Apuntes de pintura
Ángel Juárez Masares
Retomando esta pequeña sección que alguna vez iniciamos en
estas páginas, y que luego se la llevó la propia dinámica de la publicación,
veremos algunos aspectos de la teoría básica del expresionismo. Según fue
formulada por Kandinsky, es una teoría de aplicación universal: se refiere a la
psicología humana en general y no a las características de una raza
determinada. La obra de arte –dice Kandinsky- es la expresión exterior de una
necesidad interna, y aunque Worringer podría insistir en que esta necesidad
interior se genera únicamente en un ambiente determinado, basta mirar un
momento al mundo moderno para comprender que las fronteras de la Edad Media no existen
ya.
La ansiedad metafísica es actualmente una condición global
de la humanidad. Lo que queda para distinguir
a un pueblo de otro (o a un hombre de otro), es meramente el grado en
que los pueblos (o los hombres) tienen conciencia de esta ansiedad. Podría
decirse que el constructivismo es una sublimación inconsciente de ese estado
mental; el equivalente moderno del adorno lineal y la arquitectura
trascendental góticos. La misma tendencia tienen los escritos filosóficos de
Wittgenstein y las teorías estéticas de Mondrían. Pero el expresionismo es una
revelación deliberada de esta ansiedad y se hace tan manifiesto en el fauvismo,
el cubismo, el futurismo, y el suprarrealismo, como en los movimientos que
tuvieron origen en Escandinavia y Alemania, y constituyen el movimiento
expresionista en su mas preciso significado histórico.
Sin embargo los expresionistas mas viejos, especialmente
Christian Rohlfs y Emil Nolde, también estaban apuntando con su explotación de
los valores emocionales y simbólicos del color, hacia la posibilidad de darle
al color su independencia, de que poseyera en sí mismo los elementos necesarios
para la representación plástica de la “necesidad interna” de la que hablaba
Kandinsky.
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