justicia, no sólo patrimonial, sino hacia toda la sociedad. Si pensamos en el imaginario visual del Uruguay del pasado, las imágenes representan por lo general a Montevideo, entonces ya desde el punto de vista descentralizador es maravilloso lograr traer todas estas imágenes, en la mayoría de los casos desconocidas e inéditas y que, sobre todo, las propias localidades y sus habitantes no las han podido apreciar.
Estos materiales se filmaron entre 1933 y 1938, a nivel mundial se estima que el 80% de todo lo firmado en nitrato, que es el material con que se filmaba en esa época, se perdió. Entonces que Uruguay cuente con estos documentos es realmente un privilegio, y entiendo que poder trabajar con ellos y ponerlos en el acceso de todos también es un deber que debemos afrontar.
Es muy importante poner el archivo en valor y accesible para la sociedad; pensar el archivo no como algo estático o que está guardado simplemente aunque que le mejoremos las condiciones para su salvaguarda, sino como una herramienta para formar vínculos, para formar puentes hacia nuestra propia identidad, que nos despierte preguntas sobre quiénes fuimos, quiénes somos o hacia dónde vamos. Allí, creo, está el poder del archivo y de los materiales patrimoniales hoy en día.
Proyecto documental
De las 40 latas de nitrato de la Colección Carlos Alonso ya se digitalizaron siete. “Y estamos próximos a comenzar a digitalizar varias más”, señaló Bellocq. Se trata de un trabajo “codo a codo” con el Laboratorio Tecnologías Innovadoras para la Preservación Audiovisual y apuntó que la digitalización no garantiza la preservación de los materiales en términos del patrimonio audiovisual. Por el contrario, implica algunos desafíos en este aspecto, pero facilita el acceso y permite respaldar también el material. Además, explicó que se está trabajando en la investigación histórica y de contexto de los archivos y del realizador, proceso que ya había sido iniciado por Cine Casero. “Sin duda que es importante hacer un control físico de la colección, pero también estas medidas nos ayudan a tener un control intelectual”, sostuvo. También se está avanzando en la inspección de las latas de acetatos, que si bien en su mayoría contienen duplicados, aportan imágenes nuevas.
Parte del material digitalizado será utilizado para la realización de un documental, que será un aspecto central de la tesis de maestría en Patrimonio Documental de Bellocq. “Sus características principales son el uso casi en exclusiva de este material de archivo, con una sonorización, porque todo el material de la colección Alonso es silente. Gran parte del trabajo de nuestro largometraje va a ser el diseño sonoro de las secuencias que seleccionemos y que montemos con una narrativa creativa por encima”, comentó.
Bellocq está desarrollando este proyecto junto a la la egresada de la FIC Patricia Olveira, productora cinematográfica de Halo Cine.
Un adelanto fue presentado por Bellocq en las 32° Jornadas de Jóvenes Investigadores de la AUGM que se realizaron en la Universidad de Tucumán (Argentina) del 5 al 7 de noviembre. “Fue una experiencia súper enriquecedora desde el punto de vista académico, pero también humano. Siempre las oportunidades para confraternizar con otros investigadores tienen eso de generar puentes y lazos que quizás también en un mañana puedan llegar a despertar nuevos proyectos o colaboraciones”, afirmó.
Más información sobre “El Gran Filme del Uruguay”: https://meap.library.ucla.edu/projects/carlos-alonso-collection/
Fotos: imágenes cedidas por Felipe Bellocq.
No hay comentarios:
Publicar un comentario