El Sabalero:
eterno rebelde con causa
* “El que vende discos, no vende discos, vende un producto económico para ganar plata y lo demás le importa un carajo”
Aldo Roque Difilippo
La muerte de El Sabalero sorprendió a todo el país, repercutiendo también en el exterior. José Carbajal, El Sabalero, una de las figuras históricas más importantes de la música popular uruguaya, fue encontrado sin vida en su casa de Villa Argentina (Atlántida). Casi de inmediato los diferentes portales de Internet y medios de comunicación difundieron la noticia, surgiendo voces de congoja, no solamente de aquellos que lo conocieron, de sus amigos que compartieron escenarios, o de los simples espectadores que tararearon sus canciones a lo largo y ancho del país. La voz y el cancionero de El Sabalero, para los uruguayos, forma parte del acervo auditivo. Con una sensibilidad única que generaba una inmediata comunicación con el público. En Noviembre de 2006 estuvo por última vez en Mercedes. La excusa fue el espectáculo “La casa encantada”, y para nosotros fue la oportunidad para dialogar con él.
Como lo caracterizaba fue frontal al responder. Habló del espectáculo que estaba presentando, pero también de la industria discográfica, "me cansé" del "manoseo al artista" apostando a “arrancar de cero” con un material artístico "más accesible a todos" en lo económico.
La oportunidad es propicia para rememorar parte de aquella entrevista del 2006.
En esta sociedad tan dominada por el vértigo, por la sobrecarga de imágenes e información que muchas veces es difícil de asimilar ¿qué papel juega la canción popular?
-Lo que pasa es que yo no estoy inserto en el mundo actual, sino en el imaginario. Pertenezco a los nómades que andan junto con los uruguayos afuera, y acá en el Uruguay pertenezco a la generación del 60. Yo no sé hasta dónde los botijas, salvo los que están ayudados por la Escuela que cumple una función importante en la difusión de mis temas, hasta dónde a los otros les puede interesar mis canciones. No se. Siempre hay gente joven y chiquilines chicos por alguna canción, por “Chiquillada”, por “Villa Pancha”, o por “A mi gente”, pero no se si realmente los entusiasma en serio o simplemente vienen por curiosidad. Porque es curioso que gente de sesenta y pico de años ande cantando y viviendo de esto y recorriendo el mundo con esto.
Mi trabajo afuera del Uruguay es un poco una ilusión. Voy a las colonias uruguayas y canto lo que ellos extrañan, porque además se ha ido mucha gente grande.
No se van los botijas de 18 años, es toda gente que ha quemado naves, que cuando la enorme crisis de 2002 tuvo que borrarse, irse; entonces esa gente se llevó el Uruguay en el que yo estaba.
Entonces cuando voy ahí es como volver un poco. Yo y el Pepe (Guerra) y todos. Las murgas creo que están un poco más actuales que nosotros mismos, hay murgas nuevas... Hay una estética nueva, y hay un entusiasmo en la gente joven con la murga. Con el canto popular un poco menos.
En tus canciones se refleja mucho la infancia. Mucha visión de niño. ¿Hay cierta nostalgia tanguera por esa edad?
-Es posible. “No te vayas nunca compañera” es un tango, clavado. No en el ritmo. Hay, porque yo me crié con el tango. Además soy del Río de la Plata , y me crié con la radio, entonces el tango está mucho más presente.
¿Cómo ves el proceso que ha tenido la música popular uruguaya desde que ustedes arrancaron hasta ahora?
-Se dio la época en que nosotros estuvimos afuera cuando hubo el movimiento del canto popular acá, y hay gente que ha hecho cosas preciosas; hay muchos, no quiero dar nombres porque son muchos...
¿Pero notás que ha habido una evolución?
-Sí. Pero después vino el quiebre fortísimo que lo dio Jaime Roos. El que siempre estuvo, permanentemente haciendo cosas y antes pasaba inadvertido hasta que se impuso en todos lados fue (Ruben) Rada. Siempre estuvo haciendo cosas vanguardistas y no se notaba porque el asunto político, ideológico primaba sobre la estética de la música. Pero al final Rada impuso su calidad; y Jaime realmente es un quiebre de generación. Ahora (Jorge) Drexler, no sé, está fenómeno, pero todavía no ha logrado capturar el corazón de los uruguayos.
No quiero ser peyorativo. A mí me gusta mucho, pero no ha logrado esa cosa masiva. No ha conseguido el fenómeno masivo. Claro, se ha movido mucho por Europa y eso lo ha alejado de aquí y creo que lo que lo ha acercado un poco más fue el Oscar ese que consiguió, que más o menos lo impone como respeto.
Pero yo no escucho que las canciones de Drexler alguien las cante en un boliche. No hay una cosa popular, que creo lo va a lograr porque es muy bueno.
Por lo general los artistas dicen nosotros no tenemos difusión, no tenemos espacio para expresarnos, y a la vez, de parte del público se dice no podemos acceder a los materiales artísticos porque son muy caros. Por ejemplo el disco. Acceder a un disco, para un obrero, hoy en día...
-Es muy caro...
...y no tiene más remedio que comprar un disco pirata. ¿Cómo se puede revertir eso? Porque me supongo que la mayor parte no se la queda el artista, se la queda el intermediario.
-Sí. El que vende, solamente, se lleva el cuarenta por ciento. El disco puede ser más barato. Claro que puede ser más barato, pero toda la cadena tiene que deshacerse y arrancar de cero.
Para el disco que vamos a sacar en diciembre voy a abrir un sellito mío para sacar mis discos. Voy a sacar una especie de permiso con un nombre, que se va a llamar El Aperiá, y van a salir mis discos por ahí. Ya me cansé. Además no se trata solamente de que es caro y eso, sino del manoseo al artista, la mentira.
El que vende discos, no vende discos, vende un producto económico para ganar plata y lo demás le importa un carajo... O sea, si lo produce un grupo de artistas creo que va a tener un resultado mejor, Posiblemente se invierta más tiempo en los estudios, se invierta más en trabajo de arreglos, en ensayos. Va a ser más accesible a todos y cuando llegue al público va a ser más barato y el resultado va a ser mejor.
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