El bicentenario si; pero con la justa historia como guía
Roberto Sari Torres
En honor a las honras ciudadanas al proceso libertador bicentenario que aquí se inicia y el anexo festivo previsto por la parte gubernamental, y visto la falsificación histórica exhibida en el cortometraje patrocinado por la intendencia Municipal de Soriano, lo que corresponde en forma inmediata sería eliminar definitivamente tan frustrante como afrentoso intento de “representación y escenificación” de sucesos históricos bien conocidos.
Nada más afrentoso para la historia y sus personajes es pretender “un supuesto homenaje” disfrazando a los hombres y los caballos con arreos que no tenían (además de bien tusados). Ambas cuestiones no eran ni parecidas en 1811. Los disfrazados “gauchos de película” están copiados de la falsificación histórica que Blanes en sus cuadros hizo de ellos (y de los “33” )- Blanes es, sin dudas, un gran pintor y colorista, pero históricamente no sirve como inspiración, porque aquellos personajes más parecen recién salidos de la tintorería y lavandería, que de la épica realidad donde fueron protagonistas, en general vestidos entre lo pobremente y lo astroso, y no por ello han dejado de ser la gloria de nuestro pasado combatiente, y numen del narrar histórico. Tampoco iban al combate afeitados, ni montados en caballos recién cepillados.
Véase lo que decía Artigas en una comunicación al Gobierno de buenos Aires, desde el campamento de los orientales a orilla del Ayuí (Entre Ríos) fechada el 24 de enero de 1812: “La miseria no se ha separado de sus filas”…(se refiere al ejército popular)…”no se pueden expresar las necesidades que todos padecen, expuestos a la mayor inclemencia; sus miembros desnudos se dejan ver por todas partes y un poncho hecho pedazos liado a la cintura es todo el equipaje de los bravos orientales”.
Para homenajear la grandeza bicentenaria de los hechos independentistas del Uruguay, no es necesario disfrazarse de lo que no eran ni vestían “los bravos orientales” y su General en Jefe. El magnífico “gaucho de Asencio” de la Plaza Independencia de Mercedes, en mucho se asemeja a sus heroicos colegas de Asencio, Las Piedras, y El Exodo.
No se hagan más desfiles de disfrazados de lo que el gaucho oriental nunca tuvo, ni en las batallas de vida o muerte, ni el vivac circunstancial de las marchas de guerra. Por más que ahora resulte como “plata quemada” haber gastado en “arrebatos” fílmicos falsificadores de la historia tal cual fue. Lo mejor es descartarlo definitivamente para así evitar continuar con la afrenta a la verdad bicentenaria. Ni lo aventurero ni oportunista le calza bien a la grandeza de la historia. Hay que tener la humildad de estudiar e investigar un largo tiempo para aprender y saber de qué se trata lo que se cruza delante de la vida.
¡Por la grandeza del gaucho oriental libertador, por el BICENTENARIO entonces, y por la saga del Jefe de los Orientales, elimínense de las honras que se rindan, toda mentira y/o falsificación histórica; que con la Justicia de la verdad nomás alcanza!
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