Susana
Romano Sued
sus respuestas y poemas
por
Rolando Revagliatti
Susana
Romano Sued nació
el 27 de mayo de 1947 en Córdoba, capital de la provincia homónima,
donde reside, la Argentina. Es Licenciada en Letras Modernas (1971) y
Licenciada en Psicología (1988) por la Universidad Nacional de
Córdoba, así como Doktor der Philosophie (1986) por la Universidad
de Mannheim, República Federal de Alemania. Desde 1990 es profesora
titular de Estética y Crítica Literaria Moderna en la Facultad de
Artes de la UNC. Pertenece desde 1997 a la carrera de investigador de
CONICET Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas,
en la que ha obtenido la categoría de Investigadora Superior. Ha
participado en congresos nacionales e internacionales y ha dictado
conferencias, cursos y seminarios en universidades de Sudamérica,
Estados Unidos, Canadá, países europeos y Japón, además de formar
parte de cuerpos académicos y científicos de numerosas
universidades de su país. Fundó y dirigió entre 1989 y 1999 la
revista “E. T. C.”, de ensayo, teoría, crítica, de la Facultad
de Filosofía y Humanidades de la UNC, recibiendo en 1992 y 1994 la
Distinción Máxima de Docencia e Investigación de dicha
universidad. En el género ensayo publicó tres libros que recibieran
el Premio Fondo Estímulo Editorial de la Municipalidad de Córdoba:
“La
diáspora de la escritura. Una poética de la traducción poética”
(1995),
“La
escritura en la diáspora. Poéticas de traducción” (1998)
y “La
traducción poética”
(2000); además, “Travesías,
estética, poética, traducción” (2003),
“Consuelo
de lenguaje” (dos
ediciones: 2005 y 2007). “Dilemas
de la traducción”,
obra de ensayo que fuera distinguida con Mención Especial del
Ministerio de Cultura de Buenos Aires, se encuentra en proceso de
edición en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Fueron editados sus poemarios “Verdades
como criptas” (1981;
Primer Premio en el Certamen Nacional de Poesía “Luis José de
Tejeda”, de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de
Córdoba), “El
corazón constante” (1989),
“Decantar”
(1990; Premio publicación antología Ediciones del
Dock),“Escriturienta”
(1994;
Premio Fondo Estímulo Editorial Municipal), “Nomenclaturas
/ Muros” (1997),
“Algesia”
(2000),
“El
meridiano” (2004),
“Journal”
(2009),
“Parque
temático”
(2011),
“Algo
inaudito pasa. Antología personal”
(2014, Colección Itinerarios de la Universidad Nacional del
Litoral). Poemas suyos, algunos traducidos a varias lenguas, fueron
incluidos en volúmenes colectivos: entre otros, “Lyrik
aus lateinamerika”,
1988, Frankfurt; “Ireland
poetry”,
2003;
“En el país de los sueños posibles”,
México DF, 2008. En 2007 se publicó su novela “Procedimiento.
Memoria de la Perla y la Ribera”
en la Editorial El Emporio, Susana Romano Sued con Luisa Valenzuela |
1
— “Las hablas babélicas de los familiares: padres,
abuelos, tíos, primos.” Así comenzás a responder en
2011 un cuestionario de tu coterráneo, el poeta Alejandro Schmidt.
SRS
— Dada la condición multilingüe de mi familia, en la que el
árabe, el ladino, el hebreo, el idish, el inglés y el francés
concurrían en charlas y lecturas, en canciones y bailes, en
recitados y cuentos provistos por los mayores, a nosotros,
descendientes de distintas generaciones, desde temprana edad me
interesé por la lectura, la escritura y la traducción, actividades
que practiqué en forma continuada en múltiples géneros. Mi
inserción en la comunidad social a partir de la escuela y la
universidad, en calidad de estudiante y docente han sido y son el
marco de desarrollo de mi escritura y del fortalecimiento de los
vínculos de dichas instituciones con la sociedad, estableciendo y
profundizando sus intercambios y lazos de múltiples y variadas
maneras. Practiqué la escritura de la poesía ya desde la escuela
primaria, alentada por maestros y por mis padres, quienes poblaron de
libros y enciclopedias los anaqueles de nuestra biblioteca familiar.
Estudié y aprendí francés, inglés e italiano, en institutos y
academias, concluí la escuela secundaria en New Jersey, y traduje
desde muy joven a poetas de esas lenguas, escribiendo yo misma poemas
en inglés, que se publicaron en el periódico de mi escuela de
Woodbridge. Siempre palpitaron en mí el ritmo, la melodía, las
rimas de la poesía.
2
— Quedó mencionado en tu presentación que tu primer libro obtuvo
un primer premio.
SRS
— Sí,
reúne textos escritos desde 197l hasta 1980; en realidad son tres
libros en uno. Constituyó un aliciente y un impulso fructífero para
mi desarrollo artístico y profesional, contribuyendo al logro de una
beca de Doctorado en Alemania, en tiempos de la dictadura
cívico-militar de nuestro país. Miguel Delorenzi, artista
diseñador, fue quien me acompañó en esa aventura, que tuvo tanto
de desventura como de fortuna, pues tuvimos que “declarar” sobre
el contenido y la portada del libro ante los agentes de inteligencia
de la dictadura, pues deducían del título, “Verdades
como criptas”,
de los nombres de algunos poemas, y del diseño de la tapa, una
fotografía de un muro con unas marcas de tiza hechas por Delorenzi
para la diagramación, que podría tratarse de un libro subversivo,
con códigos cifrados y mensajes para la guerrilla. Nos interrogaron
en los sótanos de la imprenta municipal, nos obligaron a modificar
la imagen de tapa, y el libro se imprimió un año más tarde, con
una tirada que fue menos de la mitad de lo que correspondía por el
premio. Fue muy amargo. Con el libro marché hacia Heidelberg, donde
tuvo su primera presentación honrosa, y de donde surgieron
traducciones que luego integraron antologías alemanas. En 2011 se
realizó el evento conmemorativo “A 30 años de Verdades como
Criptas” en un panel de ética y estética en el marco de la Feria
del Libro de Córdoba. Se puede leer la nota en el link
http://www.lmcordoba.com.ar/nota/69988_se-cumplen-30-anos-de-verdades-como-criptas-
, en la cual la poeta Griselda Gómez relata la peripecia del libro,
un ejemplo del trayecto tortuoso de las escrituras en pleno horror
dictatorial.
Como
estuve un par de años bajo vigilancia, y sin acceso a instituciones
públicas de pensamiento (universidad, academias, escuelas, etc.) me
vi obligada a trabajar en el comercio, vendiendo bijouterie y
accesorios. Hasta que pude emigrar con mi familia (esposo e hijo de 5
años) a Alemania, donde viví seis años. Durante ese exilio pude
perfeccionarme en todos los aspectos, estudiando, comparando y
difundiendo literatura de mi provincia, de la Argentina y de América
Latina en el contexto de las producciones alemanas y europeas,
alentando con ello mi propia escritura. En ese contexto di a conocer
la situación de nuestro país durante el terrorismo de estado, las
purgas de las bibliotecas, cuyos títulos eran leídos en el
exterior. De esa estancia surgió mi obra “Males del sur”,
ciclo de poemas que capturan el escenario del horror; uno de sus
poemas, “País de las sombras largas”, obtuvo una distinción de
la Secretaría de Derechos Humanos en 1985. Y más tarde, en 1994,
fue un capítulo del poemario “Escriturienta”.
