domingo, 7 de diciembre de 2025


Grupo Arte, exposición
"En lo de Carlo"
(Mercedes)
 

jueves, 4 de diciembre de 2025

 

´Las ganas de que todos podamos disfrutar del Museo tienen que estar´


Andreina Bazzino, referente de los Museos del departamento de Río Negro, comparte la experiencia de accesibilidad e inclusión desarrollada en el Museo Arqueológico de Young. Con el trabajo conjunto de educadores, familias e instituciones, los museos se transforman en espacios vivos y co-creados, donde la inclusión real supera las limitaciones físicas y se convierte en un desafío constante de ensayo y aprendizaje.




En la sala multimedia de la Biblioteca Eusebio Giménez de Mercedes se desarrolló una charla donde se contaron experiencias desarrolladas en los Museos de la región. La actividad tiene como cometido conformar la Agenda de accesibilidad para Museos 2026-2027, permitiendo con ello que los Museos modifiquen sus propuestas, o las ajusten, permitiendo que sean disfrutables por las personas con discapacidad, y especialmente los niños. No solamente la accesibilidad a esos espacios públicos, sino que adecuen sus propuestas para que puedan ser de facil acceso para todos.

Una de las exponentes fue Andreína Bazzino, referente de Museos del departamento de Río Negro que contó la experiencia desarrollada en el Museo de la ciudad de Youg, que tiene trabajando con niños autistas, entre otros.

Los Museos tienen que ser espacios vivos co-creados entre la población, la comunidad y los que trabajamos en los Museos”, enfatizó Bazzino al dialogar con @gesor.





Los espacios públicos, los espacios culturales y los Museos en particular tienen el desafío de abrir sus puertas a toda la población y a la población con discapacidad. ¿Eso no significa un limitante?

-”No, para nada. No significa un limitante en cuanto nosotros tengamos claro que a pesar de que a veces no tenemos una accesibilidad plena, es decir, que tenemos limitantes físicas, tenemos que tener una inclusión real en cuanto a nuestra manera de pensar y de abrir los espacios. Es decir, con lo que tenemos, lograr que la mayor cantidad de personas puedan acceder y que puedan disfrutar de los espacios de los museos”.



Pero cuando se piensa en eso, se piensa en falta recurso, falta capacitación al personal.

-”Es verdad, siempre nos va a seguir faltando recursos, siempre nos va a seguir faltando capacitación. Yo creo que nadie, o al menos yo cuando me enfrenté sobre todo a empezar a trabajar con el Centro Autista en Young, uno piensa, me faltan herramientas, ¿cómo hago? No tengo plata para cambiar el Museo en este momento, o es muy difícil cambiarlo, o no tengo la capacitación.

Y creo que lo fundamental está en trabajar en equipo, poder trabajar con las instituciones, con los educadores, entender que uno no va a tener un espacio 100% accesible, pero sí 100% inclusivo. Es decir, que las ganas de que todos podamos disfrutar del Museo tienen que estar, y eso es lo fundamental para que todos podamos acceder de los Museos, y sobre todo también trabajar con los actores que ya están vinculados en el área, que nos pueden dar herramientas para volver más accesible e inclusivo el Museo.

En el caso del Museo de Río Negro, además de trabajar activamente con las educadoras del Centro de Niños Autistas de Young, trabajamos también con el Sistema Nacional de Museos, específicamente con Silvana Tanca, que es la encargada del Área de Accesibilidad e Inclusión. Eso nos brindó muchísimas herramientas para poder trabajar en el Museo, y de a poquito empezar a aprender que nosotros abrimos las puertas y que las instituciones proponen y nosotros tenemos que aprender a escuchar como Museo. Empezar a modificar nuestra manera de actuar. Por ejemplo, nosotros cuando trabajamos con el Centro Autista, cerramos el Museo. Es decir, que se aprenda que determinadas actividades van a llevar a que el Museo cambie su dinámica”.



Me supongo que eso implica ensayo y error, y trabajar en conjunto con las docentes, con la familia, con las personas responsables, en el caso de que sean niños pequeños.


-”Exactamente. En el caso de las Escuelas, los niños que tienen acompañantes. Con las maestras, con los profesores, con los docentes en general, con los padres, como decías tú; o sea, con las familias, hace que el museo deja de ser un espacio que simplemente se visita, que se va a ver cosas antiguas y uno se va, y pasan a ser espacios vivos donde la comunicación y el intercambio entre los que estamos es fundamental para que todos disfrutemos. Es decir, que el Museo ya no es un lugar donde yo voy, veo algo y me retiro, sino que yo voy, propongo, cuento también mi historia, intercambio con las personas que están en el Museo, y de esa manera también se construye un Museo más accesible e inclusivo”.



En la charla tú mencionabas que dentro de los trabajos que hacen en el Museo también los niños trabajaron en la cartelería y la infografía, para que ese lenguaje también los involucre, que no sea solo una cosa del mundo adulto.

-”Exactamente, y no sea solamente la visión de los que trabajamos en el Museo, como tiene que estar señalizado. Esa parte vino de ellos, la señalética, ellos trabajan con pictogramas, que está bueno que todos aprendamos lo que son los pictogramas, son imágenes que nos muestran lugares o nos enseñan cosas, es decir, a partir de una imagen nos evoca una acción o nos evoca un lugar, por ejemplo. La que siempre tenemos es la imagen del baño, uno ya la ve y ya sabe que ahí hay un baño, bueno, los pictogramas funcionan así para montones de acciones. Y bueno, ellos no solo eligieron qué pictogramas, qué lugares eran necesarios señalizar o qué cosas eran necesarias decir en el Museo a partir de los pictogramas, sino que también las colocaron en los lugares que ellos creían que eran los adecuados, y eso es fundamental. Co-crear los espacios con toda la población, es decir, los Museos tienen que ser espacios vivos co-creados entre la población, la comunidad y los que trabajamos en los museos.



Un lindo desafío.

-”Un lindo desafío. Como vos decías, es mucho de ensayo y de error. Uno tiene que aprender que se va a equivocar, que está bien, que el proceso de la inclusión y la accesibilidad es un proceso que es siempre lamentablemente. Alguien va a quedar afuera, pero con el desafío de también incluirlo. Es decir, bueno, me di cuenta que en esta actividad este niño no disfrutó, algo faltó, en la siguiente ver cómo soluciono eso. Como les contaba lo de los colores, nosotros sin saber poníamos para pintar muchos colores, sin saber que estábamos sobre estimulando a esos niños con autismo. Cambiamos la dinámica, ahora ponemos pocos colores y uno se da cuenta que los niños disfrutan mucho más de la actividad. Es decir, es un ensayo y error, pero que siempre tiene que estar pensado a mejorar y a que el Museo se vuelva un lugar más acogedor para todos y todas”.



