Álvaro Parés
Otra vez el 17 !!! Me fui por primera vez de Buenos Aires un 17 (septiembre del 74) y el viejo me dijo, antes de bajarse del transatlántico entre graves sirenazos « nunca pierdas el sentido del humor » como quien transmite todo lo que acumulo durante toda una vida... Acá vivo en París 17, y mi apartamento lleva el numero 117, mi estudio de grafismo duro 17 años.
Hoy Hum Bral recuerda al viejo... justo a los 17 años !!! Ya lo veo sentado acá, me hubiera mirado un minuto y hubiera dicho « jugale a la cabeza » ! Sin dudarlo un minuto yo le diría :« No estabas muerto vos ? Que haces por acá ? » y el, como siempre : « Belinun ! A tu edad todavía no entendiste que todo es ilusión ? ».
Digo muerto a secas, porque el odiaba palabras tales como « fallecido » o « pompas fú8nebres » que le parecían de una ridiculez como para tirarse al suelo y arrancarse la camisa.
Vamos a ver si te lo puedo pintar con algunos recuerdos, tal cual era, sin bombos ni platillos, para que el que no lo conoció lo resucite un minuto.
Antes del transatlántico, en Buenos Aires me había llevado a lo de China Zorrilla para despedirme antes de salir para Paris, solo porque era una de las pocas conocidas que vivían en ese momento allí, y él no sabia muy bien que hacer con ese viaje tan definitivo, pero no lo lograba decir, en ese tiempo, sin embargo no tan lejano, nos ibamos « para siempre » como los viejos inmigrantes italianos o españoles que hicieron el viaje al revés.
Mucho antes, en Montevideo, lo veo con Tenuta y Adela Gleijer, miembros permanentes del Galpón, los dos, cuando Tenuta todavía era contable en un gran garaje de la avenida Uruguay.
Un día, en lo de Adela, despertó a los sacudones a un melenudo de pelo negro pensando que era yo, « despertate che que hay mucho que hacer hoy ! » pero yo no había podido ir a dormir a lo de Tenuta esa noche por razones que mejor no te explico, y fue recién cuando el otro le gritó « dejame dormir huevon ! » que se dio cuenta que era Víctor Jara.
Lo veo contándomelo el mismo día a las carcajadas por 18. Al lado del viejo yo siempre parecía serio como un Papa... por contraste !
Mas lejos aun, me acuerdo de las noches de vela en el viejo Galpon (el teatro) el original, el de Mercedes y Roxlo, con el viejo y la tropilla de sonámbulos de la « sección títeres » ensayando hasta que pasara el primer « Santa Lucia » para Colon.
El viejo no tuvo nunca ninguna pretensión, fue una persona que carecía totalmente de ego (un puro aego). De él me quedaron las cosas que siempre me sirvieron, como nunca tomar en serio a la gente que se toma en serio, saber que la peor cosa que uno puede hacer (te la hago larga porque la palabra « pecado » no existía en su vocabulario) es pasar la vida respirando al cohete el aire de los demás, de no olvidarse nunca que así seas pintor, músico, escritor o barrendero, sós solo un instrumento que sirve para « contrabandear » cosas entre el invisible y el acá, que lo mas importante es invisible, que lo de mas valor no se puede ni comprar ni vender...
Son principios banales que todos conocen, pero lo exepcional del viejo es que el los aplicaba al cotidiano.
Era iconoclasta como otros son abogados, ingenieros o aviadores, a tiempo completo. Tenía la liviandad del que ve pasar el mundo como un corso de « huecas vanidades».
Su biblia eran las letras de los tangos, sobre todo las de autores anarcos de los 30 y 40, y el último organito podía hacerlo lagrimear.
El famoso « perdona si al evocarte se me pianta un lagrimón » valía para él toda la obra de Zorrilla de San Martin (el abuelo de China) y de Blanes reunidos, una obra de arte del lunfa concentrado por el genio de Discepolo en un solo verso !!!
Era de una intransigencia total con la mediocridad, de donde fuera que venga. Odiaba las odas a « los buenos sentimientos con lágrimas en los ojos », tales como patria, familia y trabajo...
Lo veo llorando de risa contando lo orgulloso que estaba uno de sus amigos porque se había hecho imprimir cartas de visita en la que se leía « Fulano – Artista Plastico ». Se podía llegar a levantar varias veces en la noche para volverla a leer solo para reírse !