Retomando
la experiencia en la dimensión académica, mi desarrollo y
perfeccionamiento en el exterior, en calidad de docente e
investigadora, me permitieron obtener los títulos de Doctora en
Filosofía, Letras, Psicología y Pedagogía, así como de Traductora
Diplomada de varias lenguas, lo cual alimentó a su vez mi desarrollo
escriturario, en los géneros de poesía, narrativa, ensayo, drama y
canción. La investigación comparada entre poesía alemana y
argentina, las cuestiones del vertido de una lengua a la otra,
problemática que fue el tema de mi tesis de doctorado, ha sido una
cantera importante para mi entera producción en todos los géneros,
que entiendo que pueden ser separados relativamente.
3
— ¿Cuándo te reintegraste a la UNC?
SRS
— En 1987, como profesora de Teoría Literaria, y luego de
Estética y Crítica Literaria Moderna. Me ocupé de vincular la
institución universitaria con la comunidad, organizando ciclos y
talleres de lectura, escritura y discusión, en centros culturales,
en Ferias del Libro, en cursos de extensión, en charlas y
conferencias en colegios profesionales, con distintos actores de la
sociedad, como artistas plásticos, músicos, psicoanalistas,
docentes, estudiantes, comunidades y centros vecinales barriales. A
la vez que introduje en las cátedras un espacio para las
producciones de literatura de Córdoba, de nuestro país y de América
Latina, así como di lugar a producciones del hemisferio norte y
Europa, de las cuales en muchos casos hice las traducciones, para
ponerlas a disposición de colegas y estudiantes con la intención de
enriquecer nuestro medio educativo con el intercambio. Destaco, a
manera de ejemplo: la creación y dirección de la Revista “E.T.C.”,
promoviendo la publicación de trabajos académicos nacionales e
internacionales, y el ciclo
“Poeticón”, que diseñé y organicé en la década de 1990 en el marco de la programación de la Feria del Libro de Córdoba; los talleres de la Fundación FoCo Cultural en Villa Azalais con el programa PRIMER (Programa de Recuperación de la Identidad y la Memoria en Redes), en conjunto con Radio La Ranchada y con auspicio de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Córdoba. Asimismo, el ciclo 2005 y 2006 Itinerarios Literarios, “La Cocina de la Escritura” y “Programas de Escritura”, auspiciado por la Fundación Osde. Fundé y dirigí y aún dirijo el sello editorial “epoKé”, que alberga volúmenes importantes de producción intelectual y cultural de autores argentinos y del exterior.
“Poeticón”, que diseñé y organicé en la década de 1990 en el marco de la programación de la Feria del Libro de Córdoba; los talleres de la Fundación FoCo Cultural en Villa Azalais con el programa PRIMER (Programa de Recuperación de la Identidad y la Memoria en Redes), en conjunto con Radio La Ranchada y con auspicio de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Córdoba. Asimismo, el ciclo 2005 y 2006 Itinerarios Literarios, “La Cocina de la Escritura” y “Programas de Escritura”, auspiciado por la Fundación Osde. Fundé y dirigí y aún dirijo el sello editorial “epoKé”, que alberga volúmenes importantes de producción intelectual y cultural de autores argentinos y del exterior.
4
— Hay un par de títulos que me resultan por demás atractivos:
“Topologías de los inclasificables en ‘Sobre héroes y
tumbas’ de Ernesto Sábato” y “Amazonia
Central”.
SRS
— Por el primero tuve la satisfacción de obtener con ese
estudio de la obra de Sábato el Premio Internacional de Ensayo
“Lucian Freud” 2007; posteriormente, en 2008, integró en versión
ampliada el volumen crítico de la obra “Sobre héroes y
tumbas”, coordinado por María Rosa Lojo y editado por la
Colección Archivos Poitiers / Alción-Córdoba. Un trabajo arduo y
riguroso que llevó adelante María Rosa, superando innumerables
dificultades hasta cernir ese volumen imprescindible para la
historiografía de la literatura argentina. “Amazonia Central”
está provista de un estudio crítico de mi autoría sobre el
género “antología”, así como de comentarios sobre cada uno de
los textos. Es el resultado de una larga investigación y numerosos
intercambios con las autoras, que me llevó tres años de trabajo.
Ofrece, además de los cuentos y el estudio crítico, una viñeta
autopoética de las autoras, en las que cada una responde a la
pregunta: ¿cómo concibe un texto?
5
— Es desde 2012 que participás activamente en el proyecto del
Archivo Provincial de la Memoria “Los Tiempos del Exilio”.
SRS
— Allí he aportado mi trabajo en defensa y consolidación de
los derechos humanos, contribuyendo con ciclos, escritos, charlas y
debates abiertos a la comunidad, y con el auspicio de la Secretaría
de Cultura de la UNC. El programa incluye la conformación de un
Álbum del Exilio, en el cual ex-exiliados brindan sus testimonios
acerca de esa experiencia, en muchos casos enriqueciendo con
fotografías, dibujos, objetos, recuerdos, afiches de sus propios
acervos. En ese mismo marco hemos realizado “Los hijos del exilio”,
justamente con la presencia de hijos de exiliados que nacieron en el
extranjero, la muestra de “Libros prohibidos” y la publicación
del “Diario de la memoria”. Éstas son algunas de las
actividades que se desarrollan en el Archivo Provincial de la
Memoria.
6
— Contemos que fuiste secuestrada el 24 de junio de 1977 y llevada
al Campo de la Ribera, donde permaneciste hasta mediados de agosto de
ese año. Y que debiste declarar en octubre de 2014 ante el Tribunal
Federal Nº 1 por “El caso Mackentor”, una empresa apropiada de
manera extorsiva por los militares. Y esto lo enlazo con que nuestros
lectores podrían hallar numerosos comentarios en tu Sitio sobre la
novela —¿por qué experimental?— “Procedimiento.
Memoria de la Perla y la Ribera”.
SRS
— En realidad deberíamos llamarla “experiencial”, citando
la expresión que Silvia Hopenhayn utilizó cuando presentamos en la
ciudad de Buenos Aires la edición 2012 de la novela, junto a Luisa
Valenzuela (autora de una de las contratapas) y Susana Cella, en el
Centro Cultural de la Cooperación a fines de 2013. El experimento
consiste en una dislocación de lenguaje en varios niveles, como por
ejemplo en la gramática, la supresión de todos los artículos
determinados e indeterminados, que se semantizan en tanto figuran la
supresión de lo humano; el abundante uso de gerundios que
fónicamente resuenan como endecha o elegía, un continuum
coral que se corta abruptamente mediante diálogos cuasi dramáticos.
Hay también una lista de nombres propios que son anagramas de
nombres verdaderos de los represores. Así como el recurso de la
dislocación temporal, pues comienza con el día tres, sigue con el
día ocho, hora setentaiseis, de modo que se puede iniciar la lectura
en cualquier parte del libro, pues su estructura es espiralada. Se
trata entonces de un verdadero experimento fono y morfosintáctico,
semántico, retórico y de estructura discursiva, que hace de la
experiencia real un texto ficcional-poético. La obra ha sido
estudiada y comentada abundantemente desde su primera edición, fue
objeto de seminarios en universidades nacionales e internacionales,
temas de tesis de grado y posgrado, está traducida al inglés,
parcialmente al francés y al italiano, y en este momento está
siendo traducida al alemán.
