sábado, 22 de enero de 2011

Hablando de bueyes perdidos

Un pastito

Angel Juárez Masares


Si digo que los vericuetos de la mente escapan al control humano no voy a estar descubriendo la pólvora, pero sucede que durante los pasados días de celebraciones y "papanoeles" -de los que "estoy fuera"- se me corrió algún chip en el cerebro y pensé en un Amigo.
Un hombre bueno que luchó con sus ideas y sus libros contra la dictadura, y fue a parar con su cuerpo al Penal de Libertad (12 años). Nótese que digo "con su cuerpo", porque también él fue uno de los tantos fracasos del sistema porque (pese a lo trillado de la frase) no pudieron encarcelar su pensamiento. Claro, el "envase" salió muy maltratado, y al poco tiempo murió con la misma dignidad con que había vivido.
¿Qué tienen que ver los regalos y las celebraciones con esta historia?....nada quizá...no lo sé...pero como lo dije antes recordé una de sus tantas des-vivencias contadas en su lecho de muerte junto al que estuve casi tres meses.
"Al recreo-decía mi Amigo- buscábamos un pastito de esos que crecen entre las grietas del hormigón, y lo acomodábamos entre los dedos anular y mayor para llevarlo a la celda. A veces lo guardábamos en algún lado, otras lo estrujábamos entre los dedos para sentir su olor".
Un pastito... ¿Alguien imaginó la importancia de un pastito?...
Cuidado...no confundir....no estoy actuando como un resentido que quiere volver a las cavernas...somos seres sociales y debemos comportarnos como tales. Está bien que "papanoelemos", sobre todo si hay hijos, nietos, y sobrinos, y que celebren quienes creen que hay que celebrar...pero en estos días, cuando los gurises ya se gastaron la plata de las bombas brasileras, no puedo evitar que cada tanto venga a mi memoria la importancia de "un pastito".
Perdón.

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