"LIBERTAD O MUERTE"
Aldo Roque Difilippo
Hace 183 años un grupo de criollos atravesaba el Río
Uruguay, para desplegar en la playa de La Agraciada una bandera tricolor con la dramática
frase "LIBERTAD O MUERTE".
Esta cruzada independentista
encabezada por Juan Antonio Lavalleja continúa siendo uno de los más asombrosos
hechos de la historia de América, ya que un reducido número de orientales,
argentinos, paraguayos y africanos, enfrentaron y terminaron venciendo al
poderoso Brasil, con un número aproximado a los veinte mil soldados. La nómina
de los cruzados ha sido discutida en repetidas ocasiones. Isidoro De María, en
abril de 1895, en el periódico El Siglo, habla de 40 libertadores, Jacinto
Carranza en su obra "¿Cuántos eran los Treinta y Tres?", aporta otros
elementos, expresando que existen 17 listas distintas de los libertadores de
1825. En tanto Aníbal Barrios Pintos en su obra "Los libertadores de
1825" (1976), habla de 40 cruzados, donde tan sólo 21 eran orientales, más
4 paraguayos, 3 argentinos, 2 africanos, y 10 de nacionalidad desconocida.
Juan Antonio Lavalleja |
Lo cierto es que es que el
gobierno de facto encabezado por Juan María Bordaberry, en 1975, en "el
año del Sequicentenario de los Hechos Históricos" decretó oficialmente
como válida la nómina de los llamados "Treinta y tres orientales"
redactada por Manuel Oribe el 28 de julio de 1830 y certificada por Juan
Antonio Lavalleja. Jacinto Carranza afirma que "la lista de Oribe y
Lavalleja de julio de 1830, fue formulada al solo objeto de la aplicación de
premios y no con la finalidad de establecer la nómina completa de los
cruzados".
Algunos de estos protagonistas
son esos hombres sin rostro (parafraseando a Morosoli), ya que de ellos no se
conoce ni una referencia, ni siquiera un dato que permita conocer su
nacionalidad, aspecto físico, o
siquiera dónde murieron. Como en casi todos los acontecimientos de nuestra historia nacional, estos datos se han esfumado en el tiempo, producto del desapego de estos personajes por las formalidades al redactar "partes de guerra", producto, muchas veces del analfabetismo, y porque fundamentalmente se trataba de "gente de acción" preocupadas en ser protagonistas de la historia más que por registrar puntillosamente su actuación en los acontecimientos, o de figurar en las pompas oficiales. Como Juan Rosas, y Pedro Antonio Areguati quienes no cobraron el premio a los "Treinta y Tres" instituido por el gobierno, por no haberse presentado.
Manuel Oribe |
Juan Spikerman |
Por otro lado los subalternos
de aquella acción fueron despreciados por los reconocimientos oficiales.
Tiburcio Gómez muere en 1882 "entre la indiferencia del gobierno y del
pueblo", como lo denuncia en la prensa el Dr. Carlos María Ramírez. Juan
Acosta pasó sus últimos años en Montevideo, ciego e "implorando la caridad
pública de puerta en puerta". O como expresaba "La Nación ": "Los
nombres de los caudillos de la cruzada redentora han resonado mucho; los
subalternos han pasado su vida casi ignorados -agregando un calificativo,
criticable pero común en la época-. Aunque bravos y decididos, no fueron sin
embargo el alma de la acción".
CONCIENCIA ARTIGUISTA
Los postulados de aquella
empresa se vinculan con los de la gesta artiguista, desde los colores de la
bandera, hasta el carácter
"amorfo" de su integración: militares, nativos, esclavos africanos,
argentinos y paraguayos, sumados a montaraces y peones que se plegaron a último
momento. La figura de Artigas había
desaparecido del escenario de la Banda Oriental , y de los papeles públicos de la
época, pero su pensamiento estaba presente en el ideario de quienes iniciaron
la gesta independentista de 1825: Autodeterminación y soberanía. Como lo
expresara Manuel Freyre, con indisumulado orgullo "que arribó no como
aventurero sino con el grado de Capitán", reflejando la sicología del
grupo inicial de cruzados, al que se le sumó otro de "inferior
extracción", como lo calificó Manuel Oribe. Dentro de este segundo grupo
se encuentran aquellos que se plegaron a último momento a la expedición, y que
en algunos casos terminan desertando, o enredados en pleitos comunes que les
impidió obtener el reconocimiento oficial, y el premio instituido a los
"Treinta y Tres". Pero todos estos elementos no son obstáculo para
dejar de reconocer el valor de aquel acto, y su trascendencia dentro de los
acontecimiento posteriores que culminaron con la independencia oriental en
agosto del mismo año.