7
— Has dirigido programas multilaterales nacionales e
internacionales de investigación sobre las estéticas y la teoría
de la traducción literaria, sobre las relaciones de la ciencia y la
cultura con el pasado histórico, etc. ¿Es en la actualidad que
estás dirigiendo un proyecto interuniversitario internacional o ya
está concluido?
SRS
— Efectivamente llevo desde hace décadas la investigación
acerca de la importación de discursos bajo la rúbrica “Aduanas”,
pensando la traducción, el traducir y lo traducido como el núcleo
fundamental de los saberes en nuestra cultura. En abril de este año
tuvo lugar el II Simposio Internacional “Aduanas del Conocimiento”,
con participación de estudiosos de la Argentina y de otros países
que han investigado la importancia de la traducción en la
constitución de las disciplinas, sus categorías y sus metodologías,
así como en la creación de lo que conocemos como literaturas
nacionales.
Es
muy interesante constatar que al mismo tiempo en que vivimos en un
mundo de traducciones (y hoy con la web más que nunca) desde los más
remotos tiempos —acaso desde el desastre de Babel…—, y sin
embargo no reparamos específicamente en ello. En el terreno de las
prácticas teóricas, esto es muy notable puesto que los aparatos
bibliográficos en su mayoría provienen de otras lenguas, son
traducciones (cuando no se usan directamente en idioma original, como
suele ocurrir con varias de las ciencias llamadas exactas, físicas y
naturales). En el campo literario hemos leído y leemos las obras
clásicas de variado origen siempre en traducciones. Una práctica
naturalizada. Es realmente milagroso que a lo largo de los milenios
las obras atraviesen toda clase de fronteras empezando por las
lingüísticas. Cruzan geografías, épocas, miradas y contribuyen
tanto a la fundación de géneros, discursos, movimientos,
perspectivas en los ámbitos de llegada.
Estoy
dirigiendo también un proyecto sobre Metapoéticas de literatura de
la Antigüedad Grecolatina y de las letras y las artes de la
literatura argentina y latinoamericana, auspiciado por la Secretaría
de Ciencia y Técnica de la Universidad de Córdoba y por Conicet.
Estos proyectos están radicados en el Centro de Investigaciones y
Estudios sobre Cultura y Sociedad, CIECS-CONICET-UNCOR, en el marco
del Programa Multilateral Interdisciplinario EST/ÉTICAS, que dirijo
desde hace varios años y que articula proyectos asociados
internacionales como el de la UNAM-MÉRIDA, sobre Poéticas y
Pensamiento, el de ÉTICA Y ESTÉTICA en la literatura y las artes
que dirijo en conjunto con la Universidad de Artes Visuales de
Hamburgo, entre otros. Por otra parte, soy responsable junto a tres
investigadoras de CONICET del proyecto “El cine que nos empodera”
y que investiga las producciones audiovisuales del conurbano
bonaerense y las del cine independiente de Córdoba.
8
— Es a quien ha traducido obras teóricas o de literatura de lengua
inglesa, alemana, francesa, italiana y portuguesa —como Georg
Trakl, Gottfried Benn, Höderlin, Ingeborg Bachmann, Brecht, Celan,
Else Lasker-Schüler, Gertrud Kolmar, Sachs, Rilke, Max Bense, Jean
Bollack, Turk, Bernhard Wandelfels, Oliver, Blake, Yeats, Robert
Frost, Pound, Elliot, Theodore Roethke, Ginsberg, Dickinson,
Greenberg, Haroldo de Campos, Lispector, Pessoa, Joao Cabral de Melo
Neto, Cesare Pavese, Eugenio Montale, entre muchos otros— a quien
le pregunto: ¿prevés un volumen
testimonial que reúna una muestra de todos los autores de los que
has dado tus versiones al castellano?
SRS
— Tu pregunta es muy pertinente.
Estoy trabajando en una serie de volúmenes bilingües, una futura
colección, que tiene perspectivas de concretarse en un futuro
bastante próximo. Se trata de antologías críticas, por eso el
trabajo es arduo y lleva bastante tiempo. Hay cuestiones de derechos
de autor vigentes, entre otros aspectos que complejizan las
ediciones. La tarea del traductor, como se llama el ensayo bien
conocido de Walter Benjamin, a la vez que exigente y empeñosa, es un
interesante desafío que impulsa el deseo de escritura, lo que llamo
“agitación de lenguaje”, frase que acompaña los dos nombres que
he dado al universo de la traducción : “la diáspora de la
escritura” y “consuelo de lenguaje”.
9
— ¿A qué autores de habla castellana has traducido a qué
lenguas?
SRS
— Entre varios otros, he traducido
poemas de Gabriela Mistral, de Rafael Alberti, de Sor Juana al
inglés, al francés y al alemán. De Carlos Pellicer al alemán. De
Borges y de Pizarnik al italiano, en todos los casos para ilustrar
problemas de poéticas comparadas en ensayos específicos y en mis
clases.
10
— “Duelo y melancolía en la traducción” es el título de un
artículo que te publicaron en el Nº 0 de “Docta”, Revista de la
Asociación Psicoanalítica de Córdoba, en 2003. ¿Podrá ser que
nos expliques tu enfoque?
SRS
— En primer lugar quiero señalar que
ese ensayo ha sido reescrito varias veces, la última versión se
incluye en el libro “Dilemas de la
traducción”, que está en proceso de
edición en la editorial de la UNAM. La cuestión del duelo y la
melancolía se relaciona con la búsqueda de un objeto, el
objeto perdido por excelencia, que
nunca cesamos de buscar alentados por el deseo. Que en el caso de la
traducción es el significado equivalente que falta, cuando se trata
de sistemas de lengua muy alejados uno de otro, como lo relata el
cuento de Borges “La Busca de Averroes”, que es el que abordo en
el trabajo. Por cierto que es una referencia psicoanalítica,
específicamente freudiana, tomada de su ensayo “Duelo y
Melancolía”. El trabajo del duelo, animado por el deseo, en este
caso el deseo de lengua, y el entusiasmo de la búsqueda, son las
condiciones de consuelo, de restañación por la búsqueda de una
equivalencia, o mejor dicho la invención de una equivalencia, que a
lo sumo será o sería “casi lo mismo” —“Decir
casi lo mismo. Experiencias de traducción”
de Umberto Eco—. La melancolía es el estado de desconsuelo
absoluto que suele terminar en el abandono de sí, cuando se deja de
buscar. El relato de Borges es justamente, a mi juicio, el camino de
la búsqueda de Averroes, que oscila entre el entusiasmo y la
determinación por traducir de Aristóteles, en el incipiente español
de su época, los términos Tragedia y Comedia (que estarían en el
tomo de la poética que se perdió en el incendio de la biblioteca de
Alejandría), cuando en su cultura mahometana la representación
teatral no existe, la cultura y la lengua de llegada. La oscilación,
el vaivén entre entusiasmo, esperanza y desolación es precisamente
la travesía que culmina, como se lee en el cuento con un punto de
llegada, en una equivalencia imperfecta, mutilada, pero una
aproximación probable, como sucede con cada caso de traducción.
