Carlos Monsiváis fue investigado por el FBI
Al Buró Federal de
Investigación (FBI) le inquietó la presencia en Los Ángeles del fallecido
intelectual mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010) por una posible conexión con
actividades del efervescente movimiento chicano en la década de 1970, revelan
documentos obtenidos por el diario en español La Opinión, de Los Ángeles, y
publicados el lunes 25 de noviembre.
Los reportes del FBI
sobre Monsiváis, considerado el padre de la crónica moderna en México, fueron
desclasificados el 13 de noviembre por una solicitud a través de la Ley Federal
de Información (Foipa) hecha por el diario mexicano. La agencia envió 12
páginas elaboradas en 1973 y 1974.
Para los servicios de
inteligencia de Estados Unidos, el autor de Días de guardar y Nuevo catecismo
para indios remisos era una persona incómoda por su afiliación a
“organizaciones prohibidas”, como Nueva Izquierda, que publicó una revista sin
nombre y distribuida en universidades locales.
También le preocupó al
FBI que el ensayista y cronista fuese identificado en 1969 como uno de los que
apoyaron al comité internacional que defendió a Eldridge Cleaver, líder del
partido Black Panthers, grupo socialista revolucionario negro que operó en este
país de 1966 a 1982.
La dependencia federal
temía que Monsiváis se involucrara en Los Ángeles en las acciones que el
movimiento chicano realizaba a principios de la década de 1970, como pedir
justicia por la muerte del periodista Rubén Salazar cuando cubría una marcha
antibélica en el este de esa ciudad.
De tal manera que la
agencia recomendó no otorgar una visa solicitada por el intelectual para
participar en el Cuarto Congreso Internacional de Estudios Mexicanos, que se
realizó en Santa Mónica en octubre de 1973, y para vacacionar unos días. La
Embajada de Estados Unidos en México, empero, sí le otorgó el permiso.
“A la luz del informe
relativo a la posible conexión del sujeto (Monsiváis) con la Nueva Izquierda en
Ciudad de México, y su participación en actividades que pudieran estar
conectadas con las actividades de chicanos, se solicita a Los Ángeles revisar
los indicios y contactar fuentes lógicas en relación con la presencia y
actividades del sujeto en Los Ángeles”, cita un informe del FBI de noviembre de
1973.
No está claro si el
ensayista asistió al congreso, ni si la hipótesis del FBI se confirmó. Un
reporte emitido en 1974 indicó que no había certeza de su conexión con grupos
chicanos y se detuvo la investigación.
Para Armando
Vázquez-Ramos, director del Proyecto California-México, uno de los involucrados
en el movimiento chicano y quien invitó al escritor a un evento en la Placita
Olvera en 2008, las inquietudes del FBI tenían fundamento.
“Me imagino que
Monsiváis sí tenía vínculos a diferentes niveles, quizás con académicos,
personajes de liderazgo. Ya en 1973 Monsiváis traía cola en relación a lo que
venía escribiendo y comentando sobre el 68 en México (la masacre de estudiantes
en Tlatelolco), que coincide con el movimiento estudiantil en Los Ángeles”,
comenta.
De hecho, precisa
Vázquez-Ramos, incidentes claves para ambas luchas ocurrieron en 1968: las
marchas estudiantiles en esta ciudad pasaron en marzo; y la matanza de
Tlatelolco sucedió en octubre. En 1973, dice, ya había una relación directa
entre dirigentes estudiantiles estadounidenses y mexicanos, y el gobierno de
EUA habría considerado a Monsiváis como un portavoz de estos movimientos.
Octavio Pescador,
catedrático de la Universidad de California en Los Ángeles (Ucla), ve los
informes del FBI en el contexto de un período menos agitado de la Guerra Fría,
pero en el que permanecían servicios rusos de inteligencia en América Latina.
“Alguien con prominencia intelectual, capacidad de movilidad y que pudiera
venir a Estados Unidos resultaba de interés para este país”, explica.
La estatura
intelectual de Monsiváis habría sido el principal miedo del FBI, presume
Pescador. “Los grupos de izquierda, todo aquel que busca emancipación o que
aboga por los oprimidos, normalmente gravitan hacia los pensadores críticos
como Carlos Monsiváis”, señala.
En junio pasado, el
FBI también desclasificó reportes de espionaje del escritor mexicano Carlos
Fuentes, a quien vigiló por más de dos décadas por considerarlo un “autor
comunista antiestadounidense”. Fuentes y Monsiváis coincidieron en las cátedras
que la Universidad de Guadalajara organizó en la Biblioteca Central de Los
Ángeles hace cinco años.
Fuente: La Opinión
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