Y que estas herramientas no solo pasen por lo lúdico, por lo histórico, por lo cultural, sino que también significan herramientas para el niño, para la vida cotidiana, para moverse en su entorno.

-”Exacto. Y eso me encanta porque el Museo ya no solamente es un espacio que simplemente se visita, sino también es un espacio que nos permite trabajar otro tipo de cosas. Como el moverse en la ciudad, por ejemplo. Como el aprender que cuando voy a un lugar voy a ver personas que no conozco y cómo me relaciono con esas personas que no conozco, por ejemplo. Entonces creo que también el Museo pasa a ser una herramienta para los educadores y educadoras como insumo para utilizarlo como laboratorio. Más controlado, para que puedan aprender cosas de la vida cotidiana”.



miércoles, 3 de diciembre de 2025

Grupo Arte expone


Lugar: En lo de Carlos – Artigas 1145, Mercedes
Fecha: 6 de diciembre
Horario: De 20:00 a 23:00 hs

Disciplinas artísticas:

  • Pintura
  • Cerámica
  • Fotografía
  • Dibujo
  • Textiles

Artistas participantes:

  • Elbio Altieri
  • Aldo Difilippo
  • Nancy Fierro
  • Leticia Gómez
  • Nora Modernell
  • Luján Sagardía

 

 Candombe

Día Nacional del Candombe, la Cultura Afrouruguaya y la Equidad Racial

El candombe constituye una de las expresiones más significativas de nuestra identidad nacional: nació de procesos de resistencia y transmisión comunitaria afrodescendiente, y hoy integra el patrimonio cultural del Uruguay y el patrimonio inmaterial de la humanidad.


La Comisión Interministerial de Apoyo al Tango y al Candombe (CIATyC) saluda este 3 de diciembre, fecha en la que el país reconoce el valor histórico, cultural y social del candombe, la cultura afrouruguaya y la equidad racial.

El candombe constituye una de las expresiones más significativas de nuestra identidad nacional: nació de procesos de resistencia y transmisión comunitaria afrodescendiente, y hoy integra el patrimonio cultural del Uruguay y el patrimonio inmaterial de la humanidad.

Su vigencia reafirma la fuerza de las memorias que lo sostienen y el aporte fundamental de las comunidades que lo han preservado a lo largo del tiempo. Reconocemos al candombe como territorio de expresión, construcción colectiva y afirmación cultural; un espacio que interpela nuestras prácticas, invita a profundizar en la equidad racial y nos recuerda la importancia de garantizar el pleno ejercicio de derechos para todas las personas.

En esta fecha, la CIATyC invita a honrar su historia, valorar su presente y reafirmar el compromiso institucional del Estado uruguayo con el cuidado, la promoción y el respeto de estas manifestaciones culturales que nos definen como sociedad. Todas las actividades mencionadas a continuación —excepto la propuesta dirigida a centros educativos de la RedPEA— son abiertas a todo público.
 

Actividades con apoyo de la CIATyC

Canelones – Actividad educativa (no abierta al público)

La CIATyC, junto a Rutas UNESCO, conmemora la fecha con actividades en las escuelas de la RedPEA:

● Escuela 171 Dinamarca (Barros Blancos)
● Escuela 267 (Villa El Tejado, Colonia Nicolich)

Se realizará un taller de percusión para todas las niñas y niños a cargo de C1080, el miércoles 3 de diciembre.

Salto – Jornada Cultural Abierta

3 de Diciembre 2025 en el Espacio Puerto

Salto conmemora el Día Nacional del Candombe con una jornada abierta a toda la comunidad que incluirá:

● Desfile de Llamadas
● Intervención artística
● Lectura de proclama
● Espectáculos musicales

La actividad es organizada por Espacios MEC, la Intendencia de Salto, el CCDAI, comparsas de candombe del departamento y el Espacio Mulonga, con el apoyo de la CIATyC en el marco de las políticas culturales orientadas a la protección y promoción de estas expresiones patrimoniales.

Montevideo – Paseo Sur Palermo

13 de diciembre 2025

Apoyo a la feria y actividades culturales realizadas en el marco del Día Nacional del Candombe y la Cultura Afrouruguaya.
 

Colonia del Sacramento – Plaza de Toros

Fecha 21 de Diciembre del 2025

Conmemoración del Día Nacional del Candombe con Desfile de Llamadas, intervención artística y música en vivo.

La Comparsa La 10 de Mayo del barrio El General celebrará esta fecha con una intervención especial, en el marco de la actividad declarada de Interés Departamental por la Resolución N.º 1103/025

martes, 2 de diciembre de 2025

 

Gestión cultural en Uruguay: territorios que resisten, comunidades que crean



El relevamiento muestra que, aun en condiciones de precariedad, la creatividad uruguaya se despliega con fuerza. Esa creatividad está presente en cada ensayo, en cada feria, en cada festival autogestionado, en cada banda juvenil que aprende a tocar en un salón prestado, en cada teatro barrial que se ilumina con esfuerzo propio, en cada proyecto cultural que emerge donde menos se espera.




(escribe Sergio Pérez) La gestión cultural en Uruguay transita un momento decisivo. Entre el legado histórico de políticas institucionales, la expansión de nuevas prácticas comunitarias y los desafíos que trae la digitalización, el ecosistema cultural se mueve en un equilibrio delicado que revela fortalezas profundas y fragilidades estructurales. Basta observar lo que ocurre en los territorios para advertir que la cultura uruguaya se sostiene gracias a una trama de actores que actúan muchas veces en silencio, lejos de los centros de decisión y con recursos siempre insuficientes.

Este artículo nace del cruce entre la investigación académica en el marco de la materia Metodología y Técnicas de la Investigación en Ciencias Sociales y Humanas del segundo semestre de la Tecnicatura Universitaria en Bienes Culturales de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Udelar que venimos realizando, la necesidad de aportar al desarrollo y profesionalización de la gestión cultural y el relevamiento directo de organizaciones culturales de distintos puntos del país, cuyos testimonios ofrecen una radiografía precisa y humana de la gestión cultural contemporánea. Las voces recogidas permiten comprender cómo se construye cultura en Uruguay hoy, qué tensiones la atraviesan y cuáles son las oportunidades que podrían abrirse si se fortalecieran ciertos procesos clave.

Los cuestionarios aplicados revelan una constante: la cultura se produce incluso en escenarios adversos, sostenida por la convicción, la creatividad y el compromiso comunitario. Una banda juvenil que funciona gracias al aporte de madres y padres, un teatro barrial que se multiplica para llegar a zonas periféricas, una cooperativa que ofrece servicios culturales a costos accesibles, un festival de ilustración autogestionado que genera redes entre artistas jóvenes, hasta coordinadores y directores departamentales de cultura. Cada uno de estos casos narra una forma de resistencia cultural que convive con dificultades económicas, brechas territoriales y falta de reconocimiento profesional.

La investigación documental aporta otro plano de lectura. El Plan Nacional de Cultura 2015–2025, los repositorios del Sistema de Información Cultural y los proyectos emergentes del Sexto Plan de Gobierno Abierto trazan un mapa institucional que, aunque valioso, no alcanza todavía a responder a las desigualdades detectadas en el territorio. La ausencia de un nuevo PNC actualizado deja un vacío estratégico que se percibe de forma directa en la planificación local y departamental.

Los resultados del relevamiento confirman lo que diversos autores han señalado: la cultura es una construcción colectiva que depende tanto de las políticas públicas como de las prácticas sociales que ocurren en la vida cotidiana. La noción de “ecosistema cultural”, desarrollada por Gonzalo Carámbula, se vuelve una herramienta útil para comprender cómo se articulan —y a veces chocan— los intereses del Estado, de la sociedad civil, del mercado cultural y de los territorios.

En definitiva, lo que aparece ante nuestros ojos es un país culturalmente vibrante, sostenido por personas que encuentran en la creación, la gestión y el trabajo colectivo una manera de fortalecer sus comunidades. Este artículo busca honrar esas experiencias, analizarlas con profundidad y poner en valor su aporte a la vida cultural del Uruguay.

El relevamiento confirma que la gestión cultural en Uruguay se apoya en estructuras múltiples y, en muchos casos, frágiles. Una banda juvenil del interior relata que su financiamiento proviene de aportes familiares, socios colaboradores y apoyos puntuales de la Alcaldía o la Intendencia. “Los obstáculos más importantes son locativos y económicos”, señala su presidente, en una frase que se repite de manera casi idéntica en distintas respuestas y que expone un problema estructural: la precariedad en la base del sistema.

La carencia de recursos no impide el impacto social. Incluso sin condiciones ideales, las organizaciones culturales generan transformaciones reales en sus comunidades. En el caso de la banda juvenil, el acceso a la música se convierte en una herramienta de encuentro, contención y desarrollo para niños y jóvenes, especialmente en lugares donde las opciones culturales son escasas.

Otro entrevistado, coleccionista y expositor, subraya que el mayor desafío es conseguir auspiciantes privados. Su experiencia evidencia una tensión persistente: la distancia entre las iniciativas culturales independientes y el sector empresarial. La publicidad cultural, salvo excepciones, continúa dependiendo de relaciones personales más que de políticas de incentivo claras.

Un testimonio especialmente revelador proviene de una gestora que administra un teatro en Las Piedras. Relata que han recibido varios fondos y que han logrado descentralizar actividades hacia los barrios. Sin embargo, advierte dos tensiones significativas: la falta de coordinación con autoridades locales y la dificultad para difundir actividades en una ciudad extensa. La ausencia de políticas de formación de públicos complejiza aún más el escenario, ya que limita el crecimiento sostenido de la actividad cultural.

Las políticas culturales, para ser efectivas, requieren continuidad. La gestora lo expresa con claridad: “Necesitamos políticas establecidas más allá del cambio de gobierno”. Su frase sintetiza una demanda recurrente entre los actores consultados y dialoga con lo expresado en el Plan Nacional de Cultura 2015–2025, cuya vigencia culminó sin que surgiera aún un documento equivalente que diera continuidad estratégica.

Una organización civil sin fines de lucro dedicada a actividades culturales destaca que sus proyectos tienen impactos muy positivos, aunque enfrenta la limitación común: la falta de presupuesto. Su pedido es simple y contundente: mayor apoyo económico para sostener actividades que benefician a la comunidad. La valorización del trabajo cultural sigue siendo un tema pendiente.

Tatuteatro, un colectivo que se define itinerante y autogestionado, ofrece una mirada distinta, casi filosófica. Hablan de reciclaje, de energía renovable y de la necesidad de “acallar el odio y estimular la convivencia”. En sus palabras aparece una dimensión ética de la gestión cultural que suele quedar fuera de las planillas de evaluación: la construcción de comunidad a partir del arte. Su visión evidencia que la cultura también es una forma de habitar el mundo y de resistir frente a lógicas individualistas.

Una cooperativa de gestión cultural aporta otro ángulo al problema. Relata que desarrollan actividades comunitarias desde su área social y que suelen ofrecer servicios a costos accesibles. Sin embargo, advierten una situación preocupante: la competencia entre colectivos y municipios por la obtención de apoyos públicos. La percepción de que el Estado prioriza unos actores sobre otros genera tensiones que podrían evitarse con políticas de cooperación más claras.

En contraste con esta competencia indeseada, la cooperativa subraya un valor decisivo del ecosistema cultural: el trabajo colaborativo. “Nos conocemos todos”, afirman, reconociendo la fuerza de una red que, aunque informal en muchos casos, permite sostener proyectos y circular saberes. La colaboración, más que una metodología, se vuelve una forma de sobrevivencia cultural.

La experiencia de los gestores independientes dedicados a la ilustración ofrece un ejemplo contundente del impacto social de la cultura. El festival Artist Alley Uruguay surge como un espacio de encuentro entre jóvenes creadores que, a través de la feria, construyen amistades, alianzas y nuevas oportunidades creativas. A lo largo de los años, la demanda creció y se multiplicaron las iniciativas derivadas. Esta expansión demuestra que la autogestión puede generar ecosistemas creativos potentes, aunque siempre dentro de los límites que impone la falta de apoyos económicos estables.