Averroes sucumbe, o como enuncia Borges “fracasa”, y él mismo,
el autor, se coloca en la posición, irónica y hasta pícara, pues
también aparece sucumbiendo. Es decir, ha triunfado la melancolía,
con la supresión del sujeto y su deseo. A mi entender se trata de
establecer una perspectiva y una invitación a discutir sobre la
traducción entre culturas, arrancándola del dilema entre posible e
imposible, y colocándola más bien en el horizonte de lo probable…
11
— Retomando la adscripción de “experimental”, Susana: has
producido con el músico Federico Flores la obra “Leer3: Los
Silencios del Sonido”. ¿Quisieras referirte a ella?
SRS
— El Centro España Córdoba organizaba todos los años,
entre otros, un ciclo llamado "Música con todas las letras":
un escritor y un músico o banda de música, enlazados por sorteo,
realizan un trabajo conjunto que se presenta en el Centro en una
especie de "living" y ejecutan en vivo la pieza resultante.
La mayoría de los escritores entregaba a los músicos sus textos y
luego los músicos trabajaban desde su disciplina con esa escritura,
bien musicalizándola, o incorporándola a una música propia ya
compuesta. En nuestro caso, Fede Flores y yo, lo que resolvimos hacer
fue trabajar en conjunto sobre la base de un principio estético: "la
pérdida del intervalo", entendida como la ausencia de silencio,
pausa, detención, en todos los tipos de estímulos que acosan
permanentemente al sujeto contemporáneo, minando la capacidad de
establecer diferencias: todo el tiempo suena música de fondo,
“ambiente”, de radio, de tv, de cintas enganchadas, en bares,
autobuses, restaurantes, negocios, cenas, autos, a veces combinadas y
superpuestas unas con otras. Esto provoca lo que yo llamo "horror
pleni" por oposición al antiguo horror vacui que
atravesaba cierta melancolía de la subjetividad. Al no haber pausa,
detención, espacio en blanco que haga descansar la mirada, el oído,
el ritmo de la sensibilidad, se impiden o mutilan juicios
distintivos, todo se homogeneiza, y por supuesto, ello maltrata al
sujeto. El volumen juega un gran papel, cuyos efectos nocivos recién
ahora se advierten, como la hipoacusia, entre otras patologías
adquiridas por efecto de la cultura global que acosa sin
interrupción. Las advertencias caen en el vacío-lleno, pues la
vorágine arrasa con las buenas intenciones. Y si bien Fede y yo
pertenecemos a culturas que se hallan en las antípodas una y otra,
decidimos sin embargo construir texto y música que hicieran signo
con esas marcas.
Trabajamos
durante más de un mes. Fede es un DJ que usa samplers, y toda clase
de músicas hechas (ready mades musicales, demos), así como se la
pasa registrando sonidos que le hablan a su sensibilidad estética.
Grabamos mi voz leyendo poemas míos que ya existían: “muro de
vacío”, “muro de silencio”, “muro de ausencia”, “muro de
palabras”, por ejemplo, del libro “Nomenclaturas / Muros”
(Libros de Tierra Firme, 1997); también un texto como arte
poética, "escriturienta / cuerperos" (de “Escriturienta”
(Argos, 1994), y fragmentos de “El meridiano” (Alción,
2004 y 2007).
A
la vez, construí los textos específicos para LEERE, que quiere
decir VACÍO en alemán y es homofónico de enseñanza, y por
supuesto acto de leer conjugado en tiempo futuro en castellano.
Federico se ocupó de mezclar las voces y hacerlas salir con otros
módulos grabados (grabaciones de la voz de Cortázar, rascados de
discos de vinilo, composiciones propias hechas por él para la obra
en sintetizador, etc.). Con el material grabado, "actuamos"
en vivo el once de marzo de 2005, con un mínimo guión, él haciendo
funcionar todos sus aparatos, mis poemas grabados saliendo en
sucesivo y simultáneo por cinco bocas de altoparlantes, y yo leyendo
los textos ad hoc, que son descomposiciones de palabras
que se refieren todo el tiempo a la reducción del lenguaje a sus
partículas, incluyendo frases en alemán, entre otros sonidos y
expresiones. Como la performance en vivo no se grabó, hicimos
después un trabajo de edición que nos insumió dos meses y de ello
resultó el cd LEERE.
Fede
Flores es un brillante músico de inscripción hip-hop; dirigió una
banda llamada Locotes, con temas propios conocidos en Argentina y en
Europa, tiene 36 años y un talento excepcional. Ha estado y está
intensamente ocupado con actuaciones en distintos y destacados
centros culturales y en auditorios, clubes y teatros de nuestra
provincia, del país y del exterior. Me interesa insistir en que la
creación de LEERE ha sido conjunta, sobre este principio estético
que desarrollé por escrito y que fue acordado por ambos: "Un
intervalo es la pausa, la espera entre dos momentos de una sucesión,
o la distancia entre dos puntos del espacio, la oscuridad entre dos
cadenas de luz. La detención, ausencia del sonido o del movimiento.
Cuando la sucesión se detiene, emerge sólido, compacto, real, el
vacío. El intervalo implica distancia, intersticio, hendidura, que
adquiere la materialidad y el espesor por delinearse con límites
precisos. Equivale al instante al que nos lanza el artista para la
experiencia del disfrute estético. El intervalo abarca la dimensión
temporal y la dimensión espacial. La pausa deja que se abra el fluir
del pensamiento; es necesaria. La ausencia de la pausa, esa distancia
hueca, en el arte, y la ausencia de conciencia de ese intervalo,
obturan y embotan la sensibilidad y la inteligencia. Se ha perdido el
intervalo, lumínico, sonoro, volumétrico. Los objetos, en una masa
viscosa y envolvente, tienden a ocuparlo todo, forman muros, espesos.
Pero el arte da a ver, muestra, hace oír. Se hace presentación
ostensible, ostentosa, desafía las letosas, que no dan respiro."
Entonces
lo experimental, que también abarca otras obras mías, como poesías
visuales, o lenguajes construidos para la poesía, es un principio
que orienta las búsquedas en las que me embarco. Una aventura, ya lo
dije, experiencial.
12
— Transcribo de una entrevista que le realizaran a Alicia Genovese:
“…para articular su voz, cada
mujer necesita desarticular los significados impuestos en una
cultura. Es un discurso contracultural aunque no aparezca enunciado
así en los textos poéticos. El solo hecho de que una mujer proyecte
su propio deseo ya es contracultural.”
¿Comentarías, añadirías…?
SRS
— El lenguaje de mujer, no
necesariamente inscripto en la condición anatómica, es sin duda
revulsivo con los efectos de desarticulación que menciona Alicia
Genovese. La sociedad patriarcal está hoy jugándose su posición de
predominio, de hegemonía, que entre nosotros ha alcanzado un grado
de violencia sin precedentes. Esto coincide con el empoderamiento de
las mujeres, lo cual suscita, como lamentablemente constatamos cada
día, actos mortíferos de venganza. La escritura es un campo a
desbrozar, para abrirse paso en medio de esa hegemonía, y el costo
es alto. La construcción del canon literario es una muestra cabal de
la posición que consolida un predominio universal e histórico de
varones, y eso tiene como efecto la generación de un contracanon que
termina siendo una discriminación positiva. Es una lucha muy larga,
entre otras, que llevamos adelante las mujeres. En la selección de
poemas al final de esta entrevista, transcribiré mi “Soneto de
mujeres” del poemario inédito “Kalendas”.
