JOSÉ AGUSTÍN
GOYTISOLO
José Agustín Goytisolo nació en Barcelona el 13 de abril
de 1928 y falleció el 19 de marzo de 1999. Poeta de la Generación del 50, su
obra fundió la experiencia individual y el compromiso social. Il ntegrante de la
llamada Escuela de Barcelona, junto con Carlos Barral y Jaime Gide Biedma,
cursó estudios en las universidades de Barcelona y Madrid, licenciándose en
derecho. Hermano mayor de los novelistas Luis Goytisolo y Juan Goytisolo, destacó especialmente como poeta, aunque también llevó
a cabo una importante labor como traductor, además de escribir artículos sobre
literatura y unos pocos cuentos. Su obra ha sido profusamente estudiada por
ensayistas y críticos literarios.
José Agustín Goytisolo es uno de los poetas de los años
cincuenta (entre los cuales destacan Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, José Ángel Valente y Claudio Rodríguez) en los que aparece con mayor claridad una nítida
conciencia generacional, que se caracteriza por el rechazo estético de la
primera posguerra y la afirmación ética de entronque machadiano, como puede
apreciarse en el poema Homenaje en Colliure, perteneciente a Claridad.
Su obra poética, extensa, variada y con una gran carga
autobiográfica, se encuentra en la línea del realismo social, de acuerdo con
las ideas políticas del autor, y resulta ser una exposición permanente de sus
compromisos éticos, sin dejar por ello de estar imbuida de una intensa nota
intimista. No obstante, su poesía no es en absoluto panfletaria: ya en 1965,
Goytisolo dejó claro que "la función de la literatura es, a la vez,
estética y social (...). En la medida en que me ha sido posible, yo he
procurado siempre sustraerme de los peligros de una postura excesivamente
simplista a fin de no caer en la tentación de confundir los nobles sentimientos
con la buena poesía".
Característica de su obra es la recreación del propio
entorno (personal, familiar, social) expresada a través de registros que van
desde la denuncia seca hasta la ironía y la sátira: el autor contempla el mundo
que le rodea desde una perspectiva extremadamente crítica, presentada con
frecuencia a través de registros del humor, lo cual es una de las constantes de
su producción. Esta denuncia se llena de energía y sarcasmo cuando se refiere a
las realidades sociales más próximas al propio escritor, en especial cuando
trata de los usos y costumbres de la burguesía.
Otra faceta importante de su obra es el interés prestado
a la propia poesía y al oficio de poeta; sus ideas al respecto sufren una
evolución: en un principio, el autor, en consonancia con la poética del
realismo social, aboga por el compromiso político; a partir de Bajo
tolerancia, considera que el poeta es un ser distinto al resto de los
hombres, cuestión que antes había negado de forma manifiesta en el poema Un
hombre, incluido en Claridad.
La actividad literaria del autor se inicia con El
retorno(1955), libro que mereció un accésit al Premio Adonais de 1954 y en
el que aparece por vez primera el tono elegíaco presente en una parte
importante de su creación. Se trata de un largo poema a la muerte de una mujer,
identificada con su madre, que había fallecido en uno de los bombardeos de
Barcelona durante la guerra civil, en el que suma componentes nuevos a los ya
propios del género de la elegía.
En los dos libros siguientes, Salmos al viento (1958,
Premio Boscán) y Claridad (1960, Premio Ausiàs March), se pone
de manifiesto el carácter crítico del poeta al rebelarse por medio de la
denuncia contra un entorno exterior mediocre y una sociedad asfixiante. Salmos
al viento es una obra en la que la amargura de la experiencia anterior
y la producida por la situación sociopolítica quedan reflejadas por medio de
una ironía y un sarcasmo que transforman la realidad, deformándola
monstruosamente y ridiculizándola. Claridad, por su parte, se
caracteriza por su marcada impronta autobiográfica, por el continuo recuerdo de
Antonio Machado y por su tono coloquial, pues Goytisolo en esta
época "intenta escribir para todos". Estas tres primeras colecciones
de versos del autor quedarían reunidas poco después en Años decisivos (1961).
El compromiso político seguirá presente en sus siguientes
libros, Algo sucede (1968) y Bajo tolerancia (1973).
En Algo sucede recrea temas que ya había tratado con
anterioridad, como la poesía y el oficio de poeta, el realismo crítico y la
autobiografía. En Bajo tolerancia, una de sus obras más
sobresalientes, conjuga hábilmente ironía y lirismo, denuncia y expresión
ligera. En cuanto a la puntuación, será la primera vez que haga desaparecer las
comas y los puntos y coma; por otra parte, se observa un enriquecimiento
temático concentrado en la intensificación y en un nuevo tratamiento y
ampliación de motivos anteriores.
El volumen Taller de arquitectura, de 1977,
que apenas contiene materiales inéditos, se centra en los temas urbanísticos y
arquitectónicos, debido probablemente a su trabajo por estas fechas en el
Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill. Dichos temas ya se anunciaban enBajo
tolerancia, de donde proceden parte de los poemas. Del tiempo y del
olvido, de 1977, y Palabras para Julia, de 1979, vuelven a ser
dos libros recopilatorios de composiciones ya publicadas. El segundo, dedicado
al cantante Paco Ibáñez, reúne textos que abarcan toda la trayectoria poética
del autor y un solo poema inédito, que da título a la colección y hace
referencia a la hija del poeta.
Su siguiente obra, Los pasos del cazador (1981),
supone la culminación de su interés por el empleo de formas y motivos de la
lírica tradicional castellana, presente a lo largo de toda su producción. A
veces gran amor (1981) y Sobre las circunstancias (1983)
vuelven a ser recopilaciones de poemas ya publicados, junto con unos cuantos
inéditos. La primera se centra en la temática amorosa; la segunda refleja el
mundo de la burguesía a través de la ironía y el sarcasmo. Final de un
adiós (1984) es una obra en la que vuelve a la temática elegíaca de su
primer libro, también presente en El rey mendigo (1988), libro
de tono melancólico y desengañado en el que la sensación de decadencia y la
proximidad de la muerte son patentes.
Ya en los años noventa publicó La noche le es
propicia(1992), una efímera historia de amor que le valdría el Premio de la
Crítica de 1993, la Novísima oda a Barcelona (1992), en doble
versión catalana y castellana, y Cuadernos del Escorial (1996).
En los años ochenta había publicado cuatro cuentos cuyos títulos responden a
los personajes de un poema suyo que había alcanzado gran fama al ser
interpretado por Paco Ibáñez: El príncipe malo (1983), El
lobito bueno (1983), La bruja hermosa (1984) y El
pirata honrado (1984). Dicho cantante puso música con notable éxito a algunos
de los poemas de José Agustín Goytisolo, de quien era amigo, y con el que
realizó en la década de los noventa un espectáculo poético-musical en el que el
autor recitaba sus propios poemas.
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