viernes, 6 de enero de 2012

David Alfaro Siqueiros
José de Jesús Alfaro Siqueiros, mejor conocido como David Alfaro Siqueiros, nació en Ciudad de México el 29 de diciembre de 1896, y murió en Cuernavaca el 6 de enero de 1974. 
Quienes pretendemos incursionar en el arte mural; que hemos sentido la adrenalina que provocan 12 horas sobre un andamio-aún sabedores de su complejidad- e insistimos en el valor testimonial de esta disciplina, no podemos dejar de recordar hoy a este Maestro considerado uno de los tres exponentes del muralismo mexicano junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco.

Pintor y muralista mexicano. Activo políticamente desde muy joven, interrumpió sus estudios de arte para alistarse en el ejército de Venustiano Carranza. Al finalizar el conflicto, se trasladó a Europa para continuar sus estudios.
Tras su regreso a México en 1922, participó en la elaboración de los murales de la Escuela Nacional Preparatoria. Durante toda su vida viajó por varios países, sobre todo Estados Unidos, Rusia, Argentina y Chile, a veces por motivos profesionales y otras por motivos políticos. Estuvo dos veces en la cárcel en México, la primera en 1930 y la segunda en los años sesenta.
Siqueiros fue, junto con Rivera y Orozco, uno de los padres de la escuela muralista mexicana. Al igual que ellos, compartió su fervor por la revolución y la exaltación del pasado precolombino, siempre desde un enfoque nacionalista y marxista, que plasmó en un arte de dimensiones monumentales y gran fuerza dramática.
Buena muestra de sus frescos está expuesta en el Sindicato de Electricistas y en el Palacio de Bellas Artes de México, en la ciudad de Chillán (en Chile) y en la Chouinard School of Art de Los Ángeles. Dos de sus títulos más conocidos son Proceso al fascismo(1939) y Muerte al invasor (1940), este último dedicado a la conquista de América.
Su obra se caracteriza por el dinamismo y la movilidad compositiva, así como por una búsqueda de efectos dramáticos mediante el uso de la luz y el tratamiento escultural de las figuras y los fondos. Contiene además, un fuerte componente didáctico capaz de reunir pintura, escultura, y arquitectura en pos de una nueva dimensión artística cuyo punto de partida es la realidad. Su anhelo por conseguir una reciprocidad entre las diferentes técnicas  pictóricas y la más moderna tecnología, le llevó a crear un taller de arte experimental en Nueva York.

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