Allí se pueden encontrar conceptos que sostengo al respecto.
13
— ¿Sobre qué asuntos de la literatura considerás que se
investiga poco y nada?
SRS
— Creo que es escaso lo que se
estudia sobre literatura traducida como género que convive con todos
los géneros de un sistema literario. Incluyo en ello la importación
de todo tipo de saberes y discursos, no solamente literarios. Merced
a la traducción construimos mundos, lenguas, textos, y conservamos
el acervo de las culturas más allá de las fronteras lingüísticas,
geográficas e históricas. Por eso las traducciones son utópicas y
ucrónicas. Actualmente se están expandiendo las investigaciones del
fenómeno traducción como proceso de transferencia interlingüística,
intersemiótica e intercultural. Investigaciones se desarrollan
puntualmente en algunas instituciones científicas y académicas del
mundo. A las traducciones les debemos los sucesivos enriquecimientos
de las lenguas de llegada. Aunque ahora con los traductores
automáticos digitales, que están creando nuevos lenguajes y hasta
nuevas lenguas, entiendo que dichas investigaciones deben incorporar
necesariamente la algorítmica como campo lingüístico que ha
transformado radicalmente la tradición de la lectoescritura, si es
que no la está empezando a sustituir, lisa y llanamente. Con la
convergencia digital, que ha creado nuevas subjetividades, el acceso
a los acervos culturales se está orientando a lo puramente
audiovisual, y sospecho que las futuras generaciones olvidarán la
letra.
14
— Prologando Jorge Luis Borges su propia “Antología
poética 1923-1977” (Alianza /
Emecé, 1981), este breve párrafo: “Se
de poetas admirables —Enrique Banchs, Arturo Capdevila, Toulet—,
que han sido relegados al olvido, porque no fueron otra cosa que
admirables poetas, que no modificaron el curso de la literatura.”
¿Tu apreciación…?
SRS
— Creo que es un juicio de gusto
personal, de pertenencia grupal e institucional y de época. Siempre
se trata de una convención, por lo tanto es arbitrario. Ya
conocemos sobradamente los “descubrimientos” y redescubrimientos
de valores que en su momento no entraron en el canon por diversas
razones. Y a veces entran por cuestiones de mercado (o mercanon,
como le llamo yo). Existen
innumerables casos en que la literatura, su curso, se modifican por
retroacción, reparando en lo excluido, lo olvidado, lo desechado,
revalorizando sus aportes, que en su momento no fueron tales. Se
trata de políticas de consagración y por lo tanto del ejercicio del
poder en lo que concierne a juzgar. Un ejemplo ya remanido es el
Canon Occidental de Harold Bloom. Últimamente se empezó a
rescatar a Carlos Mastronardi, entre algunos otros, convirtiendo sus
obras en obras de culto. También se re-re-re-rescata a Leopoldo
Marechal. Este año, en junio, hubo un Coloquio muy importante en el
cual se lo colocó en el ápice de la literatura no solo argentina.
Me atengo por el momento a una cuestión de gusto: leo mucho a
Gabriela Mistral. Claro, obtuvo el Nobel… Y los poemas de Ezequiel
Martínez Estrada…
15
— ¿Estimaciones respecto de tu modo prevaleciente de ser alcanzada
por el abatimiento, la desazón, la frustración y de tu modo
prevaleciente de restaurarte, equilibrarte, gratificarte?
SRS
— El abatimiento no me ha sido
ajeno. Y seguramente no lo será. Pero es la condición del ser
humano: atravesado por el lenguaje, sexuado y mortal. Cada uno elige
o queda elegido por una forma de consuelo, de cura. Por el amor, por
la creación artística, por la invención, adquisición y
transmisión de saberes, por la fe. Me gusta la invocación CURATE
IPSUM. La escritura y la lectura son balsámicos. Ser analizante
también.
16
— ¿Tinto, blanco o rosado?
SRS
— Tinto, roble, y en lo posible Pinot
Noir o Cabernet Sauvignon.
17
— Aldo Pellegrini afirmó: “El
humor es el elemento que provee a la poesía de su mayor virulencia.
Acerado como la luz, el humor se constituye en la vanguardia
combativa en pro de la autenticidad del ser. Con su filo luminoso
corta la oscuridad, y aporta el fuego que consume lo muerto y reanima
lo vivo.” ¿Qué poetas o
poemas humorísticos —o donde se asome o despliegue el cinismo, la
burla, la acidez, la chocarrería, lo sardónico, lo punzante, la
parodia, lo corrosivo, lo incisivo, lo zumbón— recomendarías?
SRS
— Los del “Oulipo”: Taller de
Literatura Potencial (Francois Le Lionnais, Raymond Quenau), y sin
dudas Leónidas Lamborghini. Me encanta el libro “Fecunda”
de Livia Hidalgo, de un género incalificable, que es especialmente
poético y humorístico. Así como me capturan las microficciones de
Luisa Valenzuela.
18
— ¿Qué pensás del nacionalismo? ¿Qué es la patria?
SRS
— ¿Debo entender que asimilás
nación y patria? En primer lugar sostengo que es necesario un
concepto muy explicado de nacionalismo, que de lo contrario puede
confundirse con ideologías y corrientes políticas deplorables. La
“nación” es un concepto joven, proviene de la modernidad
europea; es una construcción que surge alrededor de la segunda mitad
del siglo XVIII. Se trata de una entera creación humana que se
realiza en tres dimensiones: la identificación de los ancestros, el
folklore y la cultura de masas.
Estos tres elementos clave de la
construcción de las identidades nacionales tienen lugar en
diferentes épocas y bajo formas diversas, y permiten la difusión de
la idea nacional. Se puede observar entonces que la invención de las
naciones coincide con una intensa creación de géneros literarios o
artísticos y está estrechamente ligada a la modernidad económica y
social. De acuerdo con Anne Marie Thiesse, dicha construcción se
efectúa en detrimento de otras identidades minoritarias o débiles,
ya que cierta parte de la cultura, y también culturas enteras,
pueden resultar ignoradas, sometidas a olvido, censuradas,
discriminadas, en beneficio de otras que se privilegian de acuerdo
con las fuerzas hegemónicas que instituyen la nación. La invención
de la nación al tiempo que se realiza en el campo de las luchas
históricas, políticas, bélicas, de instauración del poder, se
despliega en una narrativa: por medio de actos performativos,
fundantes, discursos que fijan campos simbólicos e imaginarios a
partir de los cuales se gestan políticas y programas, imperativos de
la constitución de comunidades homogéneas, gobernables según la
impronta ideológica y de sistema político económico que informa a
las programáticas de Nación. Es decir que no existe una “esencia”
de nación, sino que se trata de convenciones. Acuerdo con el sentido
éste, y cuando por ejemplo decimos que algo es de raigambre
nacional, identificamos (y nos identificamos) con esos rasgos
distintivos e instituyentes. Sobre todo cuando estamos, estoy, en el
extranjero; ser argentina, manifestarme como tal, me implica en esa
institucionalidad, en esa afiliación, en esa pertenencia. El riesgo
son los fundamentalismos….
