viernes, 1 de febrero de 2013

EDITORIAL


Una foto y la credibilidad perdida

Aldo Roque Difilippo


La publicación de una supuesta fotografía del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez,  convaleciente y entubado en una cama de hospital puso en tela de juicio  la credibilidad de algunos medios de prensa, generando un debate sobre los medios lícitos e ilícitos para conseguir una información.

El diario español El País después de semejante error no tuvo otro camino que  retirar de circulación la edición impresa, suplantándola por otra, con el costo económico que supone, pero con un costo mayor, difícil  de revertir, el de la credibilidad  de sus editores y periodistas. Un capital  muy  caro para todo medio de comunicación y para todo periodista, difícil de  recuperar una vez que el lector o el receptor de esa información  ha perdido su confianza en quien la emite.
El diario El País no tuvo otro camino que reconocerlo, en un artículo titulado “Relato de un error” 

Más allá de todas las consideraciones políticas  sobre si publicar o no la fotografía de un mandatario convaleciente en una cama de hospital, lo que también sigue estando en discusión son los medios  por los cuales los periodistas y las empresas periodísticas se  proveen de esa información y chequeo o no que realizan de la misma para verificar su autenticidad.
Actualmente en Uruguay está en discusión el Borrador del primer Código de Ética periodística  que “incorpora reglas claras para quienes  están  vinculados con el ejercicio de la profesión periodística en Uruguay (periodistas,  camarógrafos, fotógrafos, productores, presentadores, conductores,  comunicadores) sabiendo el alto impacto que tienen los medios de  comunicación en la conformación de cultura y ciudadanía.  Incluye, además,  una serie de recomendaciones orientadas de manera particular hacia el periodismo digital y el uso de las redes sociales en Internet”.

Este borrador que viene siendo discutido por los profesionales de los medios de comunicación puede leerse en:

Pero el artífice de toda esta mentira es nada más ni nada menos que Tommaso Debenedetti, de quien HUM BRAL ya informara (http://humbral.blogspot.com/2012/06/tommassodebenedetti-el-hombre-que-mato.html ), que anunció la muerte de Gabriel García Márquez, o sus falsas entrevistas a distintas personalidades.

A continuación transcribimos un reportaje realizado a Debenedetti por Hernán Restrepo y publicada en la sección Ética Segura de la página de la Fundación  Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Latinoamericano.

Previo a ello un par de preguntas: Si una revista marginal como HUM BRAL  ya tenía referencias del  Prof. Debenedetti, ¿El País de Madrid no sabía de sus andanzas? En la indagatoria realizada para determinar la autenticidad de la foto, ¿no fue posible llegar hasta Debenedetti y desentrañar la mentira antes de publicarla?



Debenedetti, creador de falsa foto de Chávez, revela su propósito


Hasta el año 2012, Tommaso Debenedetti era solamente un profesor de literatura italiana radicado en Roma que publicaba con regularidad entrevistas a grandes personajes de la cultura y la política en varios periódicos de su país. Sin embargo, fue el novelista norteamericano Philip Roth quien lo desenmascaró cuando llegaba ya al número de 80 entrevistas falsas publicadas.

Debenedetti
Sí, todas las entrevistas (entre las que contaban algunas con personajes como el Dalai Lama, Mario Vargas Llosa, Mijaíl Gorbachov, Gabriel García Márquez, Noam Chomsky y Joseph Ratzinger) fueron invenciones producto de lo que Debenedetti califica como “un juego literario”.

Medios como El Tiempo, el Huffington Post, El Espectador o La Jornada reprodujeron declaraciones de Debenedetti la semana pasada donde aseguraba ser el originador de la falsa foto del presidente Hugo Chávez entubado en una cama de hospital que desafortunadamente fue publicada en portada por El País de España.

El País publicó posteriormente un extenso artículo donde explica que la foto llegó al diario por ofrecimiento de la agencia Gtres Online, con la que no habían tenido problemas anteriormente. A su turno, Tomàs Delclós, defensor del lector de El País, publicó también en su espacio habitual una explicación de los hechos titulada “Un tremendo error“.

