sábado, 4 de diciembre de 2010

En literatura, nada es insignificante

Ángel Juárez Masares

Procurando aportar un poco más de información acerca de nuestro idioma, y con la esperanza que ello redunde en un manejo más respetuoso del mismo (asunto difícil si los hay), comenzaremos esta semana una serie de artículos que tienen como fuente la obra “Tesoro breve de las letras hispánicas” de Guillermo Diaz-Plaja, la cual -humildemente- consideramos de lectura imprescindible para cualquier amante de la lengua más rica en giros idiomáticos del mundo.


El estudio de la literatura castellana peninsular venía siendo abordado desde el inicio del siglo XII, fecha aproximada de la redacción del “Cantar de Mio Cid”. Constituía este fuerte y hermoso poema el original pórtico de entrada a una gran literatura. La lengua, todavía desprendiéndose de sus formas latinas, daba de pronto una muestra de enorme madurez.
Un análisis lógico, sin embargo, no podía dejarnos satisfechos. Una literatura no puede empezar con un gran poema: La Ilíada” y “La Odisea no son los inicios de la literatura griega, sino los frutos tardíos y mejor conservados de una incalculable tradición épica anterior. Con la literatura castellana acontece lo mismo. Un período balbuceante debe anteceder a la plena voz de un gran poema. Y la moderna investigación así lo ha demostrado a partir de los descubrimientos llevados a cabo en 1948 por el romanista S.M. Stern, y completados por nuevas investigaciones realizadas por J.M. Millás, Emilio García Gómez, y Dámaso Alonso.
Como sabemos, la España de la Edad Media era una encrucijada cultural. En el sur de la Península, musulmanes y hebreos convivían con los cristianos que habían permanecido en sus ciudades al producirse la invasión la invasión islámica. Estos cristianos “mozárabes” conservaban –bajo el dominio musulmán- su lengua romance, en la cual se componían estas breves canciones y coplillas que se hubiesen perdido por su insignificancia (lo del título), si algunos poetas hebreos no hubiesen gustado de transcribirlas al final de sus poemas, lo que permitió que llegaran a nuestro conocimiento.
En efecto, al copiar algunas poesías hebreas y árabes de esa época, los investigadores encontraban enormes dificultades en la traducción de los versos finales. De pronto cayeron en la cuenta de que se trataba de estrofas populares (llamadas Jarchas), formadas por vocablos castellanos.
Algunos poetas hebreos, como Yahudá Ha-Leví, incluyen coplas que se suponen en boca de una muchacha:
                   “Vayse meu corashon de mib
                    ¡ya Rab!, ¿si me tornarad?
                    ¡Tan mal meu doler li-l-habib!
                     Enferma yed ¿Cuándo sanarad?

La palabra habib (amigo) aparece en muchas composiciones de este tipo, dando con ello el precedente de las famosas “canciones de amigo” que aparecen al estudiar la primitiva poesía gallego-portuguesa. También deberemos tener en cuenta que el precedente mozárabe puede haber influido en la primitiva poesía provenzal.
Desde 1948 se conocen textos que son unos cien años más antiguos que “El cantar de Mio Cid” y que, por lo tanto, hacen retroceder un siglo la historia de la literatura castellana, poniéndola –por su antigüedad- a la cabeza de las letras románicas.

                                                                                                                                                  

Jarcha en mozárabe:Garīd boš, ay yermanēllaš
kóm kontenēr-hé mew mā´lē,
sīn al-habīb non bibrē´yo:
¿ad obl' iréy demandā´re?
bay-še mio qoras onde mib
Yā rabbī ¿ši še tornarad?
Tan mal mio doler al-habīb
Enfermo Ϋed, ¿quan šanarad?
¿Qué faré mamma?
Mio al-habib eštad yana.

Traducción al castellano:Decidme, ay hermanitas,
¿cómo contener mi mal?
Sin el amado no viviré:
¿adónde iré a buscarlo?
Mi corazón se me va de mí.
Oh Dios, ¿acaso se me tornará?
¡Tan fuerte mi dolor por el amado!
Enfermo está, ¿cuándo sanará?
Qué haré, madre?
Mi amado está a la puerta.


Para escuchar recitado por Flor María Alvaro: en  Fonoteca Literaria - Edad Media
http://catalogo.declamando.com/poema_dec.php?CatalogoII=1292&id_cancion=246

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