Un nuevo albacea sin trazas de cronopio
para Cortázar
Tras
la muerte de Aurora Bernárdez, Alfredo Font Barrot es "el máximo
responsable" de la obra del autor de Rayuela
Por
Matías Néspolo | Para LA NACION
BARCELONA.-
Si se tratara de una de las célebres fábulas del autor de "Casa
tomada", sería sin duda un texto fallido con todos los números de ir a
parar a la papelera, porque el "cronopio" queda tristemente relegado
y el protagonismo sorprendentemente lo asume un formal y gris "fama".
Pero la realidad es mucho menos luminosa y un tanto más aburrida (y previsible)
a como la describiera Julio Cortázar (1914-1984); y no se trata en este caso de
una fábula, sino de una noticia confirmada.
El
abogado barcelonés Alfredo Font Barrot, especializado en la contratación
internacional de derechos de autor, se convierte en el "albacea
literario" de la obra de Cortázar para los herederos de su primera mujer,
Aurora Bernárdez, fallecida el pasado 8 de noviembre en París, a causa de un
accidente cerebrovascular. Ése es el resultado de la sucesión iniciada entonces
por los herederos de Bernárdez, sin litigios pero demorada por acumulación de
trámites notariales triangulados entre Buenos Aires, París y Barcelona. Y lo
que confirma un comunicado de la agencia literaria de Carmen Balcells, remitido
por Guillem d'Efak, actual director y sucesor de la mítica agente.
Font
Barrot, representante legal de Bernárdez hasta sus últimos días, es a partir de
ahora "quien gestiona todo el legado literario de Julio Cortázar y Aurora
Bernárdez", dice el comunicado, y "la máxima y única autoridad en
todas las decisiones relativas a ambos autores". Y la primera decisión que
ya ha tomado, según puntualiza D'Efak, es "la renovación del mandato de
representación y gestión de la obra literaria de Julio Cortázar y de Aurora
Bernárdez a la Agencia Literaria Carmen Balcells", que "sigue siendo
la interlocutora exclusiva y única para todo lo referido a la obra de ambos escritores".
Pero
a quien no le ha sentado nada bien la confirmación del abogado Font Barrot como
albacea, por inesperada, es a Carles Álvarez Garriga, el cronopio de toda esta
historia, ahora completamente relegado.
La
noticia sorprendió al experto cortazariano y estrecho colaborador de Bernárdez
durante la última década ayer, apenas desembarcar en Barcelona, tras su estadía
en la FIL de Guadalajara. Álvarez Garriga se negó a hacer cualquier tipo de
declaración al respecto, pero está claro que no recibe con buen ánimo la nueva.
Si
los seguidores incondicionales del autor de Rayuela en todo el mundo formaran
una suerte de hermandad en las sombras o Internacional Cronopia, como pretenden
algunos, sin duda el experto catalán ocuparía un puesto de honor, cuando no su
presidencia. Lector apasionado de Cortázar desde los 15 años, Álvarez Garriga
se doctoró en Filología Hispánica con una tesis sobre el argentino y no ha
dejado de bucear entre sus papeles desde que conociera a Aurora Bernárdez en
2002 y entablara una profunda amistad.
Su
trabajo e implicación no sólo fueron determinantes para la conmemoración del
50° aniversario de Rayuela o las Jornadas Internacionales de agosto pasado en
el centenario del nacimiento del autor, sino que también son suyas todas las
ediciones póstumas de los últimos años: Cuentos inolvidables según Cortázar
(2006); los sonados Papeles inesperados (2009), junto a Aurora Bernárdez; las
rescatadas Clases de literatura (2013) de Berkeley; la exhaustiva recopilación
de todas sus Cartas (2012) en cinco gruesos volúmenes, e incluso la edición del
simpático e icónico álbum biográfico Cortázar de la A a la Z (2014).
TRABAJO TERMINADO
Lo
cierto es que la meritoria gestión del legado Cortázar por parte del experto
catalán se ve ahora interrumpida, tras la muerte de Bernárdez, con el
nombramiento de Font Barrot. Afortunadamente, su labor de exhumación de la obra
póstuma hasta ahora inédita estaba en buena medida concluida. "Ya no queda
nada que publicarse, salvo pequeñas cosas insignificantes que no dan para un
libro", reconocía Álvarez Garriga no hace mucho en estas páginas. Y que la
ausencia del experto, y de Bernárdez, en la gestión del legado ya no sea
crucial en cuanto a lo literario, porque "las decisiones más importantes
sobre la obra ya están hechas".
No
así en cuanto al negocio editorial que representa, gestionado a partir de ahora
por el abogado Alfredo Font Barrot para los herederos de Bernárdez, cuya cara
visible, María Alejandra Bernárdez, es la sobrina de la primera mujer de
Cortázar.
Negocio
sobre el que reina la más absoluta confidencialidad, pero puede que se escriba
con media docena de ceros al año. Resulta difícil precisarlo, tratándose de una
obra traducida a todas las lenguas literarias conocidas, que no ha dejado de
reeditarse desde el primer día y que, a cien años del nacimiento de su autor,
parece recién parida.
Extraído
de: http://www.lanacion.com.ar/
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