sábado, 26 de diciembre de 2015

Las joyas ocultas de 


Tristán Narvaja




Hallan en la feria 150 fotografías inéditas, en placas de vidrio, del taller del escultor José Belloni.

ANDRÉS LÓPEZ REILLY
La feria de Tristán Narvaja pone todo en un mismo plano: la antigüedad valiosa y la chuchería; el turista adinerado y el locatario más humilde. Pero además, desde hace más de un siglo, este circuito dominguero lleno de colores y sensaciones es también una caja de sorpresas.
Esta vez fue el hijo del ingeniero Juan Grompone (pionero que automatizó la red de télex en el país a fines de los años 70 y asesor del Plan Ceibal hasta el año 2007), quien tuvo la fortuna de descubrir una verdadera joya oculta en el popular paseo del Cordón.
Rafael Grompone es, al igual que su padre y como lo fue su abuelo, un fanático de la fotografía. Cuando ve cajas con placas fotográficas de vidrio en una feria, las compra sin ver de qué se trata.
"Las compramos porque normalmente quiere decir que son fotografías de 1950 para atrás. Un imagen sobre placa de vidrio es una foto de interés histórico. El rollo se inventó a fines del siglo XIX; nadie saca fotos en placas de vidrio porque sí. Cuando alguien usa placas de vidrio, es por algo. Por eso es que mi hijo y yo las compramos", explicó el ingeniero Juan Grompone a El País.

La sorpresa llegó poco después, cuando con tranquilidad y tiempo abrieron las cajas y se dispusieron a ver qué guardaban. Según comunicó Rafael Grompone al programa En Perspectiva, las placas correspondían a fotografías del taller de José Belloni. Inclusive había evidencias de que esos valiosos registros pertenecieron a la familia del escultor.

"Mi hijo las compró baratas, quizás por unos $ 1.000, un número que es ridículo para tantas placas de vidrio. Son 18 cajas, con unas 150 fotografías. Algunas están muy rotas, otras tienen muy pocas placas", precisó Grompone.
La mayoría de las fotografías halladas son de estatuas o bajorrelieves, aunque hay una o dos que podrían no ser de Belloni. Incluso hay imágenes de bocetos de obras que no se llegaron a concretar.

El ingeniero explicó que la placa de vidrio le daba mucho más "estabilidad" a la fotografía, porque el rollo se deteriora más fácilmente.
"Cuando por 1920 o 1925 se mandó una misión al Archivo de Indias de Sevilla a fotografiar los planos españoles que correspondían a Uruguay, se reprodujeron todos en placas de vidrio, a pesar de que existían las películas. Ese material está en el Archivo Municipal. Es un testimonio histórico y no se obtiene permiso todos los días para ir al Archivo de Indias a fotografiar eso, por lo que fue una buena opción usar placas de vidrio", señaló.

Las obras.

Las imágenes halladas en la feria de Tristán Narvaja revelan la intimidad del taller de Belloni y los procesos de creación de muchas de sus obras. También es notorio que faltan fotografías de algunas de sus esculturas encumbradas, como La Carreta, el monumento a José Enrique Rodó y La Diligencia, por lo que Grompone estima que puede haber otras cajas extraviadas con material similar.

"Mi padre conocía a Belloni y yo estuve alguna vez en su taller. El escultor era un hombre de formación y de una familia suiza, de modo que era muy sistemático para todo. Él tomaba fotografías de sus obras y de los proyectos. A la persona que lo había contratado le mostraba primero los bocetos, una pequeña escultura, sobre los cuales después hacía la obra verdadera. Hay veces que se manda al fundidor un modelo tamaño más chico y es el fundidor el que lo agranda", comentó.
El ingeniero Grompone señaló que se encuentra en contacto con la Comisión de Patrimonio Histórico y que la idea de su hijo es donar las imágenes al acervo público.








"Para mí el destino natural de esto es el archivo de la Intendencia de Montevideo (ahora ubicado en la avenida 18 de Julio 885, en el ex Bazar Mitre), que es el mejor archivo fotográfico que tenemos y tiene salones con temperatura controlada y escáner para placas de vidrio. Yo hice escaneo de algunas placas y fotografié todas, pero no es lo mismo un buen escaneo. Tampoco hemos querido limpiarlas. Hay cosas que las tiene que hacer un conservador", concluyó.

Prolífico escultor nacional.

Entre las obras de José Belloni destacan La Carreta (1919) en el Parque Batlle; La Diligencia (1952) en el Prado y los monumentos a la poetisa María Eugenia Vaz Ferreira (1921); al pintor Juan Manuel Blanes (1947); al Dr. Luis Morquio (1938); a Ansina (1944) y a José Enrique Rodó (1947).
"Rodó era el monumento que más quería; él pensaba que era su mejor obra, aunque los demás pensamos que es La Carreta", comentó una vez su nieto José Alberto Belloni.

Un taller que sigue abierto.

El taller José Belloni cumplió en 2012 un siglo de actividad ininterrumpida, celebrándose ese mismo año los 130 años del nacimiento del escultor, que dejó su impronta en algunos de los monumentos más importantes del Uruguay como "La Diligencia".
José Alberto Belloni, nieto del célebre escultor, dirige el taller de su familia desde 1989 (tras el fallecimiento de su padre). Su abuelo estuvo al frente del taller hasta su muerte, ocurrida en 1965.
Naturaleza, equilibrio e igualdad de razas.
"Para tener idea cabal del hombre y del artista, digamos que como hombre creía por sobre todo en la naturaleza, en los derechos del hombre, en la igualdad de géneros, de razas, y en un mundo más equilibrado entre lo espiritual y lo material. Todo ello consiguió plasmarlo en su obra escultórica, por eso resulta difícil encasillarla en las corrientes habituales. Digamos que es profunda conceptualmente y naturalista en su ejecución". De esta manera describe José Alberto Belloni el legado de su abuelo, uno de los artistas más importantes del Uruguay.

Ya en 1958, siendo apenas un niño de siete años, José Alberto colaboró en el modelado en barro de una de las obras emblemáticas de Belloni: El Entrevero. Desde entonces, ha dedicado su vida a rescatar su legado y a enseñar las técnicas que dieron vida a tantas formas de homenaje en bronce. La conservación del legado de José Belloni también ha movilizado al nieto del escultor, quien trabajó para la Intendencia recuperando algunos de los monumentos más importantes, para lo cual pudo utilizar los planos originales de las obras
, que aún se conservan en la familia.

Extraído de: http://www.elpais.com.uy/

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