viernes, 6 de diciembre de 2013




Arturo Madrid Lindsay




Hace 15 años, el 18 de noviembre de 1998  recibían sepultura los restos mortales de Arturo Madrid Lindsay.   Había desaparecido el 12 de noviembre y el 17 fue hallado ahogado en la cañada Mujica, muy cerca de la desembocadura con el río San Salvador. Un hecho anecdótico, una tragedia familiar más, y que golpeó muy fuerte a quienes  hacemos HUM BRAL, por la amistad que nos unía. “Descendía de fundadores del poblado Espinillo y más tarde de Villa Dolores, y había nacido en el Departamento de Colonia, proximidades de Conchillas, el 29 de julio de 1943” rememoró el periodista Ángel Eduardo Bing (Periódico Centenario 12/12/1998). “Madrid dirigía y escribía hasta  mediados de 1994 el semanario “Tiempo de Dolores del San Salvador”, continuador de “Tiempo”,  otra hora fundada por él, con amigos de su generación, que tuvo buena circulación en esta ciudad, entre 1989 y fines de 1992. Hijo de un hogar modesto, su padre, que era herrero, lo inició temprano en los oficios manuales y el muchacho se formó  carpintero, al  tiempo que estudiaba en el Liceo “Dr. Taruselli”, mostrando sus cualidades intelectuales en grupos culturales que se organizaron en ámbitos de  la Parroquia, tiempos del padre Chiavone, el profesor Teófilo Osorio Ramos, la educacionista Olfa Martínez y otros. Su fe católica le acercó activamente a la Iglesia doloreña, que encabezaba don Teodoro Waller, de la que fue diácono por varios años, mientras bajo la dirección del padre Aurelio Paredes estudiaba licenciatura en Teología. Arturo Madrid Lindsay se destacó como un inteligente  y hábil narrador y ensayista obteniendo premios y menciones en diversos concursos literarios a nivel nacional e internacional. Tenía prestigio de hombre de letras y entre 1962 y 1966 integró la Comisión de Cultura de Dolores”. Esta breve semblanza es quizá la única aparecida en la prensa sorianense dando  cuenta de la desaparición física de  Arturo, “El Carcamán barburo” como lo bautizó su amigo Roberto Sari Torres,  un mote del que él parecía sentirse orgulloso.

No hay comentarios: