sábado, 20 de agosto de 2011

EDITORIAL

Hablar de nuestras cosas



Aldo Roque Difilippo

El  pasado 18 de agosto, para HUM BRAL, se cumplió el primer año de trabajo en esta nueva etapa. Un año desde que colgamos el primer artículo que comenzó a navegar por la red de redes, primero sin mucha dirección, pero que luego a impulsos propios y de los mismos lectores, que comenzaron a realizar sus aportes, críticas y comentarios,  se encauzó en este rumbo que en gran medida va en la misma senda dejada cuando éramos una  revista de papel.
Godofredo, el personaje del
Periódico Centenario
(Cardona–Soriano) a raíz del pedido
de informes efectuado por HUM BRAL
a la Intendencia de Soriano.
Que dos tipos, sentados a una computadora  en la esquina del mundo generen que otro alguien desconocido escriba dos líneas comentando un artículo, o simplemente clickee un “me gusta” en el facebook nos impulsa a seguir y nos mueve a reflexionar sobre algunas cuestiones.
Es verdad, los que hacemos esto que llamamos HUM BRAL, en esencia somos dos tipos sentados a la orilla del mundo. Literalmente. Porque geográficamente estamos en esa esquina que hacen los ríos Uruguay y Negro. Porque vivimos en un departamento y en una ciudad  que se dice de las más cultas del país, pero que de un buen tiempo a esta parte (muchísimo tiempo para nuestro gusto) desprecia sistemáticamente las manifestaciones artísticas. Donde si bien aparecen algunos casos encomiables, son más a impulsos privados que estatales.
Porque además vivimos en un país que todavía está esperando “que tiemblen las raíces de los árboles” (parafraseando al ex Presidente Tabaré Vázquez) en el plano cultural.  Donde tenemos o  padecemos a personajes que están enquistados en ese mundillo cultural y culturoso, que no hace otra cosa más que excluir, menospreciar y hasta degradar a la inmensa mayoría de la población. Y que dos tipos sentados a una computadora a la orilla del mundo reciban tamaña respuesta nos mueve a reflexionar, a promover y hasta conminar a que surjan más manifestaciones similares o disímiles a esta –no importa- pero que hablen con su voz propia; de nuestras propias cosas, de todo eso que hoy en día ni los grandes medios de comunicación, ni  el Estado como tal están hablando ni promoviendo.
Desde hace buen tiempo que en los medios de comunicación casi no existe espacio para la reflexión, o el análisis más allá de la cotidianeidad de la noticia que muere casi instantáneamente a su nacimiento, porque el vértigo informativo así lo pauta. Pero también hace muchísimo tiempo que desde el Estado no se promueven prácticas que incentiven la reflexión, y si aparecen apenas se traducen a algunas conferencias en círculos lo más céntricos posibles. El Estado uruguayo como tal, a modo de ejemplo, no imprime ni promueve la difusión del libro. Es decir marcar un rumbo en lo que deberían leer las nuevas generaciones inundando bibliotecas,  centros de estudio y la plaza comercial con libros subsidiados y al alcance de cualquier asalariado, promoviendo reediciones de textos que para las editoriales comerciales no son redituables. ¿Cuándo fue que se reedito el último libro de Enrique Amorim? ¿Cuál fue la última reedición de Rodó, Carlos Vaz Ferreira, Pedro L. Ipuche, Delmira Agustini,  o autores más cercanos en el tiempo? Desde el Estado claro está, porque alguno de estos autores han sido reeditados por empresas privadas que obviamente hacen su negocio y el producto final no siempre está al alcance de cualquier bolsillo.
Un caso claro, en lo que respecta a literatura es Juan José Morosoli cuya obra hubiera sucumbido en el ostracismo de no haber sido por la perseverancia de una editorial como Banda Oriental que se encargó de revisarla, editarla o reeditarla tras su muerte. Pero debieron pasar varios años para que el Estado lo incluyera en los planes de estudio liceal, y valorizara adecuadamente esa obra.
Y pasa lo mismo en pintura, en música, y en todas las artes. ¿Quién ha comprado últimamente un disco con música de Luis Fabini, o Luis Cluzeau Mortet?
Por eso lo del principio: que dos tipos, sentados a la orilla del mundo frente a una computadora promuevan más de 32 mil lecturas en apenas un año; es decir más de 2.600 visitas al mes, quiere decir que existe un vacío en las necesidades de la población. Vacío que no lo están cubriendo ni los empresarios privados de los medios de comunicación, ni lo está asumiendo el Estado, como debería.
Pero cuidado, eso no quiere decir que nosotros hayamos llegado para cubrir esa necesidad. Eso sería una arrogancia petulante y tonta. Lo que pretendemos decir que es que en los medios de comunicación y en lo que promueve el  Estado hay una ausencia de propuestas culturales genuinas, que hablen de nosotros mismos, que nos ofrezcan la posibilidad de coincidir o disentir, de contraponer ideas, de contribuir a que el individuo se sienta parte de algo y no un mero espectador que recibe una comunicación que no lo contiene.
Primera liberación de libros en Uruguay,
una de las actividades que
participamos en este primer año.
Por eso  promovemos, exhortamos, y hasta conminamos a quien quiera tomar la posta a que florezcan por todos lados páginas web, blog, grupos de facebook, revistas tradicionales, simples folletines, cadenas de mails, o el formato que sea, pero que empiecen a hablar de nuestras cosas en nuestro idioma. Quizá el año próximo estemos hablando  de otros tipos sentados en su esquina del mundo escribiendo y contándonos sus propias historias.

2 comentarios:

Patricia K. Olivera dijo...

Es un orgullo tener una revista uruguaya como esta, hay que incentivar este tipo de publicaciones; creo que hay que incentivar la creatividad y ayudarla a salir y mostrarla, hay muchos pequeños "círculos" que son cerrados con respecto a la cultura y no puede ser más así.
Felicitaciones y por muchos años más!!

Edgar Cadiac dijo...

Hum Bral, algo digno de destaque por los objetivos planteados, por la calidad de sus notas,y como queda demostrado a travez de miles de lecturas a lo largo y ancho del planeta; llenando un vacio en lo que a revistas culturales se refiere. Podremos coincidir o no con alguno de sus enfoques, pero eso es parte del pluralismo de la ideas. Que monotono seria el universo si todos fuesemos parte de una gran unanimidad.Vamos arriba muchachos vuestro aporte es inmenso, y muy apreciado por vuestros lectores.
Cordialmente.