PERIODISMO COMPROMETIDO
Pablo Zufriategui |
La prensa porteña de la época
siguió atentamente los hechos, y alentó aquella acción revolucionaria. "El
Argos de Buenos Aires" (periódico masón al igual que algunos de los
"Treinta y Tres"),"El Argentino","La Gaceta Mercantil ",
y "El Piloto", entre otros periódicos, siguieron los acontecimientos.
En "El Piloto", el 7
de enero de 1826 publica "Para la Historia ", la lista de los "33 héroes
orientales que llevaron la libertad a su patria".
"La Aurora ", periódico
dirigido en Montevideo por Antonio Díaz, dos años antes de la cruzada
libertadora (1 febrero de 1823), publica un "Himno Oriental"(ver nota al final), donde en un pasaje se
pregunta: "¿Y habrá alguno tan bajo y tan vil,/Que hoy no grite también
animoso/ LIBERTAD, LIBERTAD ó morir?".
Lo que posteriormente se
traduciría en un "Libertad o Muerte" de la bandera que empuñó
Lavalleja al momento del desembarco.
Posteriormente, Antonio Díaz
fundaría en Buenos Aires "El Piloto", con el fin de apoyar la acción
libertadora de los "33
Orientales"
Atanasio Sierra |
"El Argentino", el
viernes 29 de abril de 1925, da la noticia: "D. Juan Antonio Lavalleja, D.
Manuel Oribe, y otros varios oficiales y vecinos de la Banda Oriental , que
salieron de Buenos Aires decididos a libertar su provincia del yugo ominoso y
degradante del Brasil, supieron el jueves 21 (es noticia traída por uno de los
individuos que salieron a tan heroica empresa) -apunta el periodista de la
época- que algunos individuos de quienes esperaban caballos y otros recursos,
en el momento de su desembarco visto precisados a fugar, para no ser
aprehendidos por los Brasileros, y determinaron en consecuencia desembarcar la
misma noche- Lo consiguieron en efecto en número de DOSCIENTOS HOMBRES, que se
habían reunido en la Isla ;
pero al saltar a tierra sólo hallaron dos caballos. Lavalleja hizo montar en
ellos a su hermano Manuel y al baqueano que llevaba, y éstos lograron reunir
caballada para todos los bravos de la empresa. (...)Al fin llegó el momento en
que este pueblo despliegue su entusiasmo por sus hermanos del Oriente. -expresa
más adelante "El Argentino"- Llegó el momento en que se convenza el
gobierno que se puede lo que se quiere, o que su administración no ha traído al
país los bienes que él proclama con engreimiento. Cuatro hombres emigrados, y
con escasos recursos, han pisado las barrancas de la Banda Oriental , han
enarbolado el pabellón de la
Libertad. Son seguidos por todos los habitantes de aquellos
pueblos. ¿Qué no podrían si fueran [sic] auxiliados por ésta república? ¿Qué no
podrían si la opinión pública se demostrara por los hechos? Argentinos:
decidíos a auxiliar según vuestra aptitudes a los héroes que han emprendido a
librar su país del yugo brasilero..."
Un día después, el sábado 30
de abril de 1825, toma la noticia "La Gaceta Mercantil ".
Juan Antonio Lavalleja expresó
una proclama a los habitantes de la Banda Oriental , fechada en el "Campo volante
de Soriano, Abril 19 de 1825".
"Llegó en fin el momento
de redimir nuestra AMADA PATRIA de la ignominiosa esclavitud en que ha gemido
por tantos años, y elevarla con nuestro esfuerzo al puesto eminente que le
reserva el destino entre los Pueblos Libres del Nuevo Mundo. El grito heroico de
LIBERTAD retumba ya por nuestros dilatados campos con el estrépito belicoso de la GUERRA. El negro
pabellón de la venganza se ha desplegado, y el exterminio de los tiranos es
indudable.
ORIENTALES!!! Aquellos
compatriotas vuestros en cuyos pechos arde inexhausto el fuego sagrado del amor
patrio, y que más de una vez han dado relevantes pruebas de su entusiasmo y
valor, no han podido mirar con indiferencia el triste cuadro que ofrece nuestro
desdichado país bajo el yugo ominoso del déspota del BRASIL. Unidos por su
patriotismos, guiado por su magnanimidad, han emprendido el noble designio de
LIBERTAROS. Decididos a arrostrar con frente serena toda clase de peligros, se
han lanzado al campo de MARTE, en la firme resolución de sacrificarse en las
ARAS DE LA PATRIA ,
o reconquistar su LIBERTAD, sus derechos, su tranquilidad y su gloria.
