MIGUEL DE UNAMUNO, UN INTELECTUAL POR
EXCELENCIA
Miguel de Unamuno nació en Bilbao el 29
de setiembre de 1864 y murió en
Salamanca el 31 de diciembre de 1936. Escritor, poeta y filósofo, principal
exponente de la Generación
del 98.
Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y
letras en la universidad de Madrid, época durante la cual leyó a T. Carlyle,
Herber Spencer, Friedrich Hegel y Karl Marx. Se doctoró con la tesis Crítica
del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca, y poco después
accedió a la cátedra de lengua y literatura griega en la universidad de
Salamanca, en la que desde 1901 fue rector y catedrático de historia de la
lengua castellana.
Inicialmente sus preocupaciones
intelectuales se centraron en las cuestiones éticas y los móviles de su fe.
Desde el principio trató de articular su pensamiento sobre la base de la
dialéctica hegeliana y más tarde acabó buscando en las dispares intuiciones
filosóficas de Spencer, Sören Kierkegaard, W. James y H. Bergson, entre otros,
vías de salida a su crisis religiosa.
Sin embargo, las contradicciones
personales y las paradojas que afloraban en su pensamiento actuaron impidiendo
el desarrollo de un sistema coherente, de modo que hubo de recurrir a la
literatura, en tanto que expresión de la intimidad, para resolver algunos
aspectos de la realidad de su yo. Esa angustia personal y su idea básica de
entender al hombre como "ente de carne y hueso", y la vida como un
fin en sí mismo se proyectaron en obras como En torno al casticismo (1895), Mi
religión y otros ensayos (1910), Soliloquios y conversaciones (1911)
o Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos (1913).
El primero de los libros fue en realidad
un conjunto de cinco ensayos en torno al "alma castellana", en los
que opuso al tradicionalismo la "búsqueda de la tradición eterna del
presente", y defendió el concepto de "intrahistoria" latente en
el seno del pueblo frente al concepto oficial de historia. Según propuso
entonces, la solución de muchos de los males que aquejaban a España era su
"europeización".
Sin embargo, estas obras no parecían
abarcar, desde su punto de vista, aspectos íntimos que formaban parte de la
realidad vivencial. De aquí que literaturizase su pensamiento primero a través
de un importante ensayo sobre dos personajes clave de la literatura universal
en la Vida de don Quijote y Sancho(1905), obra en la que, por otra
parte y en flagrante contradicción con la tesis europeísta defendida en libros
anteriores, proponía "españolizar Europa". Al mismo tiempo, apuntó
que la relación entre ambos personajes cervantinos simbolizaba la tensión
existente entre ficción y realidad, locura y razón, que constituye la unidad de
la vida y la común aspiración a la inmortalidad.
El siguiente paso fue la literaturización
de su experiencia personal a fin de dilucidar la oposición entre la afirmación
individual y la necesidad de una ética social. El dilema planteado entre lo
individual y lo colectivo, entre lo mutable y lo inmutable, el espíritu y el
intelecto, fue interpretado por él como punto de partida de una regeneración
moral y cívica de la sociedad española. Él mismo se tomó como referencia de sus
obsesiones del hombre como individuo. "Hablo de mí porque es el hombre que
tengo más cerca."
Su narrativa progresó desde sus novelas
primerizas Paz en la guerra (1897), y Amor y pedagogía (1902)
hasta la madura La tía Tula (1921). Pero entre ellas
escribió Niebla (1914), Abel Sánchez (1917),
y sobre todo Tres novelas ejemplares y un prólogo (1920),
libro que ha sido considerado por algunos críticos como autobiográfico, si bien
no tiene que ver con hechos de su vida, sino con su biografía espiritual y su
visión esencial de la realidad: con la afirmación de su identidad individual y
la búsqueda de los elementos vinculantes que fundamentan las relaciones
humanas.
En ese sentido, sus personajes son
problemáticos y víctimas del conflicto surgido de las fuertes tensiones entre
sus pasiones, y los hábitos y costumbres sociales que regulan sus
comportamientos y marcan las distancias entre la libertad y el destino, la
imaginación y la conciencia.
Su producción poética comprende títulos
como Poesía (1907), Rosario de sonetos líricos (1912), El
Cristo de Velázquez (1920), Rimas de dentro (1923)
y Romancero del destierro (1927), éste último fruto de su
experiencia en la isla de Fuerteventura, adonde lo deportaron por su oposición
a la dictadura de Primo de Rivera. También cultivó el teatro: Fedra (1924),Sombras
de sueño (1931), El otro (1932) y Medea(1933).
Sus poemas y sus obras teatrales
abordaron los mismos temas de su narrativa: los dramas íntimos, amorosos,
religiosos y políticos a través de personajes conflictivos y sensibles ante las
formas evident
es de la realidad. Su obra y su vida estuvieron estrechamente
relacionadas, de ahí las contradicciones y paradojas de quien Antonio Machado
calificó de "donquijotesco".
Considerado como el escritor más culto
de su generación, fue sobre todo un intelectual inconformista que hizo de la
polémica una forma de búsqueda. Jubilado desde 1934, sus manifiestas antipatías
por la República
española llevaron dos años más tarde al gobierno rebelde de Burgos a nombrarlo
nuevamente rector de la universidad de Salamanca, pero fue destituido a raíz de
su pública ruptura con el fundador de la Legión. En 1962 se publicaron sus Obras
completas y en 1994 se dio a conocer la novela inédita Nuevo
mundo.
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