En entrevista vía correo electrónico concedida a Hernán Restrepo, gestor de contenidos de la Red Ética Segura de la FNPI, el profesor Debenedetti relata cuál es su versión sobre el origen de la falsa foto de Chávez y explica cuál es su objetivo difundiendo falsos rumores a través de las redes sociales.

Hernán Restrepo (HR): Algunos medios de comunicación le han atribuido a usted ser el responsable de la aparición de la falsa foto de Hugo Chávez que desafortunadamente terminó siendo publicada por el diario El País de España. ¿Es así? ¿Es usted el originador?

Tommaso Debenedetti (TD): Sí, soy el autor de la falsa foto de Chavez. El 10 de enero, casualmente, la he tomado de Youtube y, por juego y experimento, la envié a tres agencias de Centro América: Prensa Latina de Cuba, la Agencia Nacional Venezolana y una agencia de Costa Rica. La envié de una dirección de correo electrónico falsa, ahora bloqueada, del ministro de cultura de Venezuela, Pedro Calzadilla.

El 12 de enero recibí en esta cuenta de correo un mensaje de un tal Francisco204c, que se presentaba como periodista cubano y aseguraba: “Muy importante. Vamos enviarlo a Puerto Rico y Madrid”. Después, no me informó nada más. Pero tengo por cierto que la foto falsa fue enviada a España desde el ambiente de periodistas cubanos, claramente para descreditar a la prensa española.

HR: ¿Teme usted por demandas o represalias en su contra debido a la publicación de esta foto falsa de Chávez?

Ningún medio me ha demandado porque no tengo responsabilidad en la publicación de la foto.

HR: ¿Qué pretende usted con estas acciones? ¿Cuál es su objetivo? ¿Quiere acaso simplemente llamar la atención sobre alguna falla particular en el periodismo actual?

TD: Con las falsas cuentas de Twitter y ahora con el envío de una falsa foto de Chávez, tengo dos objetivos: el juego literario de la suplantación de identidad (un tema clásico de la literatura del último siglo), y también denunciar la falta de credibilidad de las redes sociales, de internet y de los medios que, para conseguir un resultado y ser rápidos, no controlan las fuentes de noticias.

HR: ¿Considera usted que es un ejercicio a favor de la ética periodística lo que está haciendo?

TD: Creo que los periodistas deben saber que donde están gobiernos como el de Cuba, de Venezuela o de otros países, verificar es más necesario que en otros casos. Repito. El mío es un juego literario y una demostración contra el mal periodismo. Pero muchas personas pueden utilizar esta situación para producir daños y para maniobras políticas. Ese ha sido el caso de la foto de Chavez.

HR: En su opinión, ¿qué han ejercido las redes sociales una influencia negativa en la forma en que se hace periodismo hoy en día?

TD: Pienso que el caso de la foto de Chávez puede ser importante para evitar, en el futuro, los problemas producidos para la falta de seguridad de la red. El País ha sido una víctima de esta falta de seguridad. Todo ha pasado a través de internet, sin poder verificar nada. Por eso no se debe dar confianza a la red. A través de la red de Twitter, en el mes de octubre 2012, yo creé falsos rumores sobre la salud y la muerte de Fidel Castro. Y, una vez más, la prensa ibérica ha caído en la red (¡ABC  entrevistó un medico que confirmó el coma de Fidel!).

HR: En algunos reportajes sobre usted publicados en distintos diarios, lo llaman “El Campeón Italiano de la Mentira”. ¿Le gusta ese apodo?

TD: No. No me gusta ser llamado el campeón de la mentira, porque mi juego no es lo de mentir. Es lo de crear falsas noticias (sin recibir nada, ni dinero ni poder) para mejorar un poco, con las escasas posibilidades que tengo, la realidad del periodismo.-

El profesor Debenedetti no es el único que ha logrado publicar entrevistas falsas en la prensa. El año pasado, el cronista argentino Eliezer Budasoff ganó el premio Nuevas Plumas con el texto titulado “El hombre que se convirtió en espejo”, un cuidadoso perfil de Nahuel Maciel, periodista argentino que en la década de los 90 logró publicar en importantes revistas culturales entrevistas con personalidades como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa, que en realidad eran inventadas.



Extraído de: http://eticasegura.fnpi.org/

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