Un indignado
Álvaro Parés
(Desde Francia)
Los poderosos conservadores nos
muestran los culpables de la crisis: los que trampean con la seguridad social,
los que aprovechan la ayuda de alquiler, de enfermedad, de seguro de paro o
ayuda al empleo, o sea: el pueblo.
Gente que esa 99% honesta y
derecha...
Nos arman con odio contra ese
enemigo que poco a poco toma forma en la cabeza de una multitud con cerebro
lento.
Les alcanzaría con darse vuelta para
admirar la cara de los verdaderos delincuentes.
Gente a 99%deshonesta y haragana...
Se pretende desviar nuestra atención
como si fuéramos niños, explicándonos que las causas de la crisis son los
pobres : trabajamos mal, trabajamos poco, exigimos demasiado, somos laxistas y
caprichosos.
Ya sabemos lo que piensan de los de
abajo: si son pobres es porque son boludos... es la selección natural, no le
parece ?
Pronto habremos olvidado los delitos
y el fabuloso enriquecimiento de los Bancos, Compañías de Seguros y
especuladores para atacarnos a los mas miserables, pero como esto no
solucionará nada, habrá que buscar nuevos culpables. Apuntaran entonces a los
sindicalistas, los comunistas, los socialistas, los centristas, y un día te
tocara a vos.
Mientras tanto los tenientes de la
riqueza, la nebulosa ciega de pequeños y grandes accionarios, través del FMI y
de las agencias de notación, dictan la orientación política de los paiíses,
sustituyen primeros ministros, indican orientaciones sociales.
Ya robaron billones de nuestros
bolsillos, ahora se la agarran con nuestro derecho a la democracia
sustituyéndose al derecho de voto popular.
En la cumbre están los mandatarios
de la nebulosa que piden cada vez mas beneficios sin tener en cuenta las
consecuencias.
Al medio, un coqueto equipo de
delincuentes de cuello blanco, charlatanes que despliegan tesoros de
imaginación para embaucar la gente honesta, llamando abiertamente a la
xenofobia, al desprecio del pueblo y de sus valores pacientemente construidos
durante siglos de lucha.
Debajo de todo, en un callejón sin
salida, tenemos cajeras de supermercados despedidas por haber osado juntar del
suelo un cupón de reducción de un euro, miles de obreros despedidos porque en
otros lados –allí donde los derechos del hombre están prohibidos- los salarios
son rentables; cientos de personas en la calle (como mujeres que parieron sin
asistencia medica) y todo un pueblo que pierde el acceso a la salud de base.
En tiempos de nuestros padres y
abuelos, y con una sorprendente regularidad, las mismas nubes negras se
acumularon, pero siempre hubo hombres y mujeres lúcidos que previnieron a los
demás de la inminencia de la tormenta, y que a pesar de todo se vieron al final
reducidos a recurrir a medidas extremas cuando todo estaba ya perdido.
Hoy la tormenta ya esta formada, el
viento sopla, la copa de vino que quedó sola en la gran mesa amenaza de
volcarse, el vino se desparramará siguiendo como siempre los restos del
banquete, ineluctablemente.
Una vez volcado el vino no podrá jamás
volver a la copa.
La mas alta autoridad del estado se
permite de condenar, públicamente, un componente de la sociedad francesa
subrayando su pertenencia etnica,despues de haber organizado homenajes de
carnaval a resistentes de la ultima guerra, con lagrimas en los ojos...
El suelo vomita vapores de otros
tiempos, tiempos de peste mental, el ruido del astillero donde construyen
navíos de guerra nos llega, pero no lo escuchamos: si construyen naves, es que
se piensan largar pronto en guerra.
Es urgente desarmarlos.
No es un cuento para niños.
Los provocadores de hecatombes ponen
en marcha la implacable maquinaria una y otra vez mas, como niños idiotas.
Sin embargo nunca mueren asfixiados
en su propio odio gracias a algún milagro, no antes de hacer morir cientos,
miles, millones de inocentes, quienes no tendrán derecho a ningún miramiento.
Todavía estamos a tiempo de hacer
que esto no pase.
A.P.
Absoulisl'Abscons
imaginante'patafisico
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