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Idea Vilariño (1920-2009)

La mayor poeta del siglo XX

Aldo Roque  Difilippo

Hace 2 años el Uruguay perdió a una de sus mayores poetas. El 28 de abril de 2009 falleció Idea Vilariño: Crítica de literatura, compositora de canciones, traductora, educadora, y fundamentalmente una de las principales poetas de nuestro país.  Nació en Montevideo en 1920, iniciándose con “La sulicante” (1947) un cuaderno de poesías, al que le seguirán “Paraíso perdido” (1949), “Por un aire sucio” (1950), y su libro más importante “Nocturnos” (1955),  entre otros. Su labor de crítica literaria la ejerció en revistas nacionales y extranjeras: Clinamen, Número, Marcha, Asir, Brecha, Plural y Texto Crítico, de México, Casa de las Américas (Cuba).

En 1966 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura, al que renunció  por discrepancias con la integración del jurado. En 1987 obtuvo el "Premio a la labor intelectual, José Enrique Rodó", otorgado por la Intendencia Municipal de Montevideo. En 1994 recibió la medalla "Haydée Santamaría" (Cuba) siendo la primera mujer en recibir tal distinción; en una larga y prolífica carrera.

Tonterías muy cantables

Hija de Leando Vilariño (poeta, barraquero y anarquista) y Josefina Romani, junto a sus hermanos Poema, Azul, Alma y Numen, desde temprana edad tuvo  inclinación por el arte. Idea Vilariño, considerada la mayor poeta del siglo XX, tocaba el violín y según su hermano Numen, lo hacía muy bien.

"La nuestra fue una familia cuya vida fue muy golpeada pero parece que uno no puede arrepentirse de nada, fue una familia feliz, muy nutrida, muy alimentada de cosas que valen la pena, aunque todo costaba mucho sacrificio", expresó su hermano Numen. Una familia de artistas, cuyo jefe, don Leando, un convencido anarquista, dirigía  la Calera Oriente, una barraca de construcción donde  era más compañero que patrón, según recuerda su hijo Númen. En su barraca las cosas se resolvían juntos, todo compartido. En el fondo de la casa había un estanque con patos y otros animales, y una higuera enorme que era lo más alto de la manzana.

“Mi padre era un poeta y un gran conocedor de formas y de ritmos. Y tal vez el mejor lector de poemas que conocí: hacía oír también el sonido, los acentos. Ambas condiciones fueron una buena escuela desde temprano”, recordaría Idea años después. Agregando “Empecé a hacer versos antes de saber escribir. Tonterías, pero muy cantables”.

Digno silencio

Antes de cumplir los treinta años, Idea Vilariño ya era ampliamente reconocida en el Río de la Plata, donde también destacó por su labor en otras disciplinas, como la crítica literaria y la traducción. Estudiosos de todo el mundo se interesaron pronto por su poesía, aunque ella rechazó durante toda su vida promocionar su nombre y fue reticente a comentar sus poemas, la mayoría vertebrados en torno a las temáticas del amor y la muerte. Considerada una de las principales figuras de la Generación del 45, fue también compositora de canciones, entre las que se destacan dos títulos imprescindibles del cancionero popular nacional: "La Canción y el poema", musicalizada por Alfredo Zitarrosa, y “Los Orientales” interpretada por Los Olimareños, y considerada aún hoy en una suerte de  himno  de la resistencia a la dictadura militar.

Sus restos fueron velados en el Paraninfo de la Universidad de la República. En un mensaje firmado por el Presidente Vázquez se destaca sus valores humanistas: “Su sistemático rechazo a promocionar su obra y a recibir reconocimientos que la misma merece, o el digno silencio con el que sobrellevó destituciones y censuras durante el período autoritario, son también expresiones de un impulso vital avasallante, de profundos valores humanistas y de firmes convicciones democráticas. Definir a Idea Vilariño es tan difícil y acaso tan innecesario como pretender enjaular el viento”.