sábado, 19 de septiembre de 2015

Un buzón demasiado lejos

Este tipo es el gordito de fierro que no sé cuántos años hace que mirando al Sur Oeste, está de referente insignia en esa esquina de la Plaza Artigas, por Asencio y 33. Por su boca "comesobre
s" caían las antiguas cartas de los doloreños de aquel tiempo, que hoy nos llega como el leve aroma de la brisa del noreste levantaba al pasar por los macizos de jazmines que ornamentaban la entrada de la vieja granja de carrera ("los jazmines"; perfumada cuna donde nació Danubio) por esa boca -decía- hoy sólo traga el aire sin tiempo del suroeste y ese otro aire que no se sabe dónde, pero seguro que cuando llega al buzón lo hace con carga completa de viejas nostalgias; melancólicas facetas de una Dolores que se fue tras habernos criado como tal; de esquinas al campo y al río que en 1527 descubrió Antón de Grajeda y que los charrúa se conocían como en Lacán Guazú de su épica existencia en el borde algarrobal del gran monte ribereño. El buzón que ignoraba todo eso, ahora lo sabe, como lo saben otros aquí y en Sydney, la urbe australiana donde nada es raro, ni siquiera un buzón contando un cuento. Lo envié allí una vez, sino más, a competir y a visitar enterados estrados imaginarios en la bella metrópolis ribereña del gran Océano Pacífico. Hasta lo distinguieron con un premio y varios años después me lo regresaron de vuelta, integrando la antología de los estimados escritores que conforman el "Grupo Palabras" en tal luminosa urbe publicaron en 2013, en español y en inglés. O sea que el fierro postal de la “plaza de abajo” es hoy el más audaz y lejano viajero literario que desde este meridiano sansalvadoreño – cual Apolo 11 de papel con letra 12- haya ido y venido de ese otro lado del mundo, de donde nace el sol, a bordo de una antología; con el imaginario y espíritu intacto como el que habita en su férrico interior. En 2015 el doloreño José Cócaro -con muchos años en Sydney- el grupo “Palabras” le confió el hacerme llegar llegar la antología referida, a quien agradezco por su gente por su gentileza y encomienda, y la distinción misma que hace el grupo literario al buzón de la plaza Asencio y 33; todo un internacional viajero entre los hemisferios occidental y oriental.
Por lo visto este buzón está demasiado lejos de todo, pero no tanto de mi ni de los demás coterráneos de esta bella Dolores. La prueba está en cuanto me inspiró en 2004, del austero ornamento allí, su eterna geometría de cilindro yo de cilindro cartero; y ahora también referente y amigo de los escritores de Sydney.


Roberto Sari Torres

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