Una de las frases más reveladoras de esta organización resume un dilema central: “No podemos sostener la actividad si no nos da un ingreso significativo por nuestro trabajo como gestores”. La afirmación no expresa resignación; expresa dignidad. La cultura uruguaya se sostiene por pasión, pero también requiere trabajo digno para quienes la hacen posible.

Desde la Dirección General de Cultura de Canelones se aporta una mirada institucional que dialoga con las demás voces. Subraya que el mayor obstáculo es “el poco conocimiento de la gestión cultural como profesión” y propone fortalecer la formación y el reconocimiento del rol. Esta afirmación es congruente con las recomendaciones de diversos estudios sobre el sector cultural en Uruguay, y confirma la necesidad de incluir la gestión cultural en agendas educativas y políticas.

Desde un centro cultural municipal llega otra perspectiva valiosa. Su coordinadora observa que los proyectos generan impactos positivos, pero subraya que cerca del final del año los fondos se vuelven escasos. La fluctuación presupuestal afecta la planificación y dificulta la continuidad de actividades culturales que requieren tiempo, recursos y seguimiento.

Las fortalezas del ecosistema cultural uruguayo aparecen en múltiples respuestas. Los actores mencionan la fuerte institucionalidad cultural, la alta producción artística, la profesionalización creciente, la identidad cultural asociada a expresiones como el candombe y el carnaval, y la reputación positiva del país en el exterior. Este conjunto de atributos constituye un potencial estratégico que podría potenciarse mediante políticas más estables y articuladas.

La digitalización aparece como un horizonte posible, aunque desigual. Mientras algunos utilizan herramientas de diseño, edición, redes sociales y plataformas digitales, otros apenas incorporan tecnología básica por falta de recursos o de infraestructura. La brecha digital atraviesa el sector cultural del mismo modo que atraviesa otros ámbitos de la vida social.

Las iniciativas del Sexto Plan de Gobierno Abierto, como Abrí Cultura y Mestiza, introducen un eje novedoso: el acceso a datos abiertos, la interoperabilidad y la participación digital. Si estos proyectos logran consolidarse y llegar efectivamente a los territorios, pueden constituirse en un punto de inflexión para democratizar el acceso a la información cultural.

El análisis articulado de estos resultados permite identificar una tensión estructural: la distancia entre la política cultural nacional y las prácticas culturales territoriales. Mientras la primera avanza hacia la digitalización y la apertura de datos, la segunda continúa lidiando con necesidades básicas: espacios adecuados, financiación estable, formación profesional y articulación institucional.

Esa distancia no implica contradicción; implica desafío. La gestión cultural uruguaya podría fortalecerse enormemente si lograra integrar ambas dimensiones: la innovación tecnológica y la realidad cotidiana de quienes sostienen proyectos culturales en localidades pequeñas, barrios periféricos o ámbitos independientes.

La noción de ecosistema cultural ayuda a iluminar esta situación. Los actores culturales se relacionan entre sí, con las instituciones públicas, con los mercados creativos y con los territorios que habitan. Cuando una de estas dimensiones se debilita, las demás deben compensar. En Uruguay, la compensación suele venir del lado comunitario: familias, colectivos y organizaciones que trabajan sin descanso para sostener espacios culturales que, en muchos casos, cumplen funciones sociales esenciales.

Los relatos del relevamiento dejan claro que la cultura no es algo que “ocurre” espontáneamente: es un trabajo. Trabajo físico, trabajo emocional, trabajo técnico, trabajo administrativo. Y como tal, requiere reconocimiento profesional. La falta de remuneración adecuada no debería naturalizarse como parte inherente de la tarea cultural. Cada uno de los testimonios apunta hacia la misma necesidad: dignificar la labor de quienes gestionan cultura.

A su vez, el análisis de políticas culturales evidencia que la ausencia de un nuevo Plan Nacional de Cultura genera incertidumbre. La planificación cultural no es un ejercicio meramente administrativo; orienta prioridades, define rutas y permite establecer criterios para la asignación de recursos. Sin un marco estratégico actualizado, cada territorio debe interpretar las necesidades desde su propia lógica, lo que profundiza las desigualdades.

Los territorios del interior reflejan esta situación con particular claridad. Allí donde la institucionalidad es débil o inexistente, son los colectivos culturales quienes sostienen la vida comunitaria. La falta de infraestructura cultural adecuada se traduce en desafíos logísticos permanentes que se suman a los problemas económicos. Aun así, los proyectos se sostienen, crecen y transforman.

La cultura uruguaya tiene una fuerza silenciosa que no siempre se ve desde la capital: la capacidad de crear comunidad en lugares donde las opciones son limitadas. Esa fuerza debería ser reconocida como un valor estratégico del país.

Las políticas culturales orientadas al territorio suelen ser más efectivas cuando escuchan a los actores locales. El relevamiento demuestra que las voces del interior tienen diagnósticos claros y propuestas concretas: apoyo económico, formación profesional, continuidad de programas, articulación institucional y acceso a tecnología adecuada.

Esta claridad contrasta con la inestabilidad de algunas políticas nacionales. Sin embargo, también evidencia una oportunidad: la posibilidad de avanzar hacia modelos de cogestión y de construcción conjunta de políticas culturales que integren perspectivas desde múltiples escalas territoriales.

El relevamiento muestra que, aun en condiciones de precariedad, la creatividad uruguaya se despliega con fuerza. Esa creatividad está presente en cada ensayo, en cada feria, en cada festival autogestionado, en cada banda juvenil que aprende a tocar en un salón prestado, en cada teatro barrial que se ilumina con esfuerzo propio, en cada proyecto cultural que emerge donde menos se espera.

Las prácticas culturales del Uruguay contemporáneo tienen una raíz común: la convicción de que la cultura mejora la vida. Esa convicción no proviene solo del discurso oficial; proviene de la experiencia cotidiana de quienes ven cómo un taller, un espectáculo, una feria o un ensayo transforman una comunidad.

Este artículo busca contribuir a esa comprensión ampliada de la cultura. Comprender no es justificar; comprender es empezar a construir soluciones. La gestión cultural uruguaya necesita políticas más sólidas, pero también necesita seguir escuchando las voces que la sostienen desde abajo.

Los datos recogidos muestran que el ecosistema cultural es diverso y complejo. No hay una única forma de hacer cultura en Uruguay; hay muchas. Cada una responde a su territorio, a su historia, a sus posibilidades. Sin embargo, todas coinciden en un deseo compartido: que la cultura sea un derecho y una oportunidad para todas las personas.

