"La
Historia no es “turística”
En una
dura carta dirigida al MEC del investigador Roberto Sari Torres
refutó la promoción que se le ha dado a los hallazgos arqueológicos
del río San Salvador. “Se ha venido contando una novela” en
torno a Gaboto, afirmó, en la carta dirigida a la Ministra María
Julia Muñoz.
El
investigador Roberto Sari Torres cuestionó la forma en se vienen
promocionando los hallazgos arqueológicos del río San Salvador,
afirmando que desde 2011 “se ha venido contando una novela” en
torno a Gaboto.
La
Intendencia de Soriano presentó los resultados de la primera etapa
de las investigaciones del Proyecto Arqueológico “Paisaje Cultural
San Salvador”. En la oportunidad estará presente el Dr. José
María López Mazz, destacando la Intendencia de Soriano en un
comunicado de prensa que “como conclusión más trascendente en
este tema, está la comprobación de la presencia de Sebastián
Gaboto en ese lugar en 1527, lo que permite establecer que San
Salvador fue el primer asentamiento español en la región del río
de la Plata”.
“Un
cuento antojadizo”
El
investigador Roberto Sari Torres cuestiona estas afirmaciones
indicando que “lo de la “geopolítica” de Gaboto es un cuento
antojadizo y no más, y que como historia no vale nada porque no es
verdad”. En una carta enviada a la Ministra de Educación y
Cultura, María Julia Muñoz, Roberto Sari Torres refuta estas
afirmaciones promocionadas por la Intendencia de Soriano, indicando
que en ese terreno donde se hallaron las piezas arqueológicas no
pudo haberse erigido el fuerte de Juan Sebastián Gaboto, aunque
reconoce “el valor de lo hallado allí mismo”.
“No
eran chambones ni ignorantes agricultores. Bien sabían qué suelo
de qué lugar era apto para sembrar el trigo euroasiático que
traían en las naves. Lo sabían porque en su memoria genética había
más de 1500 años de experiencia agrícola”, expresa Torres.
A
continuación reproducimos la carta enviada al Ministerio de
Educación y Cultura, donde Roberto Sari Torres esgrime sus
argumentos y refuta la teoría que se ha venido afirmando.
“No
eran chambones ni ignorantes”
“La
Historia no es “turística” sólo cuando se descubre la verdad.
En esta, de los fuertes de 1527 y 1574. Ellos siempre han sido un
gran patrimonio nacional que la larga antigüedad de lo centralista
que es “la muy fiel y .reconquistadora ciudad de San Felipe y
Santiago” (de Montevideo) nunca le dio importancia, ni le prestó
oídos y mucho menos se le aflojó la mano o el cinto para poner
unos pocos “patacones” para alguna obra de investigación y
difusión de nuestra más antigua historia.
Desde
2011 se ha venido contando una “novela” sobre el Fuerte de
Antón de Grajeda (y no de Gaboto). La página periodística que
agrego es la expresión de una teoría ceriada por la vieja leyenda
que se inició en el Siglo XVII; una teoría sin ningún anclaje con
lo objetivo, lo incuestionablemente lógico y el realismo que debió
tener un acto fundacional como el de 1527 en tierras desconocidas por
parte de hombres de gran pericia vital e instintiva.
Desde
antes de 1527, en el agua y la costa de San Salvador yacen muchos
esqueletos humanos; los que comenzaron a encontrarse desde principios
de los años cuarenta, por parte de la maestra de “la Concordia”
María Julia Caballero, la que también fue maestra del suscrito.
Éstos y otros objetos caídos al fondo del río, son removidos
constantemente aguas abajo por la presión tractiva cotidiana con
cauce normal (1,5 metros cobre el cero) por el torrente de más de
200 crecientes: 3,50 a 7,m64 metros, que han tenido lugar en los 487
años transcurridos.
Los
objetos encontrados en el cauce del río es indicativo de la
actividad humana que, alrededor y sobre su hidrovía, ha tenido
lugar durante 5 siglos sudamenricanos, y no hay manera de respaldar
histórica y geográficamente, lo de que Gaboto levantó un fuerte
en la desembocadura baja e inundable del río San Salvador por
razones geopolíticas para mejor controlar el río Uruguay. Esto
parece la tésis de un extraviado e insensato argumento; muy
parecido al de un cura que hace 3.5 siglos dijo que Gaboto levantó
un “fuerte” ahí para defenderse de la invasión de los indios.
Tal es el origen de la indundada “historia”. Gaboto solo tenía
una orden real: navegar por el estrecho de Magallanes y llegar hasta
las islas de las especies. Eso era todo; pero fue atrapado por la
leyenda del “Dorado” y la ambición de un sueño poderoso de oro
y riqueza fácil. No es seria entonces la teoría geopolítica para
sostener un gran error. Para eso eran lugares propicios la península
de Colonia y la punta de Nueva Palmira. Lo de la “geopolítica”
de Gaboto es un cuento antojadizo y no más y que como historia no
vale nada porque no es verdad.
