JOSHUA REYNOLDS, RETRATISTA DE UNA
ÉPOCA
Joshua
Reynolds nació en Plympton, Gran Bretaña, el 16 de julio de 1723 y murió en
Londres el 23 de febrero de 1792. De él se ha dicho, quizá con un punto de
exageración, que es el mejor pintor británico de todos los tiempos, pero lo que
no admite duda es su condición de mejor retratista británico de la historia.
Estudió pintura en Londres de 1740 a 1743 con Hudson, y tras un primer período
de actividad en su Devonshire natal, se trasladó a Italia, donde permaneció de
1750 a 1752.
El
estudio de la pintura de los siglos XVI y XVII, y también la de los clásicos
que realizó fundamentalmente en Roma, resultó decisivo para su evolución
posterior, en particular para la creación y desarrollo de lo que denominó grand
style, que no es sino dotar a los modelos de sus retratos de actitudes
inspiradas en obras religiosas o mitológicas del pasado y adoptar para sus
obras soluciones cromáticas extraídas de los grandes maestros de la pintura.
Cuando
un año después de establecerse en Londres, en 1754, se conoció su retrato
de El comodoro Keppel, la fama le llegó de inmediato. A partir de
entonces tuvo ocasión de retratar a todas las grandes figuras de la vida
londinense de la época, de quienes dio una visión personalizada, en la que cada
personaje resulta único. Su constancia en el trabajo le permitió pintar tal
cantidad de retratos que llegó a amasar una fortuna inmensa.
Por
ello, y pese a su origen provinciano, se movió con soltura y dignidad entre las
capas más altas de la sociedad británica, con lo que contribuyó decisivamente a
dignificar en su país la figura del artista. Tras la fundación, en 1768, de la
Royal Academy, fue su primer presidente, y a dirigir la institución se dedicó
en lo sucesivo, ya que la ceguera le impidió proseguir la actividad pictórica.
Son famosos los quince discursos que pronunció, expresión paradigmática de la
doctrina académica.
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