viernes, 22 de julio de 2011

La comandancia de Colonia y la fundación de San Salvador


Roberto Sari Torres


En el asunto –y desde hace varios años- relacionado con la situación de poblamiento que ocupaba el rancherío de “Espinillo dentro de la Estancia de Aldao y Breixo” (21 mil Hect.) El Virrey Nicolás Arredondo resuelve amparar el derecho propietarista privado latifundista, sin solucionar el tema de dónde ir a vivir los que en “Espinillo” eran ocupantes de terrenitos de 16 por 16 varas, o 25 x 25 metros alrededor de la antigua pulpería de Manuel Sarambión y la capilla “Nuestra señora de los Dolores del Espinillo”. Comparado con las 21 hectáreas, la superficie ocupada por la gente era una miseria. El poblamiento se inicia en 1748 con el primer rancho que en la cumbrera de cota + 50 metros levantó la india charrúa Polonia Sandoval, y que para 1774 es capital del “Partido del Espinillo”. A partir de 1786 comienza la presión del cobro de arrendamientos de tales solares por Aldao, y despuntes por Pascual Vázquez de Noboa.
Maleable a la presión de los terratenientes, Arredondo le cierra todos los caminos a los pobres para poblar, y resuelve vender el terreno realengo a orillas del San Salvador en lugar de ponerlo al servicio de la gente. Ordena a la Comandancia de Colonia del Sacramento dé apoyo a la Comisión Agrimensora encabezada por Atanasio Albemí del Toro y el piloto Juan de Alsina. Estos mensuran y tasan un terreno realengo de unos 45 Kms cuadrados por lo menos. El trabajo técnico se hace en setiembre de 1794 y basado en sus datos, en diciembre del mismo año se adelanta el remate del terreno sansalvadoreño en el estanco de Buenos Aires; adquirido en 114 pesos y 3 reales por Félix Rodríguez, vecino arrendatario de “alrededores del Espinillo”. De esta manera el poblado queda condenado a muerte por decisión de tal estúpido Virrey enemigo de los pobres de esta “vanda”.
Cuando en 1779, Gabriel Avilés llega al Río de la Plata, inmediatamente recobra vigencia el reiterado pedido de traslado de los vecinos del Espinillo. En ese sentido, el nuevo Virrey ordena revisar los antecedentes, proponiendo a Félix Rodríguez el canje del Padrón sansalvadoreño adquirido en 114 pesos y 3 reales, por uno de similares características y área, en Cololó, al Este de la Capilla Nueva de Mercedes. Félix aceptó la propuesta y de esa manera el campo vuelve al status anterior, “quedando disponible para que el Virrey proyecte y ordene que dentro de su área se funde un pueblo que ampare con terrenos para vivienda y chacras en el ejido, como recurso sustentador de vida de los antiguos “espinilleros”, y de los que –en el futuro- lo requieran.
El Decreto virreinal está fechado el 22 de agosto de 1799 en Buenos Aires, expresando casi al final que: “vengo a conceder la licencia que pretenden los vecinos para trasladar y situar la iglesia y población del “Espinillo” a las márgenes del Río San Salvador en el terreno que designará y delineará el Comandante de la Colonia, cuidando que observen en lo que fueren adaptables las reglas que prescriben las Leyes de estos reinos, para todo lo cual, y así mismo para que señale ejido proporcionado a la población y solares y terrenos de labor de los vecinos…”
Tal tarea agrimensora y de asistencia en la mudanza e instalación en “San Salvador” le correspondió al Comandante Agustín de Pinedo. Hasta muy entrado el siglo XX todavía el municipio doloreño entregaba terrenos
-heredados de aquel realengo de 1801- por gracia de propiedad a vecinos pobres que lo requerían. El autor mismo vio y leyó la documentación municipal y notarial de un terreno de estas características históricas dado en 1919, y dentro de la planta urbana de la ciudad.


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