JOSÉ
SARAMAGO, Y LA LECTURA IRÓNICA DE LA SOCIEDAD
José de
Sousa Saramago nació en Azinhaga, Portugal, el 16 de noviembre de 1922 y murió
en Tías, España, el 18 de junio de 2010. Fue narrador y ensayista, y recibió el
premio Nobel de Literatura en 1998. Nacido en el seno de una familia de
labradores y artesanos, José Saramago creció en un barrio popular de Lisboa. Su
madre, analfabeta, inculcó en él la sed de saber y le regaló su primer libro. A
los quince años abandonó los estudios por falta de medios y tuvo que ponerse a
trabajar de cerrajero. Luego se desempeñó en una caja de pensiones y más tarde
se dedicó al periodismo, la labor editorial y la traducción. Colaborador de
diversos periódicos y revistas, entre ellos Seara Nova, fue también codirector
del Diario de Noticias en 1975. Se adhirió al Partido Comunista Portugués, por
lo que sufrió censura y persecución durante la dictadura de Salazar. En 1974 se
sumó a la Revolución de los Claveles.
La obra de
José Saramago se caracterizó por interrogar la historia de su país y las
motivaciones humanas. Encontrar las claves por las que un imperio quedó
relegado a un segundo plano respecto al resto de Europa y entender el accionar
del hombre fueron sus preocupaciones centrales. Pero aunque su novelística
tiene como eje vertebrador la realidad de Portugal y su historia, no se trata,
sin embargo, de una narrativa histórica, sino de relatos donde la historia se
mezcla con la ficción y con lo que podría haber sido, siempre a través de la
ironía y al servicio de una aguda conciencia social.
Se dio a
conocer en 1947 con Tierra de pecado, novela de corte realista que no suele
incluir en su bibliografía. Después de un largo período de silencio, en 1966
publicó Los poemas posibles y en 1970Probablemente alegría, colecciones de
poesías en las que, tratando con fina ironía sobre todo los temas del amor y
del erotismo, renovó con vigor el lenguaje poético tradicional.
Autor de
libros de crónicas, de obras teatrales, del volumen Viaje a Portugal (1981), lo
más importante y fecundo de su producción literaria se inicia con El año 1993.
(1975). Saramago se consolidó sobre todo como narrador de gran rigor
estilístico con la novela Manual de pintura y caligrafia (1976), con los
cuentos del volumen Casi un objeto (1978) y con sus últimas novelas. En Alzado
del Suelo (1980) se reveló como un gran escritor. Es una narración histórica
cuyo escenario es el Alentejo, entre 1910 y 1979, y en la que el lenguaje
campesino, el humor y el sarcasmo se conjugan para hablar de la realidad. Con
una prosa poética y una técnica narrativa propia de la tradición oral, trazó un
gran fresco de la sociedad alentejana y dio muestras de haber alcanzado la
madurez estilística superando la tradición neorrealista de la novela rural.
En Memorial
del convento (1981), contando la historia del convento de Mafra, reconstruyó,
gracias a un serio estudio de los documentos, a una hábil dosificación de
perspectivas y a una sabia caracterización de los personajes y del lenguaje, un
período histórico cuyo conocimiento resulta necesario con miras a superar la
crisis de identidad que aflige al portugués de hoy. Su actitud crítica siempre
se hace presente, y así como celebra la belleza de su tierra también señala el
espanto ante un pueblo "sediento de martirio", que asistía a los
autos de fe y a las corridas de toros en el siglo XVIII, o que se alistaba
voluntariamente en las milicias del gobierno de facto en la década del treinta.
Sus novelas
El año de la muerte de Ricardo Reis (1984) y La balsa de piedra (1986)
confirmaron sus grandes dotes de narrador. En la primera, Saramago convierte en
protagonista de su novela a Ricardo Reis, uno de los heterónimos que empleó en
su obra el poeta Fernando Pessoa. Vivo sólo en la imaginación de su creador,
Reis no alcanza a experimentar las emociones propias de un ser viviente. Llega
a Lisboa en 1935, pocos días después del fallecimiento de Pessoa, y se dedica a
recorrer la ciudad y a frecuentar a sus gentes. Dos mujeres, la sencilla Lidia
y la vulnerable Marcenda, conducirán a Reis hasta el límite de sus
posibilidades: al final, prevalecerá su incapacidad para amar. Unas fantásticas
conversaciones con su creador,
Pessoa, a quien se permite regresar brevemente
al mundo de los vivos, acabarán por convencerle de su condición de criatura de
ficción.
Su obra de
los últimos años incluye novelas, diarios y otras publicaciones, conjunto entre
el que deben citarse Historia del cerco de Lisboa (1989), Todos los nombres
(1997) y la obra teatral In nomine Dei (1993). En El Evangelio según Jesucristo
(1991) se deja ver el humanismo de Saramago, enfrentado a cualquier
planteamiento dogmático y que resuena siempre detrás del escepticismo que
caracteriza en gran medida su punto de vista. En Ensayo sobre la ceguera
(1995), advirtió sobre "la responsabilidad de tener ojos cuando otros los
perdieron" y, escéptico pero solidario, se preguntaba si había lugar para
la esperanza tras el nuevo milenarismo que la humanidad estaba viviendo.
Cuadernos de Lanzarote(1997) es un libro curioso en el que, a manera de diario,
cuenta la vida cotidiana y reflexiona sobre el ser humano, el espacio y el
tiempo.
En 1998 fue
galardonado con el Premio Nobel de Literatura. En 2000 apareció La caverna,
relato de resonancias platónicas. En 2002 publicó El hombre duplicado, una
reflexión sobre la esencia de la identidad; en 2004, Ensayo sobre la lucidez,
que recogió sus reflexiones sobre la democracia actual. El autor la definió
como "una patada, una muestra de indignación, de protesta",
defendiendo la utilidad del voto en blanco cuando "los gobiernos son
comisarios políticos del poder económico".
En Las
intermitencias de la muerte (2005) Saramago respondía a la pregunta: ¿Qué
pasaría si la gente dejase de morir? Afrontaba así el tema de la muerte a
través de una parábola: en un país imaginario la muerte deja de existir, y
todos sus habitantes se convierten de pronto en inmortales. Posteriormente,
aparecieron las novelas Las pequeñas memorias(2006), un libro autobiográfico en
el que regresó al entorno de su niñez y adolescencia; El viaje del elefante
(2008), mezcla de realidad y ficción sobre el trayecto que un elefante asiático
realizó por media Europa durante el siglo XIX, y Caín (2009), su última novela,
en la que el autor compuso un mordaz recorrido por varios pasajes del Antiguo
Testamento.
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