La Troupe
Ateniense
Sus integrantes fueron
destacados músicos y cantantes, varios de ellos, luego fueron
exitosos profesionales y reconocidos empresarios. En aquel núcleo de
estudiantes intervenían Ramón y Juan Antonio Collazo, Roberto y
Raúl Fontaina, César L. Gallardo, Victor Soliño, Adolfo Mondino,
Gerardo Matos Rodríguez, los futuros arquitectos De los Campos,
Puente, Tournier, Ciurich, Artuccio y el futuro secretario general de
la OEA, José© Mora Otero.
Bajo su humor no se
salvaba nadie, políticos, profesores, el Príncipe de Gales,
Jacinto Benavente, los Tres mosqueteros, los jugadores de fútbol,
los periodistas y hasta Romeo y Julieta.
En 1927, durante una
celebrada burla a la obra de Alejandro Dumas “Los tres
mosqueteros”, en una de las escenas donde los famosos espadachines
se toman un descanso en sus duelos de capa y espada, para escuchar
unos tangos, surge la voz de un joven de nombre Alberto Vila, quien
posteriormente seguiría su carrera en Buenos Aires y se
convertiría en uno de los máximos exponentes de la canción
ciudadana en los años 30.
Muchos de los lujosos
trajes, que siempre lució la troupe, eran realizados por un conocido
modisto de la época de apellido Valiante, quien afirmaba que la
mejor vidriera para sus creaciones, eran las “musculosas damas
atenienses”.
Cuando se encontraban en
lo mejor de su fama y prestigio, los integrantes de la Troupe
Ateniense, lograron que el Club Atenas tuviera su sede propia.
Con lo obtenido por las
recaudaciones, compraron, en agosto de 1926 la casa de la calle
Reconquista 519, frente al Templo Inglés. La casona era famosa por
tener una enorme escalera de caracol y allá estuvieron durante
treinta años, hasta la mudanza que los llevó al corazón del barrio
Palermo en Cebollatí 1434, donde comenzaron una nueva etapa con
gimnasio incluido.
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