Formas de morir en la edad media
Una reciente investigación sobre accidentes fatales en
El historiador de la Universidad de Oxford Steven Gunn se puso a desempolvar informes forenses de la época en la que estaba en el trono la Casa de Tudor.
Los reportes revelaron un caso real que pudo ser origen e inspiración para Ofelia, el trágico personaje inventado por el dramaturgo inglés William Shakespeare, que subió a un árbol, cayó a un arroyo cuando una rama se rompió y allí se ahogó.
Pero también se hallaron ejemplos de muertes curiosas, extrañas y, en ocasiones, estúpidas.
1. Se escapan los osos
Los osos eran parte del entretenimiento en esa época en Inglaterra. Había osos amaestrados para el espectáculo. Otros se mantenían para la sangrienta diversión inglesa de entonces en la que ataban un ejemplar a un poste en una fosa y soltaban los perros de caza.
Enrique VIII tenía su propia arena construida en la zona que ahora alberga las oficinas gubernamentales en Londres.
Algunas veces, los osos escapaban.
Una viuda llamada Agnes Rapte murió al ser atacada por el oso de Lord Bergavenny, cuando éste se metió en su casa en 1563. Otra víctima, Agnes Owen, de Herefordshire, condado occidental británico, murió en su cama al ser arrollada por un oso en plena fuga.
Cuando un oso mató a mordidas a un hombre en Oxford en 1565, el animal no fue castigado sino que fue puesto bajo custodia de la realeza. Quizá porque valía 26 chelines y 8 peniques, lo que equivalía a unos seis meses de salario de un obrero.
2. Aléjese del blanco
El tiro al blanco era un peligroso pasatiempo, tanto para los participantes como para los espectadores. Informes forenses registran 56 muertes accidentales de gente que se había parado demasiado cerca del blanco o que escogieron el momento errado para ir a recoger la flechas disparadas.
También hubo casos de mal criterio. Thomas Curteys de Bildeston, Suffolk, estaba practicando tiro al blanco en una linda noche de junio en 1556, cuando, de pronto, se quitó el sombrero e invitó a otro arquero llamado Richard Lyrence a que intentara atinar a la prenda con una flecha. Fácil adivinar qué pasó después.
Los forenses incluso anotaban la profundidad de las heridas. El nada deseable récord lo alcanzó Nicholas Wyborne, quien estaba recostado cerca de un blanco, cuando fue alcanzado por una flecha que caía, la cual se le enterró con una profundidad de 15 centímetros .
3. Disparo accidental
La primera vez que un tribunal forense tuvo que enfrentar el novedoso problema de muerte por disparo accidental fue en el año 1519, cuando una mujer en Welton murió de forma fortuita como resultado del disparo de un arma de fuego.
El responsable fue un empastador de libros francés llamado Peter Frenchman. La víctima, desconocedora de ese ruidoso artefacto, había caminado frente al arma cuando ésta era disparada.
El lugar de las armas en el ordenamiento social parece haber quedado establecido en 1557, cuando el caballo del Duque de Norfolk tropezó en el camino a Tottenham, su arma se disparó y mató a un sirviente. Y, como muestra de las maravillas del progreso científico, hacia 1560 las armas de fuego provocaban más muertes accidentales que las flechas.
4. Con su propia flecha
¿Cómo se dispara uno mismo en la cabeza con su propia flecha?
En 1552, Henry Pert, un noble caballero en Welbeck, tensó su arco al máximo con la idea de disparar directo al cielo.
La flecha se trancó en el arco, y cuando Pert se inclinó para examinar el equipo, la flecha se liberó. El hombre murió al día siguiente. De vergüenza.
5. En Navidad
"John Hypper estaba 'jugando juegos navideños' en la Navidad de 1563 alrededor de las seis de la tarde con otros residentes de Houghton, Hampshire, en la casa del labrador Thomas Purdew de Houghton.
Mientras jugaba quedó en mala posición de forma involuntaria e hirió sus testículos y, debido a su debilidad corporal se descompuso de tal manera que languideció hasta las 3am del 28 de diciembre, cuando murió".
6. Fosa séptica
¿Qué se puede decir de un panadero alcoholizado de Cambridge, quien, mientras orinaba, cayó hacia atrás dentro de una fosa séptica el 2 de junio de 1523?
Murió de forma horrible. Qué manera de irse.
Fuente: BBC Mundo
1 comentario:
Abelardo y Eloísa murieron de amor,pese a que la partida de defunción diga otra razón.Se pueden aplicar los versos de Martí por "La Niña de Guatemala"..."yo se que murió de amor".
Juana de Arco, y tantas "brujas", fueron consumidas por Vulcano.
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