domingo, 5 de septiembre de 2010

EDITORIAL

Latido de piedra
Registro Civil comenzó a validar nombres charrúas


 
Aldo Roque Difilippo

En una sociedad invadida de Jonatan, Maicol, Kevin, Yeila, o Katerine, que un matrimonio decida inscribir a su nueva hija usando un nombre indígena, por lo menos llama a la curiosidad.
En este territorio de extensas praderas verdes debería ser más común que los nuevos uruguayitos se llamaran masivamente Yamandú, Zapicán, o que hubiera abundancia de Juanes, Pedros, Marías y Juanas como en otra época. Pero la realidad cultural es otra, y nuestra sociedad está plagada de nombres de origen anglo sajón, cuando genéticamente provenimos de culturas latinas. Es así que Christopher se termina convirtiendo en Cristofer a secas, o que Michael por estas latitudes sea Maicol, o Maikol, que Carina y hasta Camila adopten la letra K, entre otras licencias usadas por los padres al momento de inscribir a sus hijos.
Pero en Mercedes nació Guidaí (Luna), una nueva uruguayita que llevará un nombre charrúa y que generó otros hechos no menos singulares.
 
Circular N° 4
Ante un nuevo reclamo surgido en Mercedes al nacer Guidaí, el Registro Civil comenzó a validar nombres indígenas. El hecho se dio luego que se registrara un nuevo caso de protesta de la comunidad charrúa, ya que un matrimonio intentó anotar, en el Juzgado de Mercedes, a su hija recién nacida con el nombre de Guidaí.
En marzo de este año una pareja tuvo inconvenientes en Montevideo cuando intentó registrar a su hijo con el nombre de Itanú ("Latido de piedra" en lengua charrúa). Y si bien finalmente la pareja montevideana logró su cometido, fue gracias a la presión ejercida ante el Registro Civil.
Recientemente otra pareja concurrió al registro Civil de Mercedes manifestando la intención de registrar a su hija con el nombre de Guidaí (Luna). La funcionaria que los atendió consultó a la Jueza, quien aconsejó a los padres que pusieran a la pequeña un segundo nombre que identificara el sexo de la recién nacida. En tanto que la pareja denunció el hecho a la Asociación de Descendientes de la Nación Charrúa.
Tras esta gestión el Director del Registro Civil, Adolfo Orellano firmó la circular Nº4, instruyendo la autorización a todas las dependencias del país a registrar personas con nombres charrúas.
Si bien hasta ese momento los funcionarios del Registro Civil no tenían una directiva en contrario, es decir que prohibiera registrar nombres charrúas o de otras etnias, aunque los funcionarios solían recomendar que ese nombre fuera acompañado de un segundo, que pudiera determinar el sexo de la persona.
Pero en tanto los padres han tenido la libertad casi absoluta de registrar a sus hijos con nombres que no respetan las reglas de la grafía del idioma original. El ejemplo más claro son los “Maicol” o “Maikol”, y todas las variantes posibles, las “Joana”, “Caterine”, entre otras. Dándose el caso en nuestro país de la proliferación de “Daiana”, nombre que originalmente en idioma inglés no existe, pero a raíz de la muerte de la Princesa Diana de Inglaterra, como fonéticamente suena “Daiana”, a partir de allí muchas uruguayitas comenzaron a llevar ese nombre.
En este nuevo caso registrado en Mercedes el tema fue solucionado rápidamente, tras la intervención de la Asociación de Descendientes de la Nación Charrúa, y de la resolución del Registro Civil que determinó que en lo sucesivo cualquier padre que quiera registrar su hijo con un nombre charrúa podrá hacerlo sin impedimento alguno.

 

Ley 15462
En varias oportunidades los funcionarios del Registro Civil se han quejado ante la falta de reglas claras para proceder en casos como éstos donde o bien no se tienen las directivas específicas o simplemente porque se desconoce si el nombre con el cual un padre quiere registrar a un hijo está bien o mal escrito en su idioma original. Si es masculino o femenino. O siquiera si existe.
La ley Nº 15.462 estipula en su artículo 5º que “Los Oficiales de la Dirección General del Registro de Estado Civil no inscribirán nombres de pila que sean extravagantes, ridículos, inmorales o que susciten equívocos respecto del sexo de la persona a quien se les impone”.

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