sábado, 5 de marzo de 2011

Tomás Paredes; un sansalvadoreño en el inicio de la gesta de 1811

Roberto Sari Torres

La primera gesta rebelde contra el poder español en la Banda Oriental, fue el 11 de febrero, con el conocido como “Levantamiento de Espinillo” en 1772. En 1804 se traslada al lugar como capataz de la estancia de Juan de Almagro, a la que administraba desde la “casa blanca”, a orillas del río Uruguay, al sur del villorrio sanducero. Tuvo después casa en la villa misma, la que en 1864 fue comandancia del General Leandro Gómez.
La flota española de Juan Michelena dispersó el “pronunciamiento” y capturó a varios de los conjurados rebeldes orientales. Prisionero, Tomás Paredes es juzgado a bordo de la lancha “La Victoria” surta en “Barranqueras de Fray Bentos”. La instrucción, ordenada por Justo de Urquiza, la efectúa José Antonio Posee, con los testigos coincidiendo sospechosamente en que han oído decir (a otros) que en la pulpería de Mariño y otros lugares , Paredes anduvo diciendo que “si tuviera seis mil hombres ahorcaría a todo español europeo”, o que “todavía esperaba ver ahorcados a los europeos”. Hay que recordar que Salazar, el jefe del apostadero naval en Montevideo, informaba desde Madrid que era muy intenso el odio a Elío (“el Señor Virrey”) tanto en la capital como en la campaña, pero Paredes va a dar con sus huesos a los calabozos de la Ciudadela montevideana, donde en abril se inicia la segunda parte del “juicio de Barranqueras”.
Pero alguien importante en ese año revolucionario, burla el cerco y escapa al sur, justo a tiempo para protagonizar el “grito de Asencio”, “la Batalla de Soriano”, Rosario, San José, y Colonia, y la defensa de Paysandú. Es el rioplatense Francisco Bicudo, radicado en Soriano, quien el 25 de setiembre de 1793 se casó con Isabel Domínguez. Según libro parroquial archivado en Mercedes, allí fue que se casó, pero según el acta de sepultura del Presbítero de Paysandú, Silverio Martínez, en ella se inscribe que: “en treinta y uno de Agosto di sepultura a Francisco Bicudo, casado en San Salvador (Martínez había sido cura en Soriano y conocía a Bicudo, lo que explica la expresa particularidad que anota en el acta sobre el estado civil del fallecido).
Bicudo fue el jefe de la estremecedora defensa de Paysandú del 30 de Agosto de 1811 (50 patriotas contra 200 portugueses) donde mueren 16 hombres y la india “la China María”, quedando el resto gravemente herido, sin ninguna bala más ni lanza entera para seguir combatiendo. Aquel numen de suprema heroicidad, inspira los versos de Leandro Pedro Ipuche…”Allí quedan los cincuenta/ y de Bicudo se cuenta/ que al sentir manar la herida/ volcó la sangre encendida/ en el cuenco de la mano/ y la arrojó al lusitano/ como bofetón de vida”. Todos los historiadores, desde Francisco Bauzá, Setembrino Pereda, Pivel Devoto, Zum Felde, hasta el “Grupo Raíces” (historiadores de Paysandú) se han referido a estos hechos históricos bicentenarios.
Entonces nosotros acá, a través de Tomás Paredes y Francisco Bicudo, con el inmarcesible recuerdo inspirándonos como doloreños, sentimos que el bicentenario del inicio de la Revolución Oriental artiguista nos llega directamente al corazón, con los más elevados sentimientos a la hora honrosa de evocarlos y de celebrar los épicos sucesos que tejieron la urdimbre de “La Admirable Alarma”, tal como lo escribe Artigas el 7 de diciembre de 1811 desde el cuartel general del Daymán a la Junta Gubernativa del Paraguay. ¡Honor a todos ellos y al pueblo Oriental de los tiempos, porque a través de los siglos vuelven a traernos una patria mejor y más justa; por ideales que son la expresión de un estado superior del ser humano!-

 Nota: En 1793 San Salvador no existía. Debe ser “Espinillo”.

1 comentario:

frrancisco gutierrez dijo...

Sobre el titulo pasar por el ojo de una aguja............. :Durante mucho tiempo en mi cabesa martillava esa espresion escrita en la biblia .No que sea testigo de jeohova o de la atalaya es que ellos me dieron la repuesta .Dicen que las calles de jerusalen son muy estrechas,eran echas solo para pasar personas y los carritos manuales por eso un camello no podia pasar La esprecion se tratava que los camellos podian pasar mas con mucha dificultad casi imposibleLa esprecion viene de que las calles como son estrechas y largas parecen una agujaEntonces nosotros orientales no sabiamos que las calles de Jerusalen son asi no entendiamos esa parabola de Jesus