COMPATRIOTAS!!! Vosotros que
os habéis distinguido siempre, por vuestra decisión y energía, por vuestro
entusiasmo y bravura. ¿Consentirés, aún en aporbio vuestro el yugo infame de un
cobarde usurpador? ¿Seréis insensibles al eco dolorido de la PATRIA que implora vuestro
auxilio? ¿Miraréis con indiferencia el rol desagradable que ocupamos entre los
PUEBLOS AMERICANOS?
¿No os conmoverán vuestra
misma infeliz situación, vuestro abatimiento, vuestra deshonra?...NO, COMPATRIOTAS:
los LIBRES os hacen la justicia de creer que vuestro patrimonio y valor no se
han extinguido, y que nuestra indignación se inflama al ver la PROVINCIA ORIENTAL
como un conjunto de seres esclavos, sin derechos, sin leyes, sin opinión, sin
gobierno, sin nada propio, más que su deshonor y sus desgracias".
Más adelante, en su proclama
Juan A. Lavalleja exhorta: "purifiquemos nuestro suelo con SANGRE DE LOS
TRAIDORES Y TIRANOS", para culminar
realizando un llamado a unirse a la causa. "Combatid, pues, y
reconquistad el derecho más precioso del hombre digno de serlo".
LOS QUE FALTAN
Habían partido de Barrancas y
de San Isidro, desembarcando en el Arenal Grande, en un punto cercano al arroyo
"de los Ruices", bautizado como "la Agraciada " -deformación de "la Graseada "- verdadero
nombre del lugar.
En Mercedes, un barrio lleva
el nombre "33 Orientales", y sus calles, por consecuencia, toman el
nombre de los patriotas. Lo curioso es
que los nombres de quienes comandaban este hecho, el General Juan Antonio
Lavalleja y el Teniente Coronel Manuel Oribe no están representados en ese
barrio. Las calles que llevan sus nombres están muy apartadas del barrio
"33 Orientales".
El obelisco levantado en la
playa Agraciada, aún espera se le sumen las placas de aquellos compatriotas
olvidados por la historia oficial.
EL EDITOR A SUS CONCIDADANOS (sic)
CORO
Orientales, corred a las armas,
El momento de gloria llegó,
Quien no quiera gemir en cadenas
Vuele al punto a los campos de honor.
1. Ya esa turba de esclavos desplega
De la guerra la insignia fatal:
Parricidas infames le siguen
Agitando con rabia el puñal.
Entre el polvo que al cielo levantan,
Encubierto se acerca el Traidor.
Fuego y sangre son sus divisas,
Y la muerte su grito de unión.
CORO
2. ¿No escuchais esos ecos terribles
Qual bramidos de un tigre feroz,
Que estremecen los montes vecinos
Y los valles con triste fragor?
Esos son, Ciudadanos valientes,
Los berdugos de Carlos Lecor;
Ellos
vienen á vuestros hogares
A quitaros la vida y honor.
CORO
3. ¿No lo veis de saña inflamados
Sus espadas infames vibrar,
A las castas esposas violando,
Y a sus hijos matar sin piedad?
Ese sordo rugido que suena
Son cadenas que intentan ceñir
Al cobarde que no prefiriese
Antes muerte que esclavo vivir.
CORO
4. Escuchad Orientales
Valientes
De la PATRIA la imperiosa voz;
Ella os tiende los brazos diciendo,
Romped hijos mi dura prisión.
Sus heridas os piden venganza
Orientales, vengarla, ó morir,
De esas fieras sangrientas; y caiga
A sus plantas su indigna cerviz.
CORO
5. Contemplad esos campos que
en sangre
Por ser libres supesteis teñir;
Ellos fueron la tumba horrorosa
Del tirano que os quiso oprimir.
Fuisteis libres al fin Orientales,
¿Y habrá alguno tan bajo y tan vil,
Que hoy no grite también animoso
LIBERTAD,LIBERTAD ó morir?
CORO
6. Españoles que fusteis
exemplo
De firmeza, constancia y valor,
Hoi el hado feliz nos reune
A romper nuestra indigna opresión.
Ya cesaron los odios injustos;
De la sangre el afecto triunfó:
Empuñemos la espada y sucumba
Del Brasil la tirana legion.
CORO
7. Las Provincias hermanas
oyeron
Del Oriente el sublime clamor,
Y en su auxilio ya corren los bravos
Ambiciosos de gloria y honor.
Tiemble y tema el injusto Tirano
De la PATRIA el sangriento furor
Que con ecos tremendos pública
Guerra eterna al infame opresor.
CORO
"La Aurora ", Montevideo,
Febrero 1° de 1823 (copia textual)
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