Otra cosa, otro concepto es Patria, que merece también un cuidadoso
cernimiento. Una patria puede albergar muchas naciones, como sucede
en Bolivia actualmente. Patria viene de Pater, el que pone la
simiente para generar comunidad, familia, autoridad. A veces se
confunde con el Estado. Depende de la época. Yo me identifico con la
patria argentina, más allá de las efemérides fundacionales y de
las epopeyas que les dan sentido.
19
— ¿Cuáles son tus poemas preferidos de esos poetas sobre los que
tanto has investigado y producido: Gottfried Benn (1886-1956) y Paul
Celan (1920-1970)?
SRS
— De Benn, el entero ciclo “Morgue”.
De Celan, “Tenebrae”, “Psalm” (Salmo), “Es war Erde in
Ihnen” (“Había tierra en ellos”).
20
— Por la fidelidad y entrega a una causa o proyecto, ¿a qué
personas admirás?
SRS
— Las listas siempre llaman la
atención por lo que falta. Pero aún a costa de ese riesgo, admiro
justamente a Paul Celan. También a Sigmund Freud, a Marguerite
Duras, a Ingmar Bergman y a Carlo Ginzburg.
21
— ¿Cómo son los jóvenes hoy en sus vínculos con el saber
respecto a cómo eran cuando vos cursabas tus carreras y cuando te
iniciaste en la docencia?
SRS
— La respuesta, como casi todas, es provisoria, en cuanto a definir
características distintivas. Pues cada año enseño a una nueva
cohorte. Si bien la transformación cultural es enorme desde lo que
se llamó pensamiento único y posmodernidad tras la caída del muro
de Berlín, y aun cuando el estallido tecnodigital global ulterior y
dominante en el presente implica un abrupto corte en la condición
humana, al menos como la conocemos en occidente, puedo decir que
quienes estudian literatura como carrera y acaso como profesión a
ejercer, tienen algunas cosas en común con mi generación de
condiscípulos: interés por la lectura, actitud crítica sobre la
sociedad, o sea posturas políticas fuertes que no significan
necesariamente la pertenencia a un partido o a un movimiento político
específico. Sobre todo encuentro entusiasmo, curiosidad y demandas
exigentes y filosas. Rondan los 22-23 años cuando cursan mi materia.
Con ellos amplío mi inteligencia, y afino la escucha. Aprecio
enormemente esa posibilidad de vínculo en la transmisión.
22
— Del nº 4/5 de la revista
“Literal” (Buenos Aires, noviembre de 1977), Noé Jitrik cita en
su ensayo “Las marcas del deseo y el modelo psicoanalítico”, lo
siguiente: “quien lee
determina a quien escribe”
y “quien lee determina la
forma de un escrito”.
¿Quién lee, quién te lee, cómo te leen, cómo inferís que sos
leída, etc.?
SRS —
Estoy muy de acuerdo con Noé Jitrik, un maestro del que nunca se
deja de aprender. Y su enunciado tiene una actualidad asombrosa. Sé
quién me lee cuando recibo comentarios directos de los que recorren
mis libros. No puedo hacer una generalización. De cada lectura,
ensayo crítico, comentario personal sobre mi obra, me sobreviene el
asombro, encuentro sentidos inesperados, enriquecedores, que a su vez
(re) alimentan mi escritura y mi juicio sobre lo que he escrito.
Durante mucho tiempo se me ha tratado de “poeta hermética”, y
así ha quedado fijado en la idea que muchas personas tienen de lo
que escribo, sobre todo de la época de mis primeros libros. Por eso,
y no sin ironía, escribí mi último poemario “Parque
Temático”. El libro contiene
poemas “herméticos”, los cuales se repiten, pero “explicados”.
Al pie pondré un ejemplo.
*
Susana
Romano Sued selecciona poemas de su autoría para acompañar esta
entrevista:
SONETO
de Mujeres
Del
bullicio del mundo llegan voces
al
femenino y singular oído:
de
siglos y milenios se conoce
Una
mujer, mujeres, otra y mismas
asoman
como madres, como crías
despuntan
en la escena de su día
del
anónimo turbar de las marismas
Sujetas
de dolores y alegrías
donan
de sí los dones y las furias
y
despejan genéricas espurias:
el
común saber se aclara y se desvía
del
prejuicio: no objeto de lujuria
sino
creatura que combate injurias.
*
Casa
de brujas
(in
dubia contra reum)
Breve
el peldaño
y
el respiro breve
hora
que horada
y
al sombrío mueve
y
no hay siglo ni hay año ni nobleza
ni
rastro de entereza
tras
la venda caída tiembla un ojo
y
tras el ojo tiembla la mirada
y
acucia la corriente sin marea
la
ola de dolor que se aparea
fluye
hacia la orilla mancillada
de
la encía y la ingle las membranas
y
no alcanza la tierra prometida
ni
se cierra
como
se quiere el cielo sobre el pecho
tarda
la ida del pozo al otro pozo
lenta
la vida para huir del seso
siega
la mano la mano del artero
y
hay un infierno detrás de los infiernos.
Por
el amigo
y
el amigo del amigo
y
por ti mismo
se
acaban los ausentes
y
te extravía la memoria
y
te confiesas de pecados y delitos
y
de actos malos nunca cometidos
y
de otros dolos nunca ejecutados:
maleficio
de la duda concedido.
(Del capítulo
“ Males del Sur/Shoah”, “Escriturienta”)
*
[La
marea gotea en la llaga sustraída al veneno]
I
La
interrupción
Dos
yacijas:
su
cama de manta rayada,
su
caja funeraria,
las
coronas de flores,
prohibidas
por la religión,
el
espejo del corredor tapado con una tela floreada.
Y
la caja.
La
caja y la cama,
antes
del rito de preparación
hecho
por la mujer de la comunidad,
componía
una unidad con el cuerpo,
una
forma sólida y quieta.
El
cuarto
ahora
era
el cuarto en que se contaba de nuevo
para
un nuevo calendario.
Una
escultura blanda,
desalentada,
vuelta
cosa sin alojo,
sin
huésped.
A
quién le habla uno, al cuerpo, al huésped,
quién hablar.
Al
doble desbocado que susurra la persecución
Al
mayordomo
Al
vecino de más allá
Al
primo segundo que vino desde el extranjero para la condolencia
A
los administradores de la piedad
A
la amiga íntima que se prueba el collar
A
la mujer del rito que viene lavar el cuerpo a solas
Al
oficiante que desgarra un borde de las ropas
En
el desierto que crece a expensas del conjunto.
(De
“Algesia”, Tauro, Madrid, 2000)
*
Vivir en una lengua
Estoy
en silencio. Oigo cómo vienen de afuera los ecos de las voces
mezcladas con la palpitación del cuerpo mío. Tengo este cuerpo, y
este cuerpo soporta los ecos de afuera, ajenos, y los coros de
dentro, ajenos también por estar atrapados en los muros de la
constancia de la lejanía.
Palabras
dormidas, auscultadas por una memoria, de visitas furtivas. Soy una
palabra rota, habito en un recinto de infancia, in fans: el que
no habla; el que no habla, todavía.