Este deseo debe convertirse en una brújula para las políticas del futuro.

ANÁLISIS DE RESULTADOS DEL MODELO PLS-SEM

Con el objetivo de comprender las relaciones entre los factores que condicionan la gestión cultural en Uruguay, se estimó un modelo PLS-SEM que integró cinco constructos latentes: Financiamiento (FIN), Obstáculos (OBS), Políticas Públicas (POL), Tecnología (TEC) e Impacto Cultural (IMP), además del constructo dependiente Formación y Desarrollo (FOR). La estructura propuesta buscó modelar cómo los recursos económicos, las tensiones institucionales, la articulación política y las capacidades tecnológicas influyen en el impacto generado por los colectivos culturales, y cómo dicho impacto se traduce posteriormente en procesos formativos, creatividad e identidad dentro de los territorios.

Los resultados obtenidos revelan un modelo robusto y estadísticamente consistente. El coeficiente de determinación del constructo Impacto Cultural (R² = 0,651) indica que el 65% de su varianza puede explicarse por los factores FIN, OBS, POL y TEC. Esta magnitud es considerable en investigaciones sociales, donde la complejidad contextual suele reducir la varianza explicada. Por su parte, el constructo Formación y Desarrollo alcanzó un R² = 0,559, lo que significa que más de la mitad de sus variaciones se deben al impacto cultural generado por las organizaciones. Ambos valores confirman la adecuación del modelo para describir los procesos estudiados.

En cuanto a los efectos directos, el predictor con mayor incidencia sobre el impacto cultural fue Obstáculos (OBS), con un coeficiente positivo y muy elevado (β = 0,818). Este resultado, lejos de ser contradictorio, refleja un fenómeno recurrente en el campo cultural: los desafíos estructurales —económicos, locativos, tecnológicos o institucionales— suelen activar respuestas creativas, estrategias adaptativas y dinámicas colaborativas que fortalecen el impacto hacia las comunidades. Así, las organizaciones culturales tienden a intensificar su acción precisamente donde los recursos son más escasos y las necesidades más apremiantes.

El constructo Tecnología (TEC) presentó un efecto positivo moderado (β = 0,313) sobre el impacto. Este dato coincide con los testimonios recogidos en el relevamiento: la incorporación de herramientas digitales mejora la capacidad de difusión, gestión, registro y profesionalización de los proyectos, ampliando la llegada territorial y la diversidad de públicos. Aunque no todas las organizaciones acceden a la tecnología en igualdad de condiciones, quienes logran incorporarla tienden a mejorar su impacto cultural.

Los constructos Financiamiento (FIN) y Políticas Públicas (POL) mostraron efectos negativos sobre el impacto cultural (β = –0,486 y β = –0,476, respectivamente). Estos resultados sugieren tensiones estructurales dentro del ecosistema cultural uruguayo. Por un lado, la dependencia de ciertos tipos de financiamiento puede generar rigideces, incertidumbre o sobrecarga administrativa que limita la capacidad de acción. Por otro, la percepción sobre las políticas públicas actuales indica que no alcanzan a potenciar el trabajo territorial ni a responder con eficacia a las necesidades reales de los colectivos, lo cual se ve reflejado en las respuestas cualitativas del relevamiento. Este hallazgo dialoga directamente con las reflexiones de Jazmín Beirak en Cultura ingobernable, donde se problematiza la distancia entre las lógicas institucionales y las prácticas culturales efectivas.

Finalmente, el modelo confirmó la relación central que estructura todo el estudio: el impacto cultural ejerce un efecto directo, positivo y muy fuerte sobre Formación y Desarrollo (FOR) (β = 0,742). Esto significa que las organizaciones que generan mayor incidencia en sus comunidades —ya sea a través de actividades, aprendizajes, vínculos o participación— son también aquellas que impulsan procesos de formación, creatividad, identidad y consolidación institucional. El capital cultural producido retorna como fortalecimiento interno, dando lugar a un círculo virtuoso entre acción e identidad colectiva.

Las cargas externas de los indicadores oscilaron entre 0,70 y 0,91, valores adecuados que confirman la validez convergente de los constructos. No se registraron problemas de colinealidad que afectaran la estimación final.

En síntesis, el modelo PLS-SEM revela un ecosistema cultural donde la creatividad y el impacto emergen, en gran medida, de la tensión entre carencias estructurales y resiliencia comunitaria. La tecnología actúa como un potenciador, mientras que el financiamiento y las políticas culturales continúan siendo áreas críticas que requieren revisión. El impacto, a su vez, constituye el motor fundamental de los procesos formativos y de fortalecimiento organizacional, mostrando que la cultura se sostiene y se expande allí donde logra transformar la vida cotidiana de las personas

El análisis PLS-SEM permitió identificar con precisión los factores que estructuran la gestión cultural en Uruguay desde la perspectiva de los actores territoriales. Los resultados obtenidos muestran un ecosistema cultural dinámico, activo y resiliente, pero atravesado por tensiones estructurales que condicionan su sostenibilidad.

El constructo Impacto Cultural se posiciona como eje central del modelo, explicándose en un 65% por la interacción entre obstáculos, financiamiento, políticas públicas y capacidades tecnológicas. Este valor, elevado para un fenómeno social complejo, confirma la consistencia del modelo y su pertinencia para comprender la realidad cultural del país.

Uno de los hallazgos más relevantes es el peso extraordinario de los obstáculos como predictor del impacto. Lejos de bloquear la acción cultural, los desafíos económicos, locativos, tecnológicos e institucionales parecen activar procesos de creatividad, solidaridad y adaptación en los colectivos culturales. Este fenómeno coincide con la literatura iberoamericana que describe a la gestión cultural como práctica de resistencia, sostenida por redes colaborativas y trabajo comunitario.

En contraste, el financiamiento y las políticas públicas muestran efectos negativos sobre el impacto. No se trata de rechazar su importancia, sino de evidenciar que los marcos actuales generan más fricción que impulso: burocracia, discontinuidad, desigualdad territorial y falta de articulación con las prácticas reales del sector. Esto confirma la brecha persistente entre planificación institucional y vida cultural efectiva, una tensión ampliamente problematizada por la teoría contemporánea.

La tecnología, aunque desigual, aparece como un factor modernizador que amplifica el impacto cuando está disponible. Las prácticas digitales, la edición audiovisual, las redes sociales y la gestión en línea se consolidan como herramientas indispensables para el desarrollo cultural.

