Dionisio Salas
Astorga y un poemario de película
Luis Benítez
En
ocasiones, leer poesía contemporánea nos brinda grandes satisfacciones. Una de
ellas es descubrir el cosmos poético que nos propone este destacado autor
chileno, residente desde hace años en la Argentina. El poeta,
ensayista, narrador, editor y profesor de literatura Dionisio Salas Astorga
nació en Viña del Mar, Chile, en 1965. Ha publicado en poesía Sentimiento (Valparaíso, Chile, 1982); Sábanas sin flores (2003); Como en las películas (2013), Crónicas Cínicas (2013) y Últimas oraciones (2013), en Mendoza,
Argentina. Su novela Las aventuras de
Cepillo el león fue llevada al teatro en esta provincia y representada
también en Ecuador, con auspicio del Ministerio de Cultura de ese país en 2012. Ha ejercido el
periodismo en la revista Primera Fila, Diario Uno, diario Los Andes y MDZ, de
Mendoza.
Su libro
“Como en las películas” lo muestra dotado de un singular estilo, de sabor
marcadamente agridulce: en él se conjugan la ternura y el sarcasmo, la ironía y
el amor, con una mirada arrojada sobre el mundo actual con tanta ferocidad como
ansias de acceder al conocimiento de la realidad última de las cosas, para
después plasmarla en versos que volverán, una y otra vez, a la memoria de
quienes accedemos a ellos. Es que Salas Astorga ha encontrado el modo de
desplegar una variada polisemia en cada trabajo, cuyas resonancias se empalman
con los núcleos de sentido del anterior y el siguiente, vertebrando el conjunto
de un modo tan compacto que es imposible restarle un ladrillo solo a su
impecable construcción sin que merme esa totalidad que surge ante nosotros. No se trata de simple oficio, que
Astorga lo tiene y mucho; es preciso para ello estar dotado de una alta
sensibilidad y un excelente manejo del castellano. Manejo que llega a renovar
las viejas, usadas palabras, de modo tal que surjan en combinaciones nuevas.
Rejuvenecedor de formas y sentidos, Salas Astorga no practica una “poesía pura”
en el mal sentido de la expresión, sino que sabe teñir de ineludible humanidad
cada poema. Así como Caravaggio nos enseñó
que lo sublime puede encarnar en una piel enferma y unos miembros no
simétricos, de modo similar el poeta chileno nos muestra que lo imperfecto del
amor, lo incompleto del deseo, la condición trunca del sentimiento o de la idea,
cuanto alberga su calidad de ser y contiene también su negación, es uno de los
factores primordiales que revelan la belleza que equivale a una de las formas
de la verdad, como John Keats lo expresó en su momento, aunque por Astorga
visto desde un enfoque presente. Un poeta para recordar, a la hora de elegir
genuinas obras del género.
ASI ESCRIBE DIONISIO SALAS ASTORGA
Esta mujer nos vence
usando su mirada de bandera/ sabemos
que no podremos con su boca
sus esquinas no nos darán amparo
sus pliegues
son tan ásperos como una pesadilla de la
siesta
esta mujer nos vence
arquea sus piernas para espantarnos/
sabe
el tiempo es una burla que ondea en
nuestros ojos
no sumamos ahora un hombre
con todos los hombres que hemos sido
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Prometieron
no repetir
esquivar
las veredas
como si
estuvieran salpicadas de sangre
no doblar
las esquinas
no
contestar la voz de los muertos
penando en
el teléfono
huir de las
sombras/de los árboles
no conocer
sus nombres
prometieron
no escalar la piel con sus dedos
no ungir
las manos en la escama del espejo
que eran
ahora sus ojos
prometieron
sacar las palabras de una orilla
de un
lenguaje pronunciado antes del mundo
que ya eran
(de los libros que los habían escrito)
prometieron
imaginar una casa que los habitara
crucificarse
en sus ventanas cerradas
una casa
que fuera blanda y tibia una lengua
de sábanas
limpias que los lamiera
como una
mascota al entrar
en sus
secretos
quemaron la
escuadra de sus ropas
en cuatro
cajas donaron
su vida
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