Florencio Sánchez continúa generando polémica, aunque
quizá contra su voluntad. El nombre oculto tras el seudónimo “Jack”, o “Jack (sin destripador)”,
atribuibles durante años a Sánchez, generaron la polémica en los últimos días a
raíz de una nueva investigación presentada en Montevideo. A continuación
transcribimos un par de artículos publicados en el diario montevideano La
diaria.
Mi bisnieto el dotor
Polémica por falso pseudónimo de Florencio Sánchez.
Paralelamente a su carrera como dramaturgo, Florencio
Sánchez escribía en la prensa y continuó haciéndolo durante varios años. Allí
empleó su firma y también recurrió a algunos heterónimos como Ovidio Paredes,
Miss Elliot, Mochito, Bruno Pajares y Luciano Stein. Cuando era adolescente,
además, firmó artículos como “Jack” y “Jack (sin destripador)” en el diario La Voz del Pueblo, de Minas.
Estos pseudónimos dieron lugar a una especulación: se creyó que ciertos textos
firmados por Jack the Ripper (Jack el Destripador) y publicados entre 1899 y
1903 en revistas de Montevideo ("La Alborada ") y Buenos Aires ("Caras y
Caretas") habrían sido también de autoría de Sánchez.
La idea, formulada por el argentino Federico Mertens en
1913 (tres años después de la muerte de Sánchez), cobró firmeza tras la
inclusión de algunos textos de Jack The Ripper en antologías, como
"Florencio Sánchez: vida y creación", publicado por Julio Imbert en 1954, a pesar de que en
1939, en el libro "Vida de Florencio Sánchez", el investigador
uruguayo Fernando García Esteban disociaba al dramaturgo uruguayo de ese
pseudónimo. En 1975, el investigador Roberto Ibáñez, en la Revista de la Biblioteca Nacional ,
arrojó más pruebas a lo aportado por García Esteban y concluyó que tras Jack
The Ripper se ocultaba en realidad un cronista ecuatoriano.
El 10 de mayo, sin embargo, el profesor uruguayo Nicasio
Perera San Martín dio una conferencia en la Biblioteca Nacional ,
que fue anunciada por La
República con el titular “Descubren que Florencio Sánchez no
escribió artículos que le atribuyeron”. Tras la conferencia, el investigador
Daniel Vidal le recordó a Perera los aportes de García Esteban y de Ibáñez, que
Perera habría desestimado.
“El único aporte de Perera es indicar el nombre del autor
ecuatoriano que firmaba como Jack The Ripper: Antonio Campos”, dice Vidal,
quien escribió una carta abierta refiriendo su diálogo con Perera. La carta
está disponible en http://ladiaria.com.uy/UBB .
La semana pasada Búsqueda recogió la versión de Perera en
una nota titulada “Se equivocaron y la siguieron pifiando”. Allí dijo a Silvana
Tanzi que Roberto Ibáñez no intentó saber quién era Jack The Ripper. Ibáñez,
sin embargo, tras distinguir el estilo de Jack the Ripper del de Sánchez e
investigar sobre los localismos de su prosa, afirmó que el autor de los textos
era “un borrajeador del Pacífico; un ecuatoriano, inequívocamente; un cronista
guayaquileño, en definitiva. Sus páginas, que circularon en varios países,
fueron a veces aclimatadas por algunos de sus comedidos compiladores -en Chile,
por lo pronto, si el hombre no residió allí”. Para Perera, que Ibáñez no
nombrara a Campos fue un acto de “soberbia inadmisible”.
Verosimilitud
Vidal, profesor del departamento de Literatura Uruguaya y
Latinoamericana en la
Facultad de Humanidades (Udelar), publicó en 2010 el libro
"Florencio Sánchez y el anarquismo" y el año pasado fue el encargado
de seleccionar y editar "Prosa urgente", de Sánchez, que pasó a
integrar la Colección
de Clásicos Uruguayos. En el prólogo de ese libro, Vidal aborda el problema de
la autoría en Sánchez, y tras dar cuenta de los estudios de Ibáñez, justifica
la inclusión de textos de Jack The Ripper en su compilación -que reúne la
mayoría de la obra no teatral de Sánchez, como las "Cartas de un
flojo", "El caudillaje criminal en Sudamérica", artículos
periodísticos, narraciones, correspondencia y cartas públicas- en el
convencimiento de que deben realizarse análisis lingüísticos más profundos
antes de separarlas definitivamente del corpus del escritor.
Según dijo a la diaria, Vidal no cree que los cinco textos
publicados por Imbert pertenezcan a Sánchez; de todos modos, afirma que “su
inclusión en antologías, con todo, desde el error de atribución de autoría,
remite a un fenómeno de escritura y de lectura revelador”.
“Se trata de textualidades admisibles en un corpus de
discursos que comparten temas y formas más o menos comunes: peripecias del
hombre de la calle, el absurdo de la burocracia estatal y de la justicia, la
inoperancia de la política o la vanidad de la academia. El o los autores de
estos textos practican una escritura naturalista con fuertes ingredientes
coloquiales y populares pero dentro del rango de lo respetable y hasta neutro,
sin caer en lenguaje soez ni en localismos comprensibles sólo para grupos,
gracias, a veces, a los recortes aplicados por los editores-censores en
sucesivas reediciones. Comparten, en especial, el tono liviano e irónico, la
picardía punzante que ataca pero no destruye. Son escritos circulantes en
revistas y periódicos de corte liberal, más o menos radicales, más o menos
populares, apetecibles para sectores medios y nuevos alfabetos”, dice.