Finalmente, el impacto cultural demuestra un efecto decisivo sobre los procesos de Formación y Desarrollo, explicando más de la mitad de su variabilidad. Esto significa que allí donde la acción cultural logra generar vínculos, participación, identidad y comunidad, también produce aprendizajes, creatividad y fortalecimiento institucional. La cultura no solo transforma el entorno: transforma a quienes la producen.

En conjunto, los resultados muestran que la gestión cultural en Uruguay sigue siendo un campo sostenido por la convicción y el compromiso social, más que por estructuras formales. El fortalecimiento del ecosistema cultural requerirá políticas más coordinadas, financiamiento estable, democratización tecnológica y reconocimiento del gestor cultural como figura estratégica del desarrollo territorial.

El modelo no solo describe una realidad: sugiere un rumbo. Allí donde el impacto es más fuerte, también lo es la capacidad de formar, sostener, imaginar y crear futuro en los territorios.

Uruguay posee un ecosistema cultural vigoroso, profundamente arraigado en sus comunidades y sostenido por una red diversa de actores que trabajan con compromiso y creatividad. Si las políticas públicas logran acompañar esa energía social con financiamiento estable, reconocimiento profesional y herramientas tecnológicas adecuadas, el país podrá proyectar un futuro donde la gestión cultural sea un motor de desarrollo, cohesión y construcción democrática.

 Descentralización territorial

Uruguay avanza en la territorialización de la Estrategia Iberoamericana de Cultura y Desarrollo Sostenible


El taller reunió a autoridades nacionales, representantes departamentales y equipos técnicos para avanzar en la implementación territorial de la Estrategia Iberoamericana de Cultura y Desarrollo Sostenible en Uruguay.
Taller | Estrategia Iberoamericana de Cultura y Desarrollo

Este jueves 27 de noviembre, en la sede del IMPO, se realizó el taller Estrategia Iberoamericana de Cultura y Desarrollo Sostenible: contribuciones para su territorialización en Uruguay, una instancia organizada por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI).

El encuentro reunió a autoridades nacionales, representantes departamentales de cultura y equipos técnicos para profundizar la incorporación de la Estrategia Iberoamericana de Cultura y Desarrollo Sostenible (EICDS) en las políticas públicas del país.

Apertura: valorar lo local como motor cultural

En la apertura participaron el director general del IMPO, Miguel Lorenzoni; el director subregional del Cono Sur de la SEGIB, Esteban Campero; el coordinador de la Red de Directores Departamentales de Cultura, Eugenio Pozzolo; el coordinador de Asuntos Multilaterales de AUCI, Luis Pereyra y la subsecretaria del MEC, Gabriela Verde.

La subsecretaria destacó la necesidad de reconocer los saberes y expresiones de cada territorio: «Lo que nos toca es pensar la cultura desde un lugar no solo artístico y patrimonial, sino de esos sentires y saberes de cada pueblo y cada localidad. Muchas veces ponemos valor a lo que viene de afuera. Desconcentrar, sí, pero también dar valor a lo local. Eso es expresión cultural».

Lineamientos para el trabajo territorial del MEC

En la presentación de los lineamientos institucionales, Andrea Vignolo, directora de Cooperación Internacional y Proyectos del MEC, subrayó el valor de las experiencias locales: «Las políticas más potentes son las que nacen de las localidades».

La coordinadora del Programa Espacios MEC, Karina Acosta, destacó la relevancia conceptual de la Estrategia Iberoamericana para orientar el trabajo territorial: «La estrategia iberoamericana es una gran herramienta para pensarnos, para discutir conceptualmente»

Acosta identificó cuatro conceptos claves para la acción cultural en territorio:

  • Flexibilidad de los equipos.
  • Participación, en sus distintos niveles.
  • Descentralización.
  • Interinstitucionalidad.

La actividad incluyó la exposición de programas y proyectos departamentales alineados con la EICDS, seguida de una sesión de diálogo entre representantes institucionales.

La jornada avanzó luego hacia una plenaria orientada a definir aportes para una hoja de ruta nacional que profundice la implementación de la Estrategia en los territorios.

En el cierre de la actividad, el ministro José Carlos Mahía, reconoció el compromiso de los equipos territoriales e hizo hincapié en el papel estratégico de los gobiernos departamentales: «Nos parece importante valorar el papel clave de las intendencias. La importancia de la diversidad territorial y variedades locales: esto como factor del desarrollo sostenible y de cohesión social.»

El ministro subrayó además que la cultura constituye «un derecho humano fundamental» y señaló la importancia de seguir avanzando hacia un país con igualdad de oportunidades más allá del lugar y las condiciones de nacimiento.


sábado, 29 de noviembre de 2025

 Premios Florencio Sánchez 2025

El Teatro Solís será sede de la entrega de Premios Florencio 2025 el próximo 1° de diciembre

El lunes 1º de diciembre a las 20:00 en el Teatro Solís se realizará la entrega de los Premios Florencio 2025 en sus categorías para adultos, una de las instancias más relevantes del reconocimiento a la labor teatral en Uruguay. El Instituto Nacional de Artes Escénicas (INAE) hará entrega de dos reconocimientos especiales vinculados a sus líneas de acción institucional.
Premios Florencio Sánchez 2025

El Instituto Nacional de Artes Escénicas (INAE) participará de la ceremonia y otorgará dos reconocimientos institucionales vinculados a sus líneas estratégicas de acción: al mejor espectáculo nacional y al mejor texto de autor nacional de 2025.

Los reconocimientos otorgados por el INAE se integrarán posteriormente a sus políticas de circulación y fomento. En ese marco, la obra distinguida como Mejor Espectáculo Nacional 2025 realizará cuatro funciones en diferentes localidades del país, contribuyendo a la democratización del acceso a las artes escénicas.

Asimismo, el texto reconocido como Mejor Texto de Autor Nacional 2025 será incorporado al programa de publicaciones del INAE, favoreciendo la preservación, difusión y valorización de la dramaturgia contemporánea uruguaya.


miércoles, 26 de noviembre de 2025

 25N

Muestra digital sobre violencia basada en género promueve la toma de conciencia y reflexión

El Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de Desarrollo Social, a través del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), invitan a recorrer la "Muestra digital Violencia Basada en Género. Hay cosas del presente que deberían quedar en el pasado", un espacio para reconocer y desnaturalizar distintas formas de violencia, y sumar compromisos concretos por una vida libre de violencia.
Placa de la muestra.

