sábado, 1 de enero de 2011

EDITORIAL

Acerca de nuestra crítica al cortometraje “Tierra de libertad”


* ¿Por qué las repercusiones llegaron de ciudadanos comunes, o periodistas de otras ciudades, mientras los actores políticos y funcionarios públicos departamentales se mantienen al margen?

                                                               
Angel Juáres Masares
                                                               
Hace un par semanas en esta página, un artículo de Aldo Difilippo señaló algunos aspectos considerados negativos del Documental aludido en el título, lo cual produjo una serie de reacciones –sobre todo- a través de la red social Facebook.
Algunos de sus responsables manifestaron su molestia por las críticas vertidas en el mismo, y también por las repercusiones de la gente. Dichas molestias se canalizaron algunas veces a través de comentarios públicos en la red mencionada, y otras en comunicaciones privadas.
Como responsables de humbral.blogspot.com, (y acostumbrados a la autocrítica) naturalmente hemos hablado del tema procurando encontrar errores en los que eventualmente podríamos haber incurrido, y llegamos a algunas conclusiones (sin perjuicio de haber omitido otras).
1ero.) Lo expresado por Difilippo en la nota original se limita a puntualizar evidentes inexactitudes con la historia que se pretendió contar.
2do.) En ningún momento se descalificó persona alguna o se realizaron juicios de valor en ese sentido.
3ero.) Cuando se realizan críticas a una obra, no se debe confundir el tenor de las mismas pensando –o suponiendo- que no se valora el esfuerzo que la realización de la misma implica. De hecho, más de una vez –sobre todo a quien suscribe- algún crítico le ha “destrozado” una muestra pictórica que llevó meses de esfuerzo, tiempo y dinero invertido, y nunca nos enojamos con quien lo hizo. Todo lo contrario, hicimos un alto para buscar las razones de esa crítica negativa, más allá que luego la compartiéramos o no. Esa es otra historia.
4to.) Este asunto también dejó algunos interrogantes que no hemos conseguido develar, a saber: ¿Por qué los señores Alejandro Gil y Pablo López se dirigieron a mí, y no al autor de la nota de marras?
5to.) ¿Por qué las repercusiones llegaron de ciudadanos comunes, o periodistas de otras ciudades, mientras los actores políticos y funcionarios públicos departamentales se mantienen al margen?
6to) Que un “documental” incurra en flagrantes deformaciones de la historia, además con la posibilidad que ese material sea mostrado a niños y adolescentes… ¿es un asunto menor para los responsables de la cosa pública?
7mo.) ¿Por qué razón en la sociedad mercedaria el “disentir” convierte inmediatamente en “enemigo” a quien lo hace?
¿Nadie se ha puesto a pensar que “ser dueños de la razón” es el primer obstáculo para crecer en cualquier actividad que se encare?
Creo oportuno además, compartir el último mensaje recibido (guardado en mi computadora) del Sr. Pablo López, luego que le enviara parte de mi curriculum ante sus dudas sobre mi capacidad de análisis sobre la filmación propiamente dicha:
“La verdad no sabía de tu curriculum tan amplio. Gracias por seguir en Mercedes. Eso debe ser por amor al departamento, supongo? Porque de lo contrario no estarías acá obviamente.”
Una lectura somera de lo anterior me reafirma la convicción que por estos lares tener “bajo perfil” no es una práctica habitual. Es verdad que desde su punto de vista puedo llegar a tener un currículum “tan amplio”, pero el asunto es que no acostumbro esgrimirlo ante nadie y no lo haré –más allá que lo ponga a disposición de quien lo quiera ver- porque no es mi estilo.
Tampoco considero que nadie tenga que agradecerme “por seguir en Mercedes”, habida cuenta que elegir el lugar para vivir es una decisión personalísima, y que mi tarea “social” se limita a decir algunas cosas que mucha gente piensa….y se lo calla.-

1 comentario:

Anónimo dijo...

bo Aldo acele caso alos Jon Huston, Francis For Copola y Steven Espilber de calle Giménez y Haedo que han visto algún cuadro de los tuyos de la parte de atrás.
un letor del varrio calvo