“En paralelo, conviene advertir una recepción ‘impositiva’
que hizo emigrar textos adventicios hacia el patrimonio del uruguayo y esto
incluye al microsistema anarquista montevideano que con cierto énfasis no dudó
en reproducir al menos uno de los relatos en cuestión, ‘Ciencia política’, es
cierto que publicado en el también anarquista "El Sol" en 1901, pero
también tempranamente en los montevideanos "El Trabajo" (1901) y
tardíamente en "El Anarquista" (1913), "La Acción Obrera "
(1919) y "El Picapedrero" (1919)”. En todo caso, Vidal cree que la
autoría de los textos de Jack The Ripper es “un fenómeno lateral”. “No creo que
su inclusión o exclusión modifique el patrimonio discursivo de Sánchez, como sí
lo modificó, radicalmente, la primera edición -y estudio- de la obra
"¡Ladrones!" por parte de Eva Golluscio de Montoya en 1996” , dice Vidal.
Nicasio Perera (San José, 1937) se doctoró en Poitiers y
fue profesor de literatura hispanoamericana en la Universidad de Nantes,
donde investigó sobre Felisberto Hernández y Roberto Arlt, entre otros
rioplatenses. Hace dos años publicó en Buenos Aires "Florencio Sánchez: el
escritor en su centenario", pero allí no incluye su investigación sobre
Jack The Ripper.
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Respuesta de Perera
a Vidal
Saint-Herblain, 1° de junio de 2012. Sr. Director de
BUSQUEDA
Sr Director de LA DIARIA
Ante las publicaciones aparecidas el 31 de mayo (BUSQUEDA)
y el 31 de mayo y el 1° de junio en LA DIARIA , referidas a mi conferencia del día 10 de
mayo en la
Biblioteca Nacional , les ruego publiquen las siguientes
precisiones:
Yo estuve presente en Montevideo entre el 18 de abril y el
29 de mayo. Resulta por lo menos llamativo que se desate una polémica veinte
días después de la conferencia, dos días después de mi regreso a Francia, y que
en ella intervenga la redacción de LA
DIARIA , que hasta entonces no se había ocupado del asunto.
Mi intervención fue presentada como un informe sobre una
investigación que insumió más de un año, comenzó en Montevideo, y se desarrolló
en Francia, en Madrid y en Guayaquil. De ella deducía una lección de modestia,
puesto que la misma derivaba de un error contenido en mi libro Florencio
Sánchez. El escritor en su centenario (Buenos Aires, Simurg, 2010).
Dicha investigación dio lugar a la redacción de un
artículo que obra en poder de la Biblioteca Nacional de Montevideo y del GETEA de
Buenos Aires (vinculado a la
Facultad de Humanidades de Montevideo) desde principios de
enero.
Es evidente que no soy responsable de los términos en que
la prensa puede haber anunciado o comentado mi charla. Yo no anuncié ningún
“descubrimiento”, aunque sí reivindico el honor de haber sido el primero en
señalar al escritor ecuatoriano José Antonio Campos como autor de los textos
firmados “Jack the Ripper” atribuidos a Florencio.
Reconozco la “sorpresa” a que alude el Prof. Vidal ante su
intervención después de mi conferencia. Su lectura de dos o tres páginas
escritas a máquina, o impresas, suponía un conocimiento de mi artículo, inédito
que yo no le había comunicado. Falta saber quién lo hizo.
El Prof. Vidal se escuda en la defensa de Roberto Ibáñez.
Yo lo ataqué:
por no haber citado siquiera a Walter Rela, autor de la
atribución de los textos de ALBORADA. Es evidente que Ibáñez, en 1975, le
respondía a Rela (Bibliografía de 1973) y no a Imbert (1954).
Por no haber citado siquiera las ediciones de Cúneo
(1964), de Danero (1964), de Lafforgue (1968) que contienen textos de “Jack the
Ripper” y que han tenido mucha mayor difusión que la biografía de Imbert,
consultada por los especialistas.
Por caracterizar de manera grotesca a “Jack the Ripper”,
un escritor reconocido y respetado en Ecuador.
Por difundir un “chisme de pueblo” sobre la supuesta
condición de “específico” de Sánchez.
Por no haber consultado el fichero de la Biblioteca Nacional ,
donde estaba la solución. (Crítica igualmente válida para Walter Rela).
Pelillos a la mar: Prof. Vidal, el texto en que se alude a
los poetas ecuatorianos es “Tertulias de botica. Cencerrada candilesca”
(ALBORADA, 08.02.1903), y no “Oros son triunfos” (ALBORADA, 02.12.1900), como
Ud. parece creer. Dese una vueltita por la Biblioteca Nacional ,
ya que mi malhadada conferencia no le permitió comprender los peligros del
citar “de boquilla”.
Dejo mucha cosa en el tintero, pero quiero terminar con
dos preguntas: Prof. Vidal, ¿cuándo va a reconocer públicamente que, a pesar de
sus convicciones sobre las afirmaciones de Roberto Ibáñez, Ud. también publicó
los cinco textos de “Jack the Ripper”, como de Florencio Sánchez ? ¿cuándo va a
pedir públicamente excusas a toda la plana de autoridades que figuran como
responsables de su edición, UNA EDICION OFICIAL, y al pueblo uruguayo, que la
financió? No nos venga ahora con el cuentito de las “textualidades admisibles…”
Nicasio Perera San Martín
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