Sobre la poesía de Hernán
Schillagi
Luis Benítez
Polifacético, dotado para
el trabajo en diversos géneros literarios –poesía, ensayo, novela, relato- como
bien recomendaba el Dr. Johnson que debía ser un escritor, el argentino Hernán
Schillagi ya ofrece una interesante trayectoria donde esos referidos géneros se
alternan, indicio claro de su curiosidad intelectual y su comprobada capacidad
para llevar adelante su diversificada obra. En lo específicamente poético de su
trabajo, Schillagi acaba de lanzar su nuevo libro de poemas, titulado “Gallito
Ciego”, bajo el sello editorial “Libros de la Piedra Infinita ”,
con sede en Mendoza, capital de la provincia argentina del mismo nombre.
Caracteriza a su poética
una hondura que es el indudable fruto de amplias y continuadas lecturas, sin
que la óptica culta ocupe el primer plano en su voz: más bien, “Gallito Ciego”
nos habla de una decantación de varias influencias que alcanzaron en la pluma
de nuestro autor a amalgamarse concienzudamente, para dar por resultado una voz
propia, ya personal, ya suya, que lo proyecta como uno de los más interesantes
poetas argentinos de la actualidad. El motivo de esta afirmación se funda en su
capacidad para dirigirse al lector de modo directo, no entorpecido por el abuso
de la imagen y la metáfora de mera función decorativa, sino encontrando los
caminos adecuados para impactar en la sensibilidad al tiempo que sus versos
hacen muy bien su trabajo en lo referente a comunicar un universo de ideas.
Esta doble aptitud, por sí misma, ya destacarían a Schillagi como uno de los
poetas actuales más completos, si no se agregara el valor de su actitud hacia
las realidades diversas a las que permite acceder su poesía. Schillagi es un
poeta inserto en el mundo contemporáneo, muy capaz, demostradamente capaz de
dar cuenta de los conflictos de lo cotidiano y a la vez mostrar cuánta relación
guardan con el acontecer social, cultural, político y universal. Poeta “de peso
completo”, Hernán Schillagi sabe lidiar con esas sutiles líneas que relacionan
lo íntimo con lo general, tal como supo hacerlo en su breve pero poderosa obra
poética Raymond Carver. Sin duda estamos
frente a un autor de fuste y cuyo desarrollo y nuevos logros deben ser seguidos
con atención.

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Dos poemas de Hernán
Schillagi
lengua suelta
como una arcilla que cubre
el recuerdo
para que la forma sea la
esperada y no
la real así tocan tus
manos un golpe
feroz que cicatriza para
afuera y quiere
ser una disculpa del
futuro
y del descuido
como una pastilla debajo
de la lengua
para que el efecto llegue
al torrente sanguíneo
con la velocidad de la luz
así entra tu palabra
en mi cuerpo un rayo que
avisa y hiere
al mismo tiempo en el
mismo lugar
en el mismo silencio
y lo libera
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arqueólogo del café
escarba escarba el frasco
de café
y se vuelve instantáneo el
recuerdo
sin filtro la comparación
con ese coronel retirado
a quien el correo le
retenía las palabras
como una esperanza que se
sabe analfabeta como
toda una correspondencia
en blanco
que flota inmóvil en su
río sin descendencia
porque clava la cuchara
hasta el fondo
una herramienta de
arqueología que excava excava
en el pedregal de los
granos molidos
para que frente a sus ojos
el vapor de la pava
provoque la apertura de un
sobre vedado
la historia soterrada de
un hombre
que niega para sí el
derecho a sentir dolor
encontrarlo en la calle
refugiarlo en la casa
de su cuerpo y darle un
nombre
como si fuera un perro
veterano
que perdió el olfato y sus
huesos
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