Enhebro
los abalorios del habla en una cuerda y escucho las voces que son
ecos; no hablan conmigo; prometo la gravedad de la atención a los
silabeos de las voces ajenas; acopio estos víveres para la travesía
de la lengua.
Sé
que acechan las sirenas: si las escucho el habla de adentro va a
ceder; si no las escucho el paño de sordina que envuelve al habla de
adentro ahogará los ecos que ahora son extraños para el espejo que
le pone la otra ajenidad.
Pero
no; la infancia no es el lugar de donde vengo.
El
callar es un callar adulto, luego de haber practicado el habla, las
hablas, la escritura en el regazo áspero del suelo natal, provisto
aquí y allá por la escarpa de la memoria. Desde allí es que me
arranco; y voy rodeada de mi piel, ropa de dolor.
Es
el mismo grito que no se oye, igual que en la fonación improbable en
las pesadillas.
En
el sueño, tonos y sonidos reverberan en el número preciso del
viaje: en el lugar de los nombres, de las cosas, de los rostros
desfilando a un lado y otro de la despedida.
Son
las consecuencias de la luz despilfarrada en la violencia, el mucho
ver y oír, los cantos rodados que se apilan al costado de la pequeña
tradición.
Veo
que soy un peregrino, y no tengo de dónde venir.
Pronto
la lengua ajena desgarra la delgadez del alojo. Las diéresis, las
siseantes fonéticas se adueñan del breve lugar en mí, de la
reserva en la que han empezado a florecer el soneto, la corona, las
cadencias graves de los once tonos.
Hay
sílabas, palabras alejandrinas que brillan como diamante. Paladas de
frases de arena.
Están
sucias de pronunciación, de significado, de superficie.
En
el umbral de la lengua se alzan las grafías de escritos antiguos; es
el hebreo, es el ladino, el árabe de mis mayores, admonición sobre
la palabra y sobre los treinta y seis justos que sostienen el mundo.
El
hebreo emparentado, mezclado a los dialectos de la aldea,
lejos
de la lengua de los asesinos. Residuos, ruinas, vestigios; el corte
da en la garganta para la prosodia desconocida.
No
me muerde aún el idioma. Apenas ha hundido sus colmillos en el
corazón de lo gregario; la comunidad, deshecha y esparcida por las
diásporas, me confina en lo callado.
Gutural,
materna, la lengua de oriente rumia en la duna y en la alta barda
costea los restos de coral, y sangra.
Carga
los hijos en la espalda; no habla.
Las
rimas gorjean en la melodía del destierro mientras las hablas
desentonan aquí y allá; son las afonías de la despedida, son las
endechas mudas, espigando la orilla del corazón biendicho.
De
noche, los tártaros abandonan el desierto; merodean al borde del
sueño, sacan provecho del cansancio y dejan prefijos encajados entre
las palabras graves, en las arcadas.
Hoy
he cedido a la entonación, a la rima pobre, a la desinencia.
A la
cancelación sonora de la procedencia.
Me
nace una frase monstruosa en un giro de aliento que alberga una pausa
entre tono y tono.
Aguamarina
es una piedra dura, es un peso en el cabo de la cuerda que me mete al
mar.
Tengo
una lengua, una sola, que no es la mía.
‘lbi,
‘lbi, shelí, shelí, mir, mancura.
El
castellano viene a ser vasija, tribu, punta de flecha de obsidiana,
manta funeraria, tango; Andenken; sirve para adornar el
anaquel de la civilización.
Sigfrido
muere sobre el dorso de una carta entremares.
Es
primo de Izmir, y Halebi y Sham y Galizia.
Debo
conservar puro el castellano, bien que haya sido y esté siendo el
idioma de la confesión forzosa; el idioma del mal del sur.
Tenemos
los gestos, me dicen los compatriotas del idioma que han enmudecido
junto conmigo.
La
nave de Islandia está quebrada en el mástil, mientras aprendo a
hablar la lengua de los asesinos.
En
la cubierta de la frase está la piedra de corazón, están los
carbones, está la brasa meridiana, la adormidera apaleada en la
lucha del idioma. Pantanos tragándose los pies.
El
escrito flamea hacia el abra tendida entre los muros de palabras y mi
silencio.
Abajo,
una melena de algas. Sobre esos líquenes no crece tallo, no florece
flor, sólo tradición sepultada de raíz. Los nombres pierden
sostén, ambulan por el recuerdo, simulan ser los mismos. Es la
palabra ajena que labra una anomalía en el corazón, en el alma
forastera.
Trebejos
que se deslizan sin orden, marañas de voces que atestan el umbral de
la razón.
Las
pausas trazan los atajos del relampagueo de las palabras maternas
entre el follaje de la Sprache, Ptehk, shalom, kainenore.
A dónde ir con los cuadernos mestizos, con este injerto.
Una
oración de tenacidad a largo plazo tañe por los crepúsculos y mora
a la fuerza en el rumor de las palabras vecinas: callar, fue nuestra
virtud.
Esa
noticia se pierde en el murmullo. Se pierde
mientras
busca el meridiano. La caracola enmudece; se le pega un luto de
tarde; badajo negro, puente de plata.
El
escrito flamea en el abra tendida entre los muros de palabras y mi
silencio.
Parpadea
de acento en acento.
Habito
en una lengua, que no es la mía.
(De
“Journal. Diario de las cosas”, El Emporio,
Córdoba, 2009)
*
De
camino a leerэ
Para flora
alejandra pizarnik y e. t. a. hoffmann
Frayage
“en el sentido de apertura de una senda o un camino mientras se
transita por ellos con la eliminación de los obstáculos y habilita
el pasaje de los flujos nerviosos”
snr
sin nombre razonable se puede llegar a empantanarse la dicción.
Los
viejos me acompañan desde aquella gran parábola,
les
copio el encaje fallado de la escotadura femoral, y luego apertura
esperanzada
h/
öffnung
Vernünftiger
Name
Empty
reading
Ahora
me toca hablar, porque he dejado en el umbral todos los ruidos,
el
de la gran ola de Hokusai.
Acúfenos
acéfalos gritan tam tam,
oídos de tísica de
premio para la monotonía de stockhausen, casas de varios pisos a
demoler en nueva escala como una obra maestra del futuro
Es para oír mejor el
mazazo de john cage que jugaba con el libro de las mutaciones, como
si fuera azar,
Y era en cambio como
olimpia, llena de lata en los ojos, comandada para hacer silencio,
joder a Nathaniel del otro lado del vacío.
Todas las lesbianas
celebrando la cosecha yerma de la flora, dando mejor aroma a las
reglas femeniles y echándolas al sueño, sintiéndose elegidas por
una hipotética condesa.