Esta exhibición, es el reflejo de la muestra itinerante impulsada en el año 2015 por el Consejo Nacional de Género, y que contó con apoyo del Ministerio de Educación y Cultura. Para su edición digital, los contenidos fueron actualizados en consonancia con los avances normativos del país. 

Busca promover la toma de conciencia y reflexión sobre las distintas formas de violencia basada en género, que persisten en nuestra cultura. Su propósito es contribuir a que personas de todas las edades puedan gozar de una vida libre de violencias. 

En este sentido, la muestra identifica, mediante objetos e imágenes de la vida cotidiana, tipos de violencia y propone una breve explicación de las distintas formas de manifestación en la que se puede presentar. 

Visitá la muestra

Sistema de Respuesta a la Violencia Basada en Género de Inmujeres 

El Sistema de Respuesta a la Violencia Basada en Género de Inmujeres cuenta con una red nacional de servicios para orientación, atención y protección:

📞 Líneas de consulta 24 horas

0800 4141 (teléfono fijo)

*4141 (celulares)

Videollamada para mujeres sordas: 092 626 928 (lun. a vie., 9 a 14h, con intérprete de LSU).

lunes, 24 de noviembre de 2025

 

Una ventana al pasado de la vida en el interior del país

Felipe Bellocq, estudiante de la maestría en Patrimonio Documental de la FIC, trabaja en la recuperación de películas rodadas por el cineasta Carlos Alonso durante la década del 30 del siglo pasado.

Fotografía de fotografía en sepia: Carlos Alonso junto a su hija Laura de pie sobre un bote, en un río. Alonso señala con el brazo extendido hacia la derecha del cuadro. Lleva camisa, pantalón largo, corbata y sobrero. A su lado, la joven lleva el pelo recogido, pollera y camisa clara.

“El gran film del Uruguay: preservación y activación de la Colección Carlos Alonso como patrimonio audiovisual” es el título del trabajo de Felipe Bellocq, estudiante del posgrado en Patrimonio Documental: Historia y Gestión de la Facultad de Información y Comunicación (FIC). Recientemente Bellocq presentó un adelanto de su trabajo final de maestría ya que fue seleccionado, junto a otros dos trabajos realizados por estudiantes de grado y de posgrado de nuestra Facultad, para exponer en las 32° Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM). 

Por este motivo conversamos con el investigador sobre su trabajo, que se encuentra en proceso de realización y que incluye un documental con material digitalizado del archivo del cineasta Carlos Alonso (1886-1953) que por primera vez podrá ser visionado públicamente. 

En la década del 30, Alonso filmó acompañado por sus dos hijas adolescentes en todos los departamentos del país. En 40 latas de cintas de nitrato y otras tantas de acetato, el archivo del cineasta es considerado por los investigadores como el registro documental más antiguo, numeroso y extenso del Uruguay y su gente. 

Las cintas estaban alojadas en el Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra (ANIP) del SODRE. En 2019, con un fondo de la Universidad de California, el colectivo Cine Casero, que Bellocq integra, comenzó la primera etapa de trabajo sobre los nitratos de la colección. “La situación con la que nos encontramos cuando comenzamos a trabajar era bastante precaria desde varios puntos de vista”, señaló el investigador a la Unidad de Comunicación de la FIC. “La preservación audiovisual y el patrimonio audiovisual en Uruguay es un tema que todavía no está resuelto al 100%, que tiene muchas carencias, tanto a nivel de los procesos de trabajo (sobre todo históricos, en el sentido de que era una colección, por ejemplo, que no contaba con una documentación rigurosa asociada respecto a su historia archivística) como también a nivel de infraestructura, recursos humanos y políticas claras de gestión”.

Los materiales estaban en una situación de alta vulnerabilidad; primero hubo que delimitar qué había, se hizo una inspección de todos los elementos con énfasis en el estado de preservación de las latas de nitrato, para lo cual fue fundamental la colaboración de varias instituciones, contó Bellocq. Entre ellas, el ANIP, Cinemateca Uruguaya (donde está la bóveda especializada para la conservación de nitratos), el Laboratorio Tecnologías Innovadoras para la Preservación Audiovisual de la FIC y el Archivo Dina Pintos de la Universidad Católica del Uruguay.

¿Qué hay en las latas?

Felipe Bellocq (FB) - Hoy en día podemos decir que lo que hay en las latas es el registro audiovisual más antiguo, numeroso y abarcativo en términos territoriales de todo el país, lo cual es algo no menor. Son documentales que hizo Alonso en esta gira que lo llevó por todo el interior del Uruguay, filmando, como él decía, las bellezas de nuestro país, así como el progreso en cada localidad. Entonces encontramos registros cotidianos de esas comunidades, sus principales instituciones públicas, sus principales emprendimientos, algunos aspectos también geográficos o naturales, dinámicas de trabajo… Es como ver una ventana hacia la vida en el pasado en el interior de nuestro Uruguay. 

¿Es posible destacar algún fragmento de la colección?

FB- A título personal se me hace difícil destacar algún fragmento o alguna imagen por sobre otra, además de que todavía no hemos podido ver el 100% de las imágenes en movimiento porque no se culminó la digitalización. Quizás sí se destaca la diversidad de cosas que están registradas, creo que es de lo más interesante, además de que tiene una factura técnica excelente. El fotógrafo consignado es Emilio Peruzzi, que era de los fotógrafos más prolíficos de esa época y con una calidad exquisita.

¿Cuál es el valor de rescatar estos materiales y traerlos a la memoria?

FB- Creo que es un acto de justicia, no sólo patrimonial, sino hacia toda la sociedad. Si pensamos en el imaginario visual del Uruguay del pasado, las imágenes representan por lo general a Montevideo, entonces ya desde el punto de vista descentralizador es maravilloso lograr traer todas estas imágenes, en la mayoría de los casos desconocidas e inéditas y que, sobre todo, las propias localidades y sus habitantes no las han podido apreciar.

Estos materiales se filmaron entre 1933 y 1938, a nivel mundial se estima que el 80% de todo lo firmado en nitrato, que es el material con que se filmaba en esa época, se perdió. Entonces que Uruguay cuente con estos documentos es realmente un privilegio, y entiendo que poder trabajar con ellos y ponerlos en el acceso de todos también es un deber que debemos afrontar.