Como se reía solo leyendo el Quijote.
Me acuerdo cuando mi mujer lo fue a ver sola, ya estaba muy enfermo en Mercedes, no la reconoció pero le hizo un retrato. Con su memoria enflaquecida, hacia esfuerzos inconmensurables para traer algo a flote, y lo único que le vino fue « eran las cinco de tarde... lo mataron a las cinco de la tarde » como si el cadáver fusilado de Garcia Lorca estuviera en la misma pieza.
Lo veo discurriendo sobre la guita, que nunca pudo entender para que sirve, fuera de corromper y provocar conflictos.
Me veo lléndolo a buscar a su piecita-taller de acá para caminar por las calles con las primeras nieves, para terminar discutiendo de la geometría no-euclidiana en un boliche del barrio latino, con un chocolate caliente y dos croissants.
De su reacción la primera vez que vio un da Vinci original: « QUE ANIMAL !!!» Con los ojos un poco húmedos. (Cuando se refería a Franco, la expresión era « Que bestia » todos conocíamos la abismal diferencia que había entre « bestia » y « animal », los demás no captaban el matiz...)
En los museos él los tuteaba, a Leonardo y a Vicente, Raúl, Paul, Henri, etc... « los muchachos » como decía un amigo pintor de su juventud montevideana !
Uno de ellos, Antonio Lista, le mando para su entierro 12 rosas rojas para que pusieran dentro del cajón « en memoria de Stalin » al viejo, que nunca quiso adherir a ningún Partido !!! Hasta lo último atrajo el absurdo como un imán.
Cuando llegué a Mercedes para su entierro, después de muchas peripecias (llegaba a mi casa de haber pintado un tanque de petróleo en el puerto de Vejle en Dinamarca con « Piotto » Charruti y « el canario » Carlos) me entero que ya habían arrancado varias veces hacia el cementerio y vuelto para atrás, y todo esperando que yo llegara a Mercedes, lo que fue todo un rompecabezas logístico, ahí ya me dije que eso parecía inventado por mi viejo ! No se si paso otras veces en la historia de Mercedes, pero parecía que solo al viejo le podía pasar !
Pero una vez allá, cuando después de ponerlo en un nicho, Cabezudo, gran amigo de toda la vida (mucho antes de mudarnos a Mercedes) en medio de un silencio total largo de su voz estruendosa como para que escuchen todos los inquilinos del cementerio : « Che, tu viejo ! Mira que murió como vivió, tres veces lo tuvimos que enterrar !!! Ahí me dije que sí, sin lugar a dudas, el guión estaba escrito de antemano por el viejo en una ultima broma, de las de él.
Me pareció el mejor homenaje que un amigo, conociéndolo bien, podía haber hecho.
Era un infatigable trabajador, un « obrero » (el que hace una obra) y a la vez un incondicional de la pereza, (la paradoja nunca lo detuvo, otros, por falta de imaginación, le llaman « contradicciones ») « hay que hacer como la natura, ella siempre toma el camino del menor esfuerzo ».
Adoraba por encima de todo el absurdo, Homero Manzi, y a los « amantes humildes ».
Los ladrones de gallinas y las prostitutas de barrio, eran para él las personas mas respetables en esta tierra, que supongo que ya entendiste, la consideraba como pasablemente hipócrita, aunque no le otorgaba el rango tan codiciado de absurda. No era su finalidad, pero espero que haya servido de modelo para algunos.
Estoy seguro que si tuvo un momento de lucidez antes de irse, se debe haber dicho « al fin voy a saber que hay del otro lado ! » como un chiquilín el día de reyes, la ñata contra el vidrio, en un azul de frio...
Si querés verlo, y tenés imaginación para llegar hasta allí, esta garabateando en una servilleta, en el Cafetín de Buenos Aires, como todos los días.
(*) Las dos fotografías de Jaime Parés fueron realizadas por Héctor Rodríguez Cacheiro. Los dibujos que ilustran este artículo corresponden a regalos del propio Jaime a Wilson Armas Castro. HUM BRAL publicó un reportaje realizado por Wilson a Jaime, que puede leerse en el siguiente enlace: http://humbral.blogspot.com/2011/01/instantaneas-solidarizadas-jaime-pares.html
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