Areneros, vengan todos
a rayar los párpados del oído.
e.t.a. hombre de corte
y esperanza
cómo sabías del
derrumbe de quien mira directo al mecanismo,
qué casual, el nombre
mismo de papá que también fue suprimido por su madre,
verdammt
noch mal!
preso
en los brazos prometedores de la parentela
nathan
diosdado
ni
él pudo eludir el ojo malo de la Bella
ni
el lazo rojo atado a la muñeca
esos
ritos están fuera de moda
el
alarido no se pasa con la cinta de medir
ni
las testes se esfuman con leche de higo y parras al tejado
ahora
osho
maestros
sufíes
un
correntino de flecos milagrosos
consejos
aforísticos a la hora del té
una
tetona recita cuadraturas igual que la predictora de catástrofes
climáticas
0101010101010
mercancía
blanda como gel
leer
de
derecha a izquierda en choque de civilizaciones
una
pampa enorme da de beber a los fieles de la madre muerta y abnegada
a
grandes olas, tercera, segunda
primera
de Hokusai
y el
dado
no
por dios pero de azar
póker
de haces
y
punto
Digitur
un
bisabuelo convencido de john cage
frayage
kluft
el
oído atento de ezra pound metido hasta los tímpanos en cangis
solfeados al azar
que
odiaba las usuras
cifradas
en odioso patronímico
pero
optimista al fin
casi
del lado del orgón inventado por su socio estilo imperio
y un
marrano traslasierra más elevada del sur
con
harapos de lengua
en
escorzo hacia la cimarrona cumbre
ach
der freund
Leer
todo leer
depth
is oberfläche überall.
(De
“Parque temático y otros poemas”,
El Emporio, Córdoba, 2011)
*
De
camino a leerЭ o desflora; abolición de la lengua,
explicado
El
signo Э al final de leer es una notación en la teoría de
conjuntos, que significa pertenece a: “CЭx” indica que “x”
pertenece al conjunto “C”. LeerЭ es el nombre de un fonopoema
experimental que creamos en conjunto
con
el músico Fede Flores, cuyo tópico principal es la solicitud de una
pausa, de un intervalo en el ruido global. Además, Leere quiere
decir “vacío” en alemán, y es homófono de Lehre, cuyo
significado es “doctrina, enseñanza, aprendizaje”; en castellano
es la conjugación de la primera persona del singular del verbo leer
en tiempo futuro, y una letra del alfabeto cirílico que corresponde
a la letra Z en su pronunciación.
Ma
schmej? como tengo la hipótesis
de que la brecha entre Flora y Alejandra es lo que desencadena su
escritura, le pregunto, en hebreo, puesto que era judía, ¿cómo te
llamas?
abolirse
la lengua, cortarla con la hoja de la azada y
puesto que su primera lengua, madre, fue el idish, y el castellano lo
aprendió en la escuela, cuando todavía era Flora, y luego escribió,
lo que se dice escribir, poesía en castellano, tuvo que tachar la
lengua materna y paterna, abolirla
quitarla
de raíz
shwer
zu sein a yid, traduzco
del idish: “es duro ser judío”
edictos
del oficio
alquilar
habitáculos vaciados
buma
de rovne aflora en la expulsada. Buma
es en idish lo que Blume en alemán, rosa, o flor, y era el apodo de
Alejandra, su familia venía de un pueblo, Rovne, en la región de lo
que sería Ucrania.
Lalalalalalengua
canta con sordina Lacan
designó como lalangue, lalengua esa lengua primera, la materna, que
nos habla antes de nacer y en la que somos hablados
How
brilliant!
It
is consistent in itself del inglés:
Qué brillante! Es
consistente en sí misma
El
verso parle par lui mème del
francés: habla por sí mismo (reclamando a Mallarmé)
Qué
dicen las palabras, qué captan:
el
trayecto del papel a la mente gritadora de irritación sin intervalo,
von Ideen zu Text pretendo
desvelar el camino que va “de las ideas al texto”//
//todo
marcha a volición: aquí
una inversión de la holofrase: homofonía con abolición
Bruta,
bárbara, se empeñan para dar cumplimiento
al
mesianismo de cantar
refugio
en el medir el pie de verso
de
arrogancia después de que Hegel llamara al asunto por su
nombre Hegel
se empecinó en la muerte del arte, después de que los románticos
llenaran el verbo de pasión
puros
artistas letristas versistas
y
el cantar requetemuerto
ahora
es un consenso de escenarios y listas lo
que llamo el “mercanon” de la literatura
atletas
de medallas y becerros
entrenadores
personales para aguantar la pérdida
lo
bello ya lo gritaba Zimmer como ido, Zimmer
era el carpintero que brindó refugio a
Hölderlin-Scardanelli, autobautizado para cantar su endecha a
Diotima, heterónimo griego de su amada
y
ni siquiera eran astillas del oficio en la madera, el
carpintero Zimmer, en su donación
más
que nada lo severo de la acción
Antonino
alardea Es
Artaud que se golpea insistente la cabeza por su dolor de pensar
le
duele el parietal
Florece
donde yerra
Recluso
Forzado
Concluido Juegos
de palabras que albergan a Flora, y Forclusión (¿del nombre?)
la
belleza de frente
vergeblich
das Fahren inútil
viajar
decía
Benn perlado de sudor hasta la sien cuando
hacía autopsias para su poemario Morgue
hasta
el corazón del mundo
no
hay dote allí donde fulgura la magrancia entre
la voluntad de que no haya cuerpo y la migración hacia el poema
engullir
ese vacío duro, manco,
una
reserva
das
Erhabene del
alemán “lo sublime”, y título de las obras homónimas de Burke
y Kant
the
uncontrollable beauty, del
inglés “la belleza incontrolable”//
la
doctrina de colores
un
legado para la infausta Gretchen Goethe
desplegó su teoría de los colores y desafió a Margarita-Gretschen
en Fausto,
deshojada
al pie de las preguntas
y
la vida.
(De
“Parque temático y otros poemas”,
El Emporio, Córdoba, 2011)
*
Algo
inaudito pasa
Algo
inaudito pasa: es el soplo de Scardanelli al volver griego el germano
O
Sófocles auditando a Hölderlin de oído
Oyentes
y coros en pasarelas auscultan y percuten en el ritmo trocaico
Metacarpo
contra la piel si es hueco se hace audible
Y el
gran caracol ampara el reverbero de los huesos del esqueleto parlante
De
la larga vida femenil
Por
pasar a mejor vida: pasar por delante el juez
de
largo. Pasar a pie sin oír, y obedecer
Pasar
de vivo y por vivo y pasar sobre la barca
desde
un lado y hacia el otro con la moneda y la marca
parca
lengua hacia otra lengua
Pasar
de manos las cartas
No
pasar de voz a letra
Audición
para enemigos
Traspasar
rejas del habla
Pasajear
rendidas cuentas
En
Portbou de Benjamin
Pasar
por esto y lo otro
Por
aquél y por aquélla
Sin
remedio y redimido
Pasar
por alto la orden
Con
la debida obediencia
Pasar
por armas
conciencias
Pasar
por santos y sin seña
Pasarte
a paso en la estrofa
de
una endecha o elegía
Pasar
revista y al paso
Propasarse
en el oído
Sobrepasarse
en el pase
fronterizo
entre fantasmas, entre símbolos e imágenes
Pasar
de letra a la voz
Repasar
la partitura entre las pausas de Cage
Diotima
en Coloratura
Al
pasado en letanía
Caracolas
oidoras del pasar algo inaudito
Justeza
de diapasón: algo maldito pasó
Y
yo escucho y obedezco
Según
concierne
Auditor.
(De
“Algo inaudito pasa”)
*
Entrevista
realizada a través del correo electrónico: en las ciudades de
Córdoba y Buenos Aires, distantes entre sí unos 700 kilómetros,
Susana Romano Sued y Rolando Revagliatti, noviembre 2015.
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario