viernes, 1 de junio de 2012

EDITORIAL

Cuando un dolor duele
mas que otro
                                                                                                            

Ángel Juárez Masares




En su informativo del mediodía del jueves pasado, Canal 13 de la República Argentina ponía en pantalla un gran titular donde se leía: “El drama de Xuxa”. Seguidamente el conductor anunciaba con voz “transida de dolor”, que la conocida cantante-presentadora- y estrella de la TV brasileña había llegado a Buenos Aires acompañando a su madre quien iba a ser sometida a un tratamiento médico a causa de su mal de Parkinson. Hasta aquí la noticia.
Sin embargo, y mas allá del enfoque que las Empresas periodísticas estimen conveniente darle a cada tema, lo que activó nuestra reflexión fue el recuerdo de otro programa emitido por la TV argentina días atrás, donde se mostraba la miseria en que viven hoy los indios Tobas en una zona del Chaco conocida como “el impenetrable”. Cabe señalar que ese nombre se debía a los extensos montes nativos que cubrían miles de kilómetros cuadrados, y que actualmente están desapareciendo debido a la tala indiscriminada (y no precisamente por los nativos).
Allí sobrevive la comunidad Wichí (también Wichi), quienes sufren el avasallamiento cultural de una sociedad que los rechaza y desprecia luego de apropiarse de sus tierras. 
Las familias están compuestas por muchos hijos, abuelos, tíos, sobrinos, y primos, y pasan sus días conviviendo con perros, gallinas, y algunos cerdos; alimentándose de una especie de tuna que crece en el lugar, avasallados por la vinchuca, enfermos de “Mal de Chagas”, bebiendo agua que recogen de charcas barrosas, y esperando una caja con alimentos que les manda el Estado una vez al mes, y cuyo contenido es tan exiguo que bien podría ser consumido por una sola persona en un par de días.
¿Qué tiene esto que ver con la madre de Xuxa? Se preguntará usted a esta altura de la lectura.

Nada, es verdad. Tiene que ver con la actitud del hombre ante el dolor ajeno. Nadie cuestiona que la Estrella brasileña –o cualquiera que tenga los medios para hacerlo- atienda la salud de los seres que ama. Lo que nos rechina es la injusticia, el desfasaje social, la indiferencia  de quienes deberían “distribuir la riqueza”. Naturalmente que estas cosas deben tomarse en un contexto universal; la mención a la comunidad Toba fue solamente el disparador de esta reflexión. Pasa en muchos países de América Latina; en África, donde las etnias nativas mueren de hambre encima del petróleo y los diamantes, y pasa en las ciudades mas grandes de los países industrializados.
¿Qué no estamos descubriendo nada? Sin duda que es así, pero si volvemos por un momento al “drama de Xuxa”, deberíamos tener presente el drama de “Pedro, María, de Juan, y José”, parafraseando a Daniel Viglietti cuando en una de sus canciones universalizó al “hombre” en estos cuatro nombres propios.
Sabemos que a cada minuto mueren seres humanos en el mundo a causa del hambre, y por esa misma razón es que nos molesta el tratamiento periodístico de “el drama de Xuxa”.
¿Acaso el dolor de unos es diferente al dolor de otros? ¿Qué del drama de niños y ancianos que viven en la calle? ¿Qué del drama de los adictos? ¿Qué de los abandonados? ¿Qué de todos aquellos cuyo dolor no amerita un titular en la tele?...

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