DANTE ALIGHIERI, CREADOR
DEL MAYOR POEMA DE LA CRISTIANDAD
Dante (o Durante)
Alighieri fue hijo del primer matrimonio del prestamista o comerciante
Bellincione d'Alighiero con Gabriella o Bella (probablemente perteneciente a la
familia Abati). Tenía una hermana mayor y, tras la temprana muerte de su madre
(h. 1270) y las segundas nupcias de su progenitor con Lapa di Chiarissimo
Cialuffi, gozó también de la compañía de dos hermanastros Francesco y Gaetana.
Nació en Florencia entre
el 15 de mayo y el 15 de junio de 1265; él mismo remonta su linaje hasta su
tatarabuelo Cacciaguida, ennoblecido por Conrado III y muerto en la segunda
cruzada a Tierra Santa en 1147. Pero se tiene por más seguro que perteneciera a
una familia de la nobleza urbana, con pocas propiedades, dedicada desde antiguo
al comercio. De hecho, tanto su padre como su abuelo Bellincione tenían fama de
usureros.
A finales del siglo XIII,
concretamente el mismo año del nacimiento de Dante, Florencia perdió su talante
de ciudad liberal, sometida hasta entonces a la égida de los gibelinos
(partidarios del poder imperial contra el papado), y comenzó un período de
cruentas luchas con los güelfos, a su vez divididos en facciones que, si bien
reconocían su sumisión al papado, entablaban entre sí guerras tan abiertas como
aquellas que los enfrentaban con el enemigo común. Según algunos cronistas, el
padre de Dante había sido gibelino. Otros adscriben la familia a los güelfos.
Es seguro, sin embargo, que Dante perteneció al partido güelfo, y, dentro de
éste, a la facción de los «blancos» moderados.
Sus años de infancia y
juventud coincidieron con los más pacíficos que conoció Florencia en la época,
sobre todo hasta la ascensión en 1295 de Bonifacio VIII al trono de San Pedro.
A partir de entonces, Dante, que ya había participado, como soldado güelfo, en
el sitio de Poggio di Santa Cecilia contra los aretinos (1285) y había sido
jinete en la batalla de Campaldino (1289), también contra los gibelinos, se
adhirió abiertamente a los ideales políticos de democracia e independencia
comunal de los güelfos.
Entre 1295 y 1302 su vida
política fue activísima, si bien únicamente se la conoce por fuentes literarias
(sus propias alusiones en la Divina Comedia) o por documentos o
testimonios no directos: tras inscribirse en el gremio de médicos y especiales,
de 1295 a 1296 fue miembro del Consejo del Capitán del Pueblo, representante de
la autoridad popular en paralelo con la autoridad suprema del podestà;
de mayo a septiembre de 1296, tras cesar en el cargo anterior, perteneció al
Consejo de los Ciento (parlamento de los ciudadanos) y votó las leyes contra
los magnates.
Con el advenimiento de
Bonifacio VIII como pontífice, la lucha entre las distintas facciones güelfas
se agudizó; los «negros», encabezados por los Donati, una familia de magnates,
consiguieron el apoyo incondicional del papa e, inmediatamente, lo que había
sido un enfrentamiento interno de Florencia se tornó en conflicto entre la
ciudad y el papado. Los güelfos «blancos», liderados por los banqueros y
comerciantes Cerchi, fueron derrotados en 1301, en una secuencia de dramáticas
repercusiones para Dante: en junio dio testimonio de su oposición a que fueran
enviados cien hombres que ayudasen a Bonifacio VIII en su guerra en Maremma; en
octubre fue nombrado embajador ante el pontífice y al llegar a Roma fue
retenido por éste en la ciudad. En noviembre, cuando Dante todavía se
encontraba (probablemente) en Roma, Corso Donati, jefe de los «negros», entró
en Florencia y llevó a cabo una terrible represalia contra los «blancos».
Fueron desterrados seiscientos de entre ellos y el poeta acusado de baratería,
fue condenado a un exilio de dos años y a no intervenir de por vida en los
asuntos públicos florentinos.