Es muy importante poner el archivo en valor y accesible para la sociedad; pensar el archivo no como algo estático o que está guardado simplemente aunque que le mejoremos las condiciones para su salvaguarda, sino como una herramienta para formar vínculos, para formar puentes hacia nuestra propia identidad, que nos despierte preguntas sobre quiénes fuimos, quiénes somos o hacia dónde vamos. Allí, creo, está el poder del archivo y de los materiales patrimoniales hoy en día. 

Proyecto documental

De las 40 latas de nitrato de la Colección Carlos Alonso ya se digitalizaron siete. “Y estamos próximos a comenzar a digitalizar varias más”, señaló Bellocq. Se trata de un trabajo “codo a codo” con el Laboratorio Tecnologías Innovadoras para la Preservación Audiovisual y apuntó que la digitalización no garantiza la preservación de los materiales en términos del patrimonio audiovisual. Por el contrario, implica algunos desafíos en este aspecto, pero facilita el acceso y permite respaldar también el material. Además, explicó que se está trabajando en la investigación histórica y de contexto de los archivos y del realizador, proceso que ya había sido iniciado por Cine Casero. “Sin duda que es importante hacer un control físico de la colección, pero también estas medidas nos ayudan a tener un control intelectual”, sostuvo. También se está avanzando en la inspección de las latas de acetatos, que si bien en su mayoría contienen duplicados, aportan imágenes nuevas. 

Parte del material digitalizado será utilizado para la realización de un documental, que será un aspecto central de la tesis de maestría en Patrimonio Documental de Bellocq. “Sus características principales son el uso casi en exclusiva de este material de archivo, con una sonorización, porque todo el material de la colección Alonso es silente. Gran parte del trabajo de nuestro largometraje va a ser el diseño sonoro de las secuencias que seleccionemos y que montemos con una narrativa creativa por encima”, comentó.

Bellocq está desarrollando este proyecto junto a la la egresada de la FIC Patricia Olveira, productora cinematográfica de Halo Cine.

Un adelanto fue presentado por Bellocq en las 32° Jornadas de Jóvenes Investigadores de la AUGM que se realizaron en la Universidad de Tucumán (Argentina) del 5 al 7 de noviembre. “Fue una experiencia súper enriquecedora desde el punto de vista académico, pero también humano. Siempre las oportunidades para confraternizar con otros investigadores tienen eso de generar puentes y lazos que quizás también en un mañana puedan llegar a despertar nuevos proyectos o colaboraciones”, afirmó. 

Más información sobre “El Gran Filme del Uruguay”: https://meap.library.ucla.edu/projects/carlos-alonso-collection/

 

Fotos: imágenes cedidas por Felipe Bellocq.


 Política pública

Más de 5.800 niños aprenden a tocar instrumentos musicales en todo el país

El programa Un Niño, Un Instrumento funciona en casi todo el territorio nacional. La experiencia del barrio Casavalle, en Montevideo, de la que participan 1.800 escolares, es el ejemplo de una política que atraviesa una etapa de consolidación. La propuesta no requiere experiencia previa, ni poseer un instrumento, y se sostiene en tres pilares: trabajo, disciplina y voluntad.

Niño toca el violín

“Solo hace falta tener iniciativa”, explicó Ariel Britos, director del programa Un Niño, Un Instrumento, iniciativa que comenzó a gestarse en Uruguay hace unos 30 años, primero con un núcleo pequeño de estudiantes. Actualmente, la propuesta propicia experiencias en casi todo el territorio y continúa en expansión. 

El proyecto es impulsado por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y el Servicio Oficial de Difusión, Representaciones y Espectáculos (Sodre), a través de la fundación Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles del Uruguay. Mantiene convenios con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), intendencias y municipios, entre otros actores públicos y privados, además de organismos internacionales. 

Britos concibe este trabajo como una tarea de acción social a través de la música, similar a lo que en su momento fue la implantación del Plan Ceibal. Manifestó que el programa atraviesa una etapa de consolidación y pleno desarrollo.  

Su presencia en el territorio

Si bien es un proyecto para todas las comunidades, desde la organización se seleccionan algunos puntos territoriales en los cuales hacerse presentes. Son lugares en los que sus comunidades no han accedido a la oportunidad de participar de políticas similares vinculadas al acceso a la cultura y las artes. “En estos escenarios es donde se descubre la avidez que hay y el potencial que tiene el país”, sostuvo su responsable. 

En el barrio Casavalle, en Montevideo, la iniciativa es muy activa, con la participación de 1.800 niños. Pero esta experiencia también se desarrolla en otros barrios de la capital como La Teja, Centro y Piedras Blancas, así como en las inmediaciones de Camino Maldonado, por ejemplo. 

A nivel nacional, suma 5.800 participantes en forma activa, con 170 docentes, de quienes Britos elogió su compromiso. 

La modalidad de aprendizaje suele ser fuera del horario curricular, pero varía según el lugar y el rol que desempeñen los participantes. Por ejemplo, en Casavalle una parte de la experiencia se desarrolla en el turno escolar y otra fuera de él, ya que muchos participantes integran la orquesta sinfónica.

El titular del programa destacó la constancia para participar, así como tres pilares del aprendizaje musical: el trabajo, la disciplina y la voluntad, elementos vigentes tanto en la música como en la vida, remarcó. 

Los instrumentos 

La gente no necesita nada para participar del programa. No tiene que tener conocimiento, solamente iniciativa. El instrumento lo proporcionamos nosotros”, explicó. 

Quienes concurren a clases pueden hacer uso de todos aquellos que suenan en una orquesta sinfónica. Esto incluye: los de la categoría de las cuerdas, como violines, violas, violoncelo y contrabajos; los de vientos, de madera, como flautas, oboes, clarinetes y fagots; los de metales, como trompetas, trombones, tubas y cornos, y los de percusión sinfónica, como timbales, bombos y platos, entre otros. 


El futuro

Si bien el fin último del programa no es que los niños que participan sean profesionales de la música, son muchos los ejemplos de personas que en estos años hicieron esa elección. A nivel internacional, hay varios ejemplos. Uno de ellos es el de un niño que comenzó a estudiar corno francés en el departamento de Florida, y hoy es primer corno de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena

En tanto, Britos confirmó que la Orquesta Sinfónica del Sodre (Ossodre) está integrada, en su mayoría, por personas que se formaron en el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles del Uruguay, así como otros planteles profesionales del medio. “Cada vez salen más y mejores”, concluyó.