Otro
grave error voluntarista es sostener que “San Salvador” (de
Grajeda -Mayo 1527) y “Santi Espíritus” (Gaboto – junio de
1527) fueron enclaves fundamentales de España por acá; de lo más
raro, porque ni el Rey Carlos V sabía otra cosa más que no fuera
el que Gaboto volviera a España con las “naos” cargadas de
especies y no con “geopolíticas” fluviales y “enclaves”
arrasados por los Charrúas y los Timbúes, además de muchos
muertos y “naos” hundidas. Así que los dos fuertes no eran
causa del reino español sino unas decisiones antojadizas del gran
navegante veneciano, y no otra cosa rara. El desacato le costó la
destitución, aunque después el Rey lo repuso en el cargo de “Piloto
mayor del reino”, pero igualmente se marchó a Inglaterra.
Es de
reconocer el valor de los objetos hallados en el fondo de la
desembocadura del San Salvador, y hay mucho más en los últimos 23
kilómetros del cauce (punta Península Ramospé a punta Amarillo).
Repido, mi reconocimiento al valor de lo hallado allí mismo. Pero no
son el soporte de ningún “San Salvador” de Grajeda. Éste
estuvo 21 o 22 kilómetros aguas arriba, al lado de Dolores porque:
1- todo lo que cae a un río como este, que se precipita de una
naciente de 160 metros sobre el cero, y recorriendo 135 kilómetros
es arrastrado aguas abajo. 2- en la boca el monte original tenía
más de dos leguas de ancho; territorio inundable persistente por
efecto del régimen del río Uruguay, con barrancas bajas y expuesto
al azote del viento SO (pampero) al que ninguna carabela anclada
resistiría el embate. No pudo ser este entonces el “puerto de
Naos” y no eran ningunos chambones aquellos marinos. 3-No eran
chambones ni ignorantes agricultores. Bien sabían qué suelo de
qué lugar era apto para sembrar el trigo euroasiático que traían
en las naves. Lo sabían porque en su memoria genética había más
de 1500 años de experiencia agrícola. Por eso la tierra de la boca
sansalvadoreña no pudo ser la primera chacra triquera del Fortín
de 1527; de esta región triguera del Uruguay y de Sudamérica y
desde donde en enero de 1530 partió hacia España la primera
exportación de trigo, ahora sansalvadoreño.
El
trigo entonces -y no otras cosas- es la “brújula” que guió y
a Grajeda a estas laderas occidentales de la Dolores de hoy, y este
autor así lo ha señalado en planos y en páginas de los libros de
1998 (“Génesis de un pueblo...”) y de 2012 (“San Salvador, el
país de los charrúas”).
4-En
febrero de 1574, previo a fundar “ciudad zaratina” sobre el
mismo perímetro del de “tierra firme” de 1527, tiene lugar el
histórico “Combate de San Salvador”, entre los Charrúas y las
fuerzas del Capitán de Ortíz, Juan de Garay, donde seis caciques
pierden la vida: Zapicán muere a mano de Juan Maniañvo, a Tabobá y
a Abayubá los mató Antonio Leiva; a Anagualpo y a Yandinoca los
mata Juan Vizcaíno; a Mangalona lo mata Osuna. El combate no pude
ser en la espesura del gran monte indígena, sino en el pastizal de
las laderas y llanuras alrededor del fortín de 1527.
5-El
geógrafo Capitán Andrés Oyarbide, monitorea estas costas en el año
1800. Con la ayuda de un baqueano charrúa, tal vez uno de los
Britos de El Espinillo, identifica y baliza en mapa con un punto la
ubicación de los históricos fuertes, incluyendo sus nombres. Con
eso se cae “el verso” del cronista del “Telégrafo Mercantil”
de Buenos Aires. Teniendo a la vista el mapa y siendo su autor
geógrafo y experto marino, como era Oyarbide, al momento de la
verdad no hay dudas para optar por el rastro exacto donde se
levantaron los emblemáticos fortines de la Banda Oriental; los que
-reitero- fueron construidos de palos a pique y tapia de barro
oreado al sol, a 2 kilómetros al Oeste, aguas abajo del puerto de
Dolores.
Sólo
acá hay una teoría del autor combatiendo por la verdad y el
reclamo de un trato justo para confrontar con otras “verdades”
que al parecer del Ministerio de Educación y Cultura (MEC)le presta
con presteza su marco institucional y demás apoyos.
Al
parecer “el culturismo” para consumo y carátula de pasatismos y
turismo, hasta hoy, ha sido la llave para alcanzar apoyos mediáticos
e institucionales a través del MEC, para cualquier cosa que pueda
venderse como y para turismo. ¿Pero y el bien cultural del arte
mismo y la cientificidad de la investigación y la creación
literaria histórica y otras, no deberían tener del MEC, y la
cultura nacional un trato más razonable; y los recursos para
reconocernos mejor a nosotros mismos?”
Roberto
Sari Torres
…...............
Dato
Roberto
Sari Torres (Dolores, Uruguay, 1944) es autor de varios libros. Desde
hace varios años viene profundizando en la investigación histórica.
De esas investigaciones se pudo establecer el lugar exacto de
fundación de la ciudad de Dolores. Es asiduo colaborador de HUM BRAL, especialmente en temas históricos.
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