Beatriz y La vida
nueva
En 1274, a los nueve
años, Dante había encontrado por primera vez a Beatriz, probablemente hija de
Folco Portinari. A los dieciocho tuvo lugar el segundo encuentro; ambos están
consignados en La vida nueva una obra de juventud de
originalísima forma, consistente en una colección de treinta y un poemas
engarzados por una prosa entre conceptual y autobiográfica. Su argumento
recorre los dieciocho años a partir del primer encuentro con Beatriz; los
treinta y un poemas constituyen la cumbre del dulce stil nouvo (denominación
acuñada por el mismo Dante en un verso del Purgatorio), practicado previamente
por los poetas Guido Guinizelli y Guido Cavalcanti bajo la influencia directa
de la poesía provenzal de los trovadores.
Según costumbre de la
época, con once años de edad el joven poeta vio concertado su matrimonio con
Gemma Donati, con quien se casó, probablemente entre 1285 y 1293, y de la que
tuvo al menos cuatro hijos: Giovanni, Pietro, Jacopo y Antonia. Esta última le
sobrevivió y tras la muerte de su insigne padre ingresó en un convento con el
nombre de Beatriz. Pero muy poco se sabe de la vida familiar y conyugal de
Dante; él se ocupó en cambio de consignar para la posteridad los datos
fundamentales de su verdadera vida espiritual y amorosa ligada a Beatriz.
No menos importante que
los encuentros con Beatriz fueron los lazos intelectuales con el humanista
Brunetto Latini, retornado desde el exilio a Florencia en 1266, y el gran Guido
Cavalcanti. Del primero de ellos, Dante aprendió tanto los secretos de la retórica
latina como los placeres de la escritura en lengua romance; fue Latini quien le
proporcionó los modelos para obras de juventud como ll fiore (1295-1300),
en las que Dante adaptó al verso italiano el Roman de la Rose. La
poesía en lengua romance contaba con sólo cincuenta años de vida en Italia
cuando Guinizelli y Cavalcanti, bajo el influjo un poco más lejano del pionero
Guittone d'Arezzo, fundaron la escuela de los fedeli d'amore ('fieles
del amor'), inventaron la figura de la «mujer angélica» (en la que se aunaban
la belleza física y la pureza celestial) y plasmaron la gran poesía lírica
italiana que culminaría en Dante y Petrarca. De allí surgió la imagen de
Beatriz, que asumiría en laDivina Comedia dimensiones teológicas y
filosóficas impensadas.
Se cree que Beatriz
Portinari murió tras un parto en 1290; así pues, tanto el casamiento de Dante
como la publicación de La vida nueva son posteriores al hecho.
El poeta lo consignaba en esta obra, anunciando a la vez la transformación
poética posterior: cuando murió Beatriz, Dante se consoló con una visión en la
que la amada aparecía como parte de la corte celestial, y el poeta se propuso
volver a hablar de Beatriz sólo para decir aquello que nunca fue escrito de una
mujer. Quince años más tarde, en la Divina Comedia, se revelaría el
alcance poético de esta promesa.
Entre 1302 y 1307 Dante
empezó dos obras de madurez: Il convivio (El convite) y De
vulgari eloquentia (Sobre la lengua vulgar). El primero contiene
algunos de los temas fundamentales que desarrollaría luego, acerca de los
cuatro significados de las Escrituras, los dos tipos de alegorías y la
necesidad de la existencia del imperio. El segundo es un manifiesto escrito en
latín acerca de la legitimidad del uso de la lengua vernácula, en el que defiende
la utilización del romance para todos los estilos, incluido el elevado o
trágico.
Se sabe muy poco de sus
actividades políticas y domésticas durante este lustro: en 1303 estuvo en Forli
como consejero de Scarpetta Ordelafi, comandante de los «blancos» mientras que
al año siguiente, luego de la derrota de sus partidarios en la batalla de
Lastra (20 de julio), decidió separarse de su antigua facción; en 1305
posiblemente viviera en Bolonia, un entorno privilegiado desde el punto de
vista intelectual, donde continuó la escritura de las dos obras antes
mencionadas y de donde fue expulsado el 6 de octubre de 1306, para refugiarse
primero en Lunigiana, bajo la protección de los Malaspina, luego en 1307, con
el conde de Batifolle en Casentino y, finalmente, en 1308, en Lucca. Se supone
que meses antes Dante había empezado a escribir el Infierno,
primera parte de la Divina Comedia.
Durante los primeros años
de su exilio Dante meditó largamente sobre la cuestión de las relaciones entre
el poder temporal y el religioso; los primeros resultados de estas meditaciones
son las dos conocidas cartas (de 1308 y 1310), una de ellas dirigida a «todos
los reyes de Italia, a todos los señores de la Urbe Santa, a los duques,
condes, marqueses y pueblos», y la otra a «los malvados florentinos que residen
en la ciudad»; en esta segunda carta abogaba por el acatamiento al poder
imperial. Pero el logro final de estas reflexiones fue el tratado De la
monarquía (1318), en donde se afirmaba que el poder espiritual y el
temporal emanaba directamente de Dios, por lo que el imperio y el papado eran
potestades autónomas.
Si se acepta como fecha
de terminación de De la monarquía la de 1318, se comprueba que
su gestación fue acompañada del progresivo endurecimiento de las condiciones
del exilio de su autor. En 1302, tras la sentencia del exilio, otra le condenó
a ser quemado vivo en caso de retorno a Florencia; en 1311 no se le aplicó una
amnistía general otorgada a los güelfos «blancos»; finalmente, en 1315, se le
condenó a muerte por decapitación en rebeldía, cuando rechazó el ofrecimiento
de un perdón bajo condiciones que consideraba deshonrosas.
Resignado a no volver a
Florencia, en 1318 abandonó Verona y se reunió con sus hijos en Rávena; allí
produjo dos Églogas en latín, y un tratado sobre la Cuestión
del agua y la tierra. Los años finales de su vida fueron
extraordinariamente fecundos: en la dedicatoria del Paraíso en la
famosa carta a Cangrande della Scala (1316), Dante fijó grandiosamente los
alcances de su incomparable Comedia: «El sentido de esta obra no es
único, sino que puede llamársela polisémica, es decir, de muchos sentidos; en
efecto, el primer sentido es el que proviene de la letra, el otro es el que se
obtiene del significado a través de la letra».
Dividida en tres libros o
cantos (Infierno, escrito hacia 1312, Purgatorio, hacia
1315; Paraíso, entre 1316 y 1321), la Comedia está
compuesta por 14.233 versos endecasílabos en terza rima, divididos
a su vez en 100 cantos, uno de los cuales es el prólogo, por lo que cada una de
las tres partes o libros contiene 33 cantos. Narra el viaje del poeta a los
reinos de ultratumba, acompañado del poeta latino Virgilio. A los treinta y
cinco años, Dante se encuentra perdido en la selva oscura; de allí lo rescata
Virgilio, enviado por la Virgen María, santa Lucía y Beatriz. Ambos descienden
al Infierno y recorren sus nueve círculos; luego ascienden la montaña del
Purgatorio y allí, en la entrada del Paraíso, Virgilio da paso a la
bienaventurada Beatriz, quien lo conduce hasta el Empíreo, donde por un momento
el poeta goza de la visión de la divinidad.
La Comedia debe
su nombre, según el saber medieval, a su movimiento ascensional: el asunto es
horrible en el primer libro, pero esperanzador en el segundo y feliz en el
tercero; el adjetivo Divina con que ha llegado hasta nosotros
le fue agregado por la posteridad. En efecto, por su inconmensurable valor
poético, la ambición y alcance de su perspectiva filosófica, la belleza y
precisión de sus imágenes y la perfección de su lengua, la Comedia ha
sido considerada como el mayor poema de la cristiandad.
Al terminar la redacción
del Paraíso, Dante tenía ya la certeza de que su destierro era
definitivo: la imposición de la condena de muerte de 1315, tras su rechazo de
la amnistía, se extendía por igual para su descendencia. En 1319,
probablemente, el poeta se encontraba al servicio del señor de Rávena Guido da
Polenta, quizá con funciones de secretario o preceptor de retórica. A
principios de 1321, el dogo de Venecia amenazó con una expedición punitiva contra
Rávena, a raíz de un conflicto por la explotación de unas salinas limítrofes
entre las dos jurisdicciones, y Dante marchó a Venecia en calidad de embajador
del señor Da Polenta con el fin de apaciguar a los regidores venecianos. El
largo viaje, hecho en pleno verano, por tierra primero y luego por las lagunas
de la costa del Adriático, le fue fatal. A su retorno a Rávena, enfermó
gravemente de la malaria contraída durante el trayecto. Murió entre el 13 y el
14 de septiembre de 1321 y fue enterrado, en medio de solemnes homenajes, en la
iglesia de San